05 diciembre, 2020

Manolo Tatxa, Ponoig

 05 diciembre de 2020

Vía Manolo Tatxa, 6c+ (6b+/A1), 270m.

1er ascenso por Salvador Guerola y Paco Ferrero el 15 mayo de 2010.

Elías me comenta de hacer esta vía, de la cual yo hice en diciembre del 2014 los 2 últimos largos en compañía de Enrique y Alejandro.

La veo muy dura, tal como están las cosas con las escasas salidas que hago desde antes de la pandemia, últimamente escalo de renta, y esto no da para mucho, así que me lo tomo como salida tapiera para coger ambiente, aunque no llevamos pedales y la idea es hacer en libre lo que se pueda y el resto disfrutar del día, si el viento nos deja.


Normalmente Elías suele iniciar la escalada, pero hoy me ha tocado a mi comenzar.

1er largo, 6b/ (un par de pasos, pero bloqueros), 40m. Empiezo directo hacia un abombe que desploma mucho más de lo que aparenta. Llego a este, cogido a unos romos llenos de arena, lo doy todo para poder chaparme antes de caer y romperme, el chapaje del paso se me hace imposible, y acabo cogiendo la cinta para poder pasar la cuerda, bien empezamos. Salgo acerando del abombe, casi temblando, hasta coger una fisura muy buena a la derecha, con los antebrazos fundidos, asciendo intentando relajarme, mientras Elías, desde abajo, me anima diciéndome: - si quieres nos bajamos y nos vamos al bar. No me he caído, pero psicológicamente, voy hundido, vaya decepción me llevo,  esperaba que estaría mejor, aunque en frío estos pasos bloqueros siempre se me atragantan, en fin escusas...
Sube Elías, pero su sensación no es mejor que la mía, también le parece muy duro el paso. En fin, nos lo tomamos con filosofía y decidimos disfrutar del ventoso día, que de momento aquí no nos afecta.
 
2º largo, 6b/A1, 35m. Sigue Elías por otro abombe a la derecha, con pasos muy estirados hasta llegar a una placa fina, donde los varios clavos caseros que hay, están emplazados de forma negativa y dan bastante aprensión, no se puede reforzar con nada, Elías se va dando los pasos con el ánimo un tanto vapuleado entre apretones desconsiderados y torvos clavitos prestos a saltarte a los ojos. Buen largo...

3er largo, 5+, 35m. Continúo por placas y alguna fisura, con algún pasete que me hace entrar en calor, pero mucho más relajado y disfruto este largo de la zona de confort, que nos viene muy bien a ambos para recuperar un poco el ánimo.


4º largo, 6b/A1 (6c/), 50m. Continúa Elías, hacia un techo que se rodea por la derecha, con un par de pasos en A0, solventa el paso más duro, que luego yo intento en libre hasta llegar un punto donde unos planos de hombro se imponen y paso acerando, para continuar después por una placa muy bonita de 6a.
largo muy bueno, al que ambos le vemos más color que a los 2 primeros.

5º largo, 6a+, 50m. Sigo por la placa, con roca bastante buena. Largo muy estético que ambos disfrutamos ya más relajados y aceptando la realidad de que no estamos lo suficientemente frikis para asumir más de esto sin llevarnos susto.


6º largo, 6c, 40m. Sigue Elías, saliendo hacia un desplome que vadea por debajo ara salir por la derecha, después una breve zona fácil a la derecha y luego una plantada placa de ñapas, donde se concentra la máxima dificultad del largo. Largo buenísimo que intento en libre y donde me centro para intentar encadenarlo, aunque un resbalón llegando a la reunión me pone en mi sitio de nuevo.


7º largo, 6b+/A1 (6c+ (a mi me pareció en 2014, 7a duro cuando lo encadené empalmando los dos largo). Continúo yo, por un destacado y fino diedro de fisura ciega, con algunos pasos de adherencia, hasta llegar al final, donde un pequeño techo obliga a salir por el filo de la derecha, llegado a este punto, me admiro de haber pasado por aquí en libre en otra época. tras colgarme cual jamón jabugero, busco la forma de pasar, y tras varios intentos con caída incluida, decido incrustar un totem en una pequeña oquedad donde quedan medias levas fuera, pruebo, acero y llego a un buen canto que se intuye, desde donde con una fácil trepada final salimos a una campa de lapiaz y terminamos la vía.


Descendemos, primero ascendiendo un poco para después  rodear hacia el oeste y descender al barranco de los rápeles del Tozal. Cuando bajamos, desde el aparcamiento, podemos ver a una serie de cordadas, unos rapelando, otros subiendo, a los que les pillará la noche en la misma pared,  pues  no quedará más de 1 hora de luz y a algunos mucha pared todavía. En fin, que quede en aventura.

Enhorabuena a los aperturistas, Guerola, soy tu fan nº 1.

 

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