31 diciembre, 2022

Adoradores de Baal, Rincón de Bonanza, Orihuela

 2022 - 12 - 31

Vía. Adoradores de Baal, 6a+, 180m.

1ª por Mavil Marín y Pilar Fernández (03-2004)


Para pasar la mañana con una escalada rápida y estar pronto en casa, Quedamos con Carlos, José Manuel y yo, para bajar al Rincón de Bonanza y hacer esta conocida vía del sector, que ellos aún no han hecho.



Hacemos un reparto de largos somero, y sale José Manuel en el primer largo, Carlos en el 2º y yo el siguiente. Esta el la 5ª vez que hago esta vía, y la 2ª que escalo en pared con Carlos, que habitualmente hace más escalada deportiva.



1er largo, 6a, 45m. largo equipado. Sube José Manuel, por una estética y compacta placa con predominancia de regletas. José, lo disfruta, pero no sin quejarse de los alejes entre seguros, llegando a meter algún friend que traíamos para los últimos que están semi-equipados. La verda que este 6a es bastante fino y mantenido, sobretodo el paso final antes de la reunión.



2º largo, 5º, 30m. Continúa Carlos, también por una compacta placa al principio, desviándose después a la derecha hacia una zona de bloques anaranjados donde se ubica la reunión.




3er largo, 6a+, 50m. Sigo yo, saliendo hacia la izquierda, pasando una primera placa para situarme al inicio del destacado diedro naranja. Sigo por el plantado diedro, por encima de la mitad, hay que hacer algún fino paso por la placa, y en el último tercio del diedro hay que salirse a la placa de la derecha para entrar en el diedro de nuevo por la parte superior, evitando la zona más desplomada y roma del diedro, yo no lo hice, continué por el diedro y tras un paso sin retorno me quedé sin cantos e intentando recolocarme en la placa resbalé y me di un refrescante vuelo.

4º y 5º largos, 55m. 5+, Continúa José Manuel. Antes de salir le comento que puede empalmar los 2 largos, aunque habrá bastante roce y tendrá que gestionar bien los seguros para minimizar este. Ademas estos largos están semi-equipados, por lo que tiene que ir reforzando con algún friend o fisurero. Sale de la reunión hacia la izquierda, tras pasar los primeros resaltes, llega a una placa que continúa hacia la izquierda, cuando llega a la repisa bajo el diedro final, duda si montar reunión, al final decide continuar, pasando la bonita y vertical fisura final para salir arriba sobre los bloques de la arista.

Recogemos y continuamos por la arista en fácil trepada por el lado menos expuesto, hasta localizar el primer rápel, creo que de la vía Piel de serpiente. Bajamos en 2 rápeles, 55m y 60m. más un destrepe final.

Esta vía, mediando opiniones y gustos, quizás sea una de las mejores en esta pared del rincón de bonanza, denominada el pequeño Eiger. Además, para ser una vía de Mavil, no tiene ni picadas ni cantos tallados, cosa por la cual, este prolífico aperturista ha sido bastante criticado. Muy recomendable.




24 diciembre, 2022

Gran diagonal, Pared Negra, Orihuela

 2022 - 12 - 24


De nuevo, vamos a esta bonita vía que surca de izquierda a derecha, toda la famosa pared Negra de orihuela.

Esta vez, vamos Elías,Joaquín y yo.

habíamos quedado para hacer las Botris de Redován, pero hay 5 cordadas repartidas entre las 2 y aíun sube alguna más hacia la vía, así que tras un breve intercambio de opiniones, decicimos hacer esta bonita y larga vía de la pared Negra.

No  voy a describir nuevamente la vía, comentar que fue una mañana excelente, donde disfrutamos de la gran adherencia de esta roca y recordamos con alegría el día que la abrimos Elías y yo.

Pongo unas fotos de esta jornada:















19 noviembre, 2022

Notario-Maldonado - Amor de Odio, Puig Divino

 2022 - 11 - 19

Combinación de vías en el Puig Divino

Vía: Notario - Maldonado, P. J. Notario y J. Maldonado en octubre de 1971, (parte inferior), 6a, 235m.

Vía: Amor de odio, X. Cullell, X. Sarraté y A. Ballart en enero de 1989, (parte superior), 6a+, 200m.




Seguimos con la pauta de escalada intermitente cada 2 o 3 semanas, el tiempo y las circunstancias no dan para más, así que no remontamos del grado residual.

Hoy hemos quedado para hacer esta bonita y larga combinación, el pronóstico del tiempo no es muy bueno, puede ser que incluso caiga alguna gota, pero lo peor es el viento, que con suerte irá amainando a lo largo del día.
Vamos, Elías, José manuel, Joaquín y yo, en 2 cordadas.

Llegamos a pie de vía, de momento no resulta molesto el viento.
Formamos las cordadas, Elías y Joaquín en una y José Manuel y yo en  la otra.

1er largo, 4º, 50m. Inicia la escalada Elías, por las tumbadas placas inmediatas al diedro del muro de la derecha. Detrás de Joaquín, después salgo yo comenzando en mi cordada, monto reunión en u parabolt que refuerzo con friends, un poco más abajo de donde ha montado Elías, por que lo veo más cómodo.

J. Manuel en el inicio del 2ºlargo, la opción más segura es continuar por las fisuras de la izquierda


2º largo, 5+, Después sale Joauqiín de primero, seguido de Elías en su cordada, y detrás José Manuel de primero en la nuestra, Este tramo es un poco confuso y es fácil embarcarse por el diedro rojizo de la derecha, que es más complicado de proteger, no obstante por uno u otro lado, hay que superar unos pasos bastante finos para salir de nuevo a las placas tumbadas. Al final, pasamos todos por el diedro gris de la izquierda, y montamos la misma reunión.

3er largo, 5º, 60m. Elías y Joaquín, nos sacan un buen trecho, y los perdemos de vista. Salgo de la 2ª reunión y sigo por las placas, con tendencia hacia la izquierda, Pronto pierdo de vista a mi compañero y me encuentro con un tramo plantado de placa, que en la parte de arriba está equipado con parabolts, subo directo hacia ellos, aunque lo veo muy duro y no me cuadra según lo que pone el croquis. A voces, me indican que por aquí no es, que debo hacer una travesía totalmente a izquierda. Destrepo un par de metros y me paso a la izquierda de un bloque con palmitos,  continúo en diagonal hacia la izquierda por terreno bastante más fácil, hasta llegar a una zona cómoda bajo el siguiente tramo de pared.

4º largo, 5º, 40m. Joaquín sigue en la otra cordada, después sale Elías. Detrás, de primero,  sigue José Manuel, por tramos de placa y fisuras, pasando unos espits que dejamos a la derecha, hasta llegar  un poco por debajo de la vira de los desplomes del muro de la derecha, por donde sale la Amor de odio.

5º largo, 4º, 50m, Sigo yo, tras la cordada de Joaquín y Elías, no hemos montado las últimas reuniones donde supuestamente están, así que que vamos por un sistema de placas tumbadas, con abundante fisura y matorral, e improvisando las reuniones. Ahora hace mucho viento, y resulta muy molesto. Acabo este largo apurando cuerdas bajo el tramo final de canal, donde confluyen estas placas con el muro de la derecha. Monto reunión donde puedo, lazando bloques.

6º largo, 5º, 15m. Sigue José Manuel, pasando el tramo de canal para seguir por el lado derecho de esta hasta lleagr a la gran campa de la vira que corta la parde SO del Puig Divino, de donde parten otras tantas vías y la siguiente etapa de esta escalada.

El viento arrecia con fuertes rachas, el tiempo se amontona. Hacemos una tranquila parada y evaluamos si conviene seguir o bajarnos. Al final, viendo el horario y la situación meteorológica decidimos bajarnos caminando por la gran vira.




05 noviembre, 2022

Inconexión, Puig Divino

 2022-11-05

Vía: INCONEXION
Primer ascenso: Javi Rubira, David belmonte y Manuel Bernabé, marzo 2019



Desde la salida del Barranco de Trevélez, José y yo, apenas hemos hecho alguna salida a sectores de deportiva de nuestro entrono, o sea que vamos tirando de residual y no estamos ara meternos en proyectos de más compromiso.
Optamos por esta vía, por que se ve asequible en grado y tiene el encanto de estar en este impresionante lugar, que le confiere un ambiente extraordinario.
La idea, es pasar un día navegando y escalando en la tapia. Cómo he comentado, es un lugar espectacular por su escarpado y montañero entorno, con preciosas vistas del paisaje más salvaje de la provincia de Alicante.

Madrugamos lo justo, para estar a las 9:00 a pie de vía. Aparcamos en el ensanche de la pista justo al inicio del sendero que bordea por la base de las paredes del Puig Divino, del cual se semi-equipó con algunos bolts y cortos tramos de cable, un difuso trazado que asciende entre cortas trepadas, entre canales y espolones, con cortos resaltes rocosos de trepadas, del extremo izquierdo de las paredes, hasta los planos que dan acceso a la cima del Puig Divino desde el lado NO, a la vista de la curiosa torre del Más de la Patarrana. Esta ruta, es por la que habíamos decidido descender después de terminar la vía.

Tras pasar por debajo de los imponentes muros de la cara SSO del Divino, nos detenemos a buscar el inicio de la vía, unos 30 metros  a la izquierda de las placas de inicio de la vía Notario - Maldonado.
El  inicio es bastante evidente, a la derecha de una destacada canal herbosa, un paño de roca sobresale, si nos fijamos bien, veremos una flecha picada, y por arriba podremos distinguir algunos viejos cordinos lazados en puentes de roca. A la izquierda de la canal, podemos ver algún seguro del mismo estilo, de la vía: Placas Solares. 

Echamos a suerte quien empieza y me toca a mi.

1er largo: 4+, 55m. Subo buscando los viejos cordinos que lazan algunos puentes de roca. la roca es buena es general, con páños compactos y menos matujera de lo que aparenta. Asciendo hasta el final de este pequeño contrafuerte, montando la reunión al pie de unas pantadas placas.

2º largo. 6b, 50m. Sigue José, con ligera tendencia hacia un tramo de fisura ciega muy plantada, donde se concentra la dificultad de este largo. Hay algunos seguros fijos, pero entre ellos, bastante tramo donde hay que moverse encajando algún flotante para asegurar los pasos. Termina este largo en zona de bloques sobre un seudo espolón.

3º largo. Sigo yo, por este tramo de transición con algún paso de 3+, y mucha campa tractorando entre bloques y matojos, hasta la placa a la izquierda de una picada y algún rastro de seguro de las Placas solares, veremos otra picada de nuestra vía, y por encima algún cordino. 

Las vistas son espectaculares, hacemos una corta parada y aprovechamos pra beber y tomar algo admiranto el fastuoso paisaje.



Inicio el largo, 4+, 30m. Continúo recto por fisurada placa fácil, por arriba, con ligera tendencia a izquierda, pasando por debajo de un bloque para seguir por la placa de la izquierda, donde encuentro algun cordino lazando puente de roca y poco más arriba sobre una repisa inclinada, la reunión, bajo una placa más compacta. 

4º largo, 5º, 45m. Sigue José, recto por la placa, reforzando con friends entre los puentes de roca lazados con cordino que van indicando el trazado hasta llegar a una campa de una amplia vira.

Sigo yo, por la campa de la vira con tendencia al destacado desplome rectangular de la izquierda, tractorando entre resaltes y matojos hasta llegar a la base del desplome tras una corta y fácil trepada, donde se ubica la reunión.

5º y 6º largo, 6b/A0 (6c/) y 3+, 60m. Continúo directo por la placa desplomada, intento los primeros pasos en libre, pero da la impresión de una cída fea sobre la reunión y no me veo fino para jugármela, paso los 2 primeros bolts en A0 hasta llegar a la fisura, por la que sigo y salgo de esta, hacia la derecha. Después unos pasitos finos de placa para entrar en un plantado diedro que dejo casi al final, para pasar con un fino paso, a la placa de la derecha. Continúo por placa fácil con algún pequeño resalte entre bloques, Paso la reunión y continúo por trepada fácil entre resaltes y bloques hasta llegar a otra campa en la siguiente vira.


7º largo, 6a, 55m. Sigue José, saliendo de la reunión por la derecha de un abombe, con finos pasos hasta tomar una placa más tumbada por la que asciende navegando, con tendencia al filo del espolón donde se intuye el final de la pared.



Después sigo yo por un tramo de transición sobre cresta fácil y otro laaargo tramo de tractoreo hasta el siguiente paño de pared, que se ve evidente a la derecha, y que nos muestra ya el final hasta la cumbre del Divino. Llego al pie del siguiente largo sobre una cómoda y amplia repisa cual bálcón panorámico.



Mientras esmos decidiendo si saltarnos este último largo, ya  que estamos frente a la canal de descenso del lado norte de la cima, nos llama Elías. Le comentamos donde estamos y nos anima a hacer este último y picante largo, que nos asegura que es la guinda de esta vía.

Hemos ido tranquilos y lentos, es bastante tarde, casi que ibamos a bajarnos ya, pero a partir de hablar con Elías nos quedamos con la sensación de que si no hacemos este último largo, nos va a quedar el resquemor de no haber terminado la faena.

8º largo, 6b, 50m. Sigo pues, iniciando los primeros pasos por placa que se va plantando con finos pasos y algo expos, hasta llegar a una ceja ciega con escasos puntos donde asegurar. Paso la ceja hacia la derecha, entre brves y efusivas exclamaciones tras cada acrobático paso de equilibrio hacia un brillante bolt que me queda muy a la derecha para tomar una aparentemente salvadora fisura sobre una placa. Despues por esta, mucho más tranquilo y con más posibilidades de asegurar, sigo retozando y rezogando de estos últimos metros de escalada sobre compacta roca, hasta llegar a la zona de bloques que da paso al filo cimero donde se encuentra la reunión.

Acabamos la vía, recogemos rápido y con las últimas luces comenzamos el escarpado descenso. Bajamos al bosquete de carrascas y cruzamos este sin salir de esta canal, seguimos por el lado derecho, buscando la zona más factible y evidente y menos expuesta, encontramos un tramo con cutres e inútiles trozos de cuerda de pasamanos. Despues, volvemos a bajar hacia la izquierda, para cruzar al otro lado de la misma canal, bajando paralelos a esta por su lado izquierdo un buen tramo. Después comienza la aventura de distinguir y encontrar los borrados puntos y derruidos hitos que marcan el laberíntico descenso, al principio siempre con tendencia a izquierda. Tras algunas infructuosas pistas, y algún entuerto, tras deshacer algun tramo de trepada demasiado a la izquierda, continuamos descendiendo por un filo que cuando empieza a plantarse de verdad, hay que destrepar por su lado derecho (mirando al valle), hacia una profunda canal que se intuye a la derecha. Al final algún tramo con bolts, y algunos destrepes, nos sitúan en la angosta canal, por la que descendemos más tranquilos, casi en penumbras, hasta llegar a la altura de la base de las paredes donde ya distinguimos la traza de acceso y la sendea que bordea la pared.

Llegamos al coche a obscuras,  ha sido un día tranquilo, donde la sensación de escalada es más bien anecdótica y es más la sensación de aventura (sobre todo en el descenso) lo que prevalece.

Pese a que la vía tiene poca continuidad, con amplios tramos de tractoreo sobre campa y trepadas interminables, los tramos de escalada, son bastante limpios y tienen su encanto y su punto picante de escalada tapiera. La considero una buena vía de toma de contacto con estas impresionantes tapias.


09 octubre, 2022

Barranco de Trevélez - Sierra Nevada - Granada

 9 de octubre de 2022

Barranco de Trevélez (desde el puente de palos)

Desde la salida a Galayos este verano, una anodina salida a la Graja y una esporádica y salvaje visita a la oeste del Puig Campana, el ritmo de escalada que llevamos José Manuel y yo, es muy irregular y con amplios vacíos de inactividad  entre estas eventuales aventuras, donde con suerte hemos podido salir a a hacer algo de escalada deportiva.

¿Un barranco?, ¿y que pinta aquí un barranco?

Dos fines de semana atrás, un domingo, habíamos quedado para hacer "algo", por pasar la mañana y quemar el tocinillo que se vuelve a acumular tras una breve parada. Cómo la meteo prevista para ese día está pasada por agua, decidimos ir a escalar deportiva a Peña Rubia, con idea de poco trayecto y no tener mucha aproximación, con vistas a retirarnos bajo el chaparrón. José Manuel, queda con Alex (compañero de Elda).

De camino, surge la novedad de visitar un sector inédito que nos pilla al paso y que aparentemente tampoco implica mucha aproximación, y nos vamos al Rincón de la Huesa, en la vertiente oeste del alto de peña Rubia o pico del Fraile.

José conoce algo el lugar de tiempo ha, aunque es un inacabado sector con alguna polémica privativa donde no hay muchas vías y estas son bastante potentes, pero recuerda algunas más asequibles para pasar la mañana.

Desde el aparcamiento, poco antes del fin del camino en una casa particular, las paredes más próximas ya implican una aproximación algo más larga y empinada que la de Peña Rubia, pero ya estamos aquí y vamos a inspeccionar el sector. 

Llegamos a pie de pared y localizamos varias líneas de parabolts, la mayoría fuera de nuestro presupuesto, con lo que continuamos inspeccionando y vamos recorriendo la pared hacia la izquierda por los enmarañados vericuetos. De tanto en tanto, nos cae alguna gota de agua, pero sin llegar a  arrancar cómo lluvia que nos escuse para retirarnos. Así que continuamos inspeccionando toda la pared. Aunque desde la autovía se ve una sugerente pared con mucho potencial, vemos, "in situ", que no hay una verdadera continuidad y que los trazados factibles no son muy largos, rebasando apenas los 15 metros de altura en el mejor de los casos. 

Lo que más llama la atención en este pequeño valle semicircular, es una placa que hay al fondo a la izquierda, tras recorrer todo el murete del lado derecho, decidimos continuar y acercarnos a ver esta placa.

Voy delante, y tras pasar entre un grupo de altas y espigadas  matas de esparto, me veo una colorida y gorda araña andando por mi antebrazo, con un convulso gesto, entre espasmódicos saltos acompañados de irreproducibles sonidos, me la quito de encima y me quedo balbuceando recuperándome de la taquicardia del susto. Era una argiope lobata, bastante crecidita, no me consta que sean peligrosas, pero por si acaso, les tengo bastante respeto. Inevitablemente, surgen las bromas y chanzas de mis compañeros sobre mis ridículas maniobras de karateca en pánico. A los 2 minutos de continuar tras volver a la calma, con la cara, me vuelvo a llevar otra tela con su correspondiente araña delante de mi nariz, más gorda aún si cabe, esta vez doy un bote hacia atras cómo un muelle, mientras me doy manotazos y acabo sentado en un matorral, ascultándome presa del pánico. Me hago el remolón y dejo que pasen ellos delante, hasta que llegamos entre bromas a la llamativa placa de la izquierda. Por momentos cae una fina llovizna, en la placa sólo hay una vía equipada. Tras un buen rato de cháchara y risas, convenimos en que no son horas para sacar cuerda para que se moje y decidimos irnos a almorzar. Dejo que pasen ellos primero, y va Alex en cabeza, vamos conversando y entre tanto sale a colación lo de la afición y dedicación de Alex al barranquismo, con esto, surge la propuesta y recomendación de Alex de hacer el barranco de Trevélez. llegamos hasta la parte baja de monte y bordeamos los bancales de almendros. Por un momento paso yo delante y en seguida me tropiezo con otra tela de araña con su correspondiente dueña esperándome. Esta vez la he visto a tiempo y lo más cerca que la he tenido ha sido a un metro. Nos vamos a la colonia de Santa Eulalia y una vez en el bar, Alex termina de convencernos para realizar este barranco, haciendo alusión a lo espectacular que es.


Fotos de Alex

El barranco Trevélez


Croquis de http://faecanyon.blogspot.com/




El miércoles 5 de octubre, José me comenta que ha hablado con Alex que propone ir este fin de semana al barranco de Trevélez. Le confirmo que si que voy y quedamos para escalar el sábado por la mañana en Cabreras, para hacer un par de vías y volver pronto a casa a comer y salir por la tarde para Granada. Cuando puedo voy recabando información sobre el barranco para hacerme una idea de equipamiento y material necesario y de las maniobras mas relevantes implícitas y puntos más conflictivos del barranco. Tras leer varias entradas en la web, empiezo a acojonarme, al parecer tiene un tétrico historial. Ni José Manuel ni yo somos aficionados al barranquismo, ambos, de secano, más de espacios abiertos que confinados, hemos hecho algunos barrancos, en mi caso con muy poca variedad y de limitada experiencia acuática en varias repeticiones del barranco del Infierno en la Vall d' Ebo/Laguar con muy escaso caudal, por lo que mi experiencia no es mucha, lo único que tenemos a favor es que ambos controlamos las maniobras básicas y estamos muy familiarizados con la inquietud de la incertidumbre y el suspense de la navegación en pared haciendo vía clásica, y aunque si que tenemos miedo, lo negociamos con otras aptitudes y nos suele dar un resultado aceptable. Y por supuesto, nos da cierta confianza el saber que Alex ha realizado este barranco numerosas veces y en condiciones bastante más adversas que las actuales, aparte del impresionante curriculum que tiene en otros complejos y espectaculares barrancos. Según el informe hidrográfico, del que se indica la última actualización y de que esta puede  no ser precisa, el último caudal medido ronda los 0,3m. de media, aunque yo no se si esto es mucho o poco para este barranco.

José Manuel y yo no tenemos equipo específico de barrancos, así que él va con parte del mismo prestado y yo llevo mi neopreno de 2mm. para buceo con esnorquel, y  que complemento con una camiseta técnica de buceo y unas Boreal Bulnes de hace 20 años con poco uso en el monte por su rigidez y peso, pero que aún no tienen mal aspecto y me sabe mal retirar. Al final, revisado por Alex, que trae el resto del equipo, da el visto bueno en general y nos proporciona arnéses de barrancos y los complementos restantes para poder pasar un picnic a remojo sin temblar mucho de frío.

LLegamos al cortijo del Duque a las 01:00 aproximadamente, y Alex y José Manuel pernoctan en la furgoneta,. Yo para evitar el desalojo y la interrupción en mi serenata en do mayor para viento y tambor con bombos, pitos y platillos, paso la noche bajo las estrellas y la reluciente luna llena que ilumina el paisaje me desvela entre pitido y estertor. Con lo que unido a una constante lucha entre la sauna del interior del saco y unos abundantes y ávidos mosquitos, me hacen pasar una noche en duermevela nada reponedora, pero que anima a una acelerada maitinada en la que no necesito de estiramientos para empezar la actividad.

Desayunamos mientras organizamos el equipo, muy básico en comparación con el de escalada en tapia, compuesto de 2 ochos por persona, 2 cabos de anclaje regulables con Ropeman, Duck, y en mi caso con una placa Slide, cintas varias y varios mosquetones de seguridad HMS, algúnos maillones, navaja, 1 cuerda de 60m. y 2 de 30m, una de ellas con un una flor que más parece un florido matorral, pero que supuestamente no usaremos.  Empezamos a caminar sobre las 10:00. Cómo no hemos previsto ropa para la aproximación y dado que hace calor, vamos los 3 en calzoncillos intentando no perder la compostura deportiva. 

Empezamos descendiendo un poco por la pista de acceso al aparcamiento, para evitar las fincas privadas y por debajo cruzar la vega ribereña en dirección Este, hasta un escondido puentecito que cruza el río a la otra ribera por la que ascendemos por el GR 7, en diagonal por la empinada ladera de matorral bajo y esparto, surcado de innumerables vericuetos hasta el collado. Desde aquí ya vemos la imponente depresión del barranco. Tras pasar por una puerta metálica abierta, comenzamos el descenso por la escarpada vertierte opuesta en dirección al desaparecido puente de palos que comunicaba ambas riberas del barranco, del que ya podemos ver algún encañonado y fragoso tramo con el peculiar colorido que toman estas aguas en su lóbrego  discurrir por las profundidades disolviendo las filitas y el pulimentando esquisto y la bandeada cuarcita. En algún croquis del barranco, he visto que aluden a su composición como gneis, pero yo no he visto nada de gneis en todo el recorrido, y lo que predomina es la micaesquisto bandeada de cuarcita.

Vulgarmente a este rio, y también al barranco, se le llama el de la "fanta", nombre ridículo y muy falto de imaginación, para aludir al tono anaranjado de sus aguas férruginosas. Mientras hacemos el recorrido de aproximación, vamos caminando ladera arriba sobre un arenoso limo de incipientes badlands en las empinadas vaguadas, con variedad de cantos de micaesquistos de diverso colorido, arriba en el paso del collado afloran en crespones somitales en roquedos lajosos muy fracturados, que cuando descendemos hacia el tajo del barranco muestran su escalonada y oblicua disposición, cabalgando estrato sobre estrato en ascenso desde el sur, hacia las cumbres del cordal del Mulhacén - Alcazaba. Estos estratos tallados por el rio Trevélez se desploman sobre éste, formando un tremendo paredón de diversa disposición, apariencia y solidez  según su composión estratigráfica, dando lugar las capas más duras de entre las filitas, mica, esquisto y cuarcita, a un bandeado y colorido desfiladero de oníricas paredes carcavadas con innumerables y pulimentadas pozas, marmitas, bañeras y tubos, que apenas se separan un par de metros en un pasillo abovedado que  llega a sobrepasar los 100 metros hasta los bordes donde podemos ver el cielo, en muchos tramos del barranco, con varios y enormes bloques empotrados entre los muros que dan pie a multitud de saltos y cascadas, y en algunos casos a suspendidos puentes entre ambas riberas.

Llegamos caminando hasta el borde del congosto, al punto donde se hallaba el puente de palo (eran unos simples palos apoyados en ambas paredes del barranco), tras un rato de búsqueda de la cabecera de descenso al lecho del barranco, que al parecer ha sido cambiada desde la última vez que Alex estuvo aquí (ahora, hay que descender un poco más entre la vegetación por un exiguo y delicado sendero que bordea unos bloques). Alex aprovecha para darnos algunas indicaciones y repasar por encima algunas maniobras, mientras nos equipamos "tranquilamente" y ensacamos cuerdas y preparamos el material. Yo, personalmente, escucho de fondo el fragoroso abismo y no puedo evitar mirar y buscar donde ratonear para salir de aquí por las paredes imposibles que nos rodean hasta donde se dejan ver, a decir verdad, no estoy nervioso, soy un único nervio que aparenta el aplomo de un incontinente en un ascensor. 

Desde la nueva cabecera de anclajes químicos con argolla, se rapela unos 20 metros hasta un pasamanos sobre un lateral del estrecho canal entre pozas, por el que discurre con mucha fuerza el agua ocre que oculta todo lo que está sumergido a más de 10 cm. de profundidad. Bajo primero y me sigue José Manuel, cierra el grupo Alex, que se encarga de ir montando las cabeceras desembragables y controlar nuestra recepción y salida de los rebufos y cascadas.

No hacemos el primer rapel. Iniciamos el chapoteo, destrepando metiendo las piernas lo justo en esta primera tobera y pasando en oposición hasta donde se abre en una poza donde el propio chorro de agua nos acaba propulsando. Este primer contacto me pone cómo si estuviera escalando en un tramo expo y difícil y no puedo evitar atragantarme para salir de la poza, pataleando y braceando cómo un bestia, entre trago y trago de agua rica en hierro, hasta que caigo en la cuenta de que con el neopreno y la mochila floto (aunque poco para mi gusto) y sólo tengo que salir del chorro y dejarme llevar, para entonces ya voy jadeando, escorado cómo un bote medio lleno de agua y con un regusto de tuercas oxidadas en la boca. Que primera impresión, aunque ha sido más fuerte la sensación de estar haciendo el ridículo que el pánico.



Tras este primer chapuzón pasamos medio trepando y por pasamanos por un lateral con un ligero abombe, estiro la pierna para hacer pie al otro lado y cuando me impulso para pasar, el pie sigue su marcha autónoma y me pego un sonoro costalazo que me deja tendido en el borde cómo una veraniega foca, mientras mis compañeros me miran con cara preocupada hasta que me levanto y explico la caída, lo que da lugar a un rato de risas por su parte. Ciertamente la roca parece puro jabón y las botas que llevo no ayudan nada, parecen patines. Me da la sensación de estar muy torpe, no se si por la mochila, que pesa lo suyo, o es que no acabo de entrar en ambiente, al final, José Manuel insiste y me coje la mochila. Esto me hace sentir más ágil y también más pardillo, así que procuro no caer mientras me miran y hacer las cosas bien y poco a poco voy entrando en ambiente. LLevamos 2 sacas de barrancos, una la lleva siempre Alex, y la otra, con cuerdas de reserva y otros bartulos,  nos la vamos turnando José Manuel y yo durante el recorrido.





En algunas pozas de poca altura, destrepamos haciendo una brutal oposición que me recuerda una cucaña enjabonada pero en vez de subir por el palo, es de descender por un tubo, mientras el chorro de agua nos arrasta el culo que intentamos empotrar o mantener firme a base de lumbares en oposición y contorsiones de tronco y cadera en los chorros. Sólo en una poza saltamos directamente al agua, Alex con pirueta y voltereta, José Manuel con un salto de bomba y yo a plomo y cogiéndome la nariz. En algún rápel (sobretodo en el más alto de la primera sección) interesa dar un impulso desde la pared para aterrizar rápido fuera del chorro de la cascada. En algún otro, utilizando la misma técnica, acabé sentado de una culada sobre un bloque oculto a medio metro, por suerte, era plano. Muchas pozas aparentemente se prestan para saltar pero la mayoría esconden crueles pedruscos que cómo mínimo te hacen dar traspiés o rodillazos, esto último acaba arreglándose cuando le coges el ritmo y dominas la técnica de andar cómo un zancudo tembloroso. Si vuelvo a este barranco, pienso traer unas ventosas para probarlas en esta pulida roca.

En esta poza saltamos, aunque en la parte próxima al chorro hay un bloque que llegamos a tocar con el pie, hay que saltar sin clavarnos mucho y hacia el lateral.







Pasamos el primer tramo que a mi parece ya todo el barranco, saliendo a un tramo de cauce abierto de caos de bloques con pequeños resaltes, destrepes y chapoteos. Nos da un poco el sol y se agradece mucho, aunque de momento no hemos pasado frío.

Alex nos indica que tras este tramo de cauce abierto, hemos hecho casi la mitad y que ahora viene lo más interesante del barranco. Aunque por detrás ya hemos dejado algún rápel de cascada en apnea con patada final de impulso y caótico chapuzón de salir torpedo apretando mucho el esfinter y con los huevetes en la garganta a modo de flotadores. Este primer tramo Alex desde su experiencia, hoy lo ve fácil y divertido. A Jose Manuel y a mi, nos ha parecido complejo y de bastante compromiso, y los destrepes difíciles y en general, con bastante exposición a una caída incontrolada con dolorosa culada. Por mi parte, he bebido bastante agua y ya llevo electrolito para 20 años más, creo que hasta tengo el tono del agua. Tengo la sensación de estar en un aqua-parkout para ninjas.



Este barranco es espectacular, las formaciones rocosas de su cauce son oníricas, bandeadas y coloridas en vetas horizontales con venas de cuarcita, sinuosas concavidades y convexidades entre lisas placas, que se alzan desplomadas y ocultan por momentos el cielo. recovecos escondidos y con multitud de pequeñas y chorreantes surgencias estalacmíticas de fango oxidado en sus muros, decoradas de culantrillo, que por arriba, y en algunos puntos, ya antiguas y secas, incustradas y volanderas, aportan una arquitectónica y escultórica decoración de góticas chorreras de travertino que causan la sensación de gárgolas en un templo vivo en continuo salmo mesiánico. Cómo no soy muy profeso de religión, me siento más que un infiel intruso, un monigotico de playmóvil, fuera de lugar en este fastuoso y organizado caos de fracturas y fractales.

Hacemos una breve parada antes de comenzar el siguiente tramo, Alex saca mi cámara que la lleva en su bolsillo del neopreno precintada en una funda estanca, nos enfoca y  no convencido de la limpieza de la lente, sin pensarlo la enjuaga en el agua ante mi pasmada mirada al tiempo que le digo - ¡esa cámara no es impermeable!, me mira con sorpresa y me dice que con la costumbre ni lo ha pensado, mientras sopla para secar la cámara, pero ha entrado agua en la lente y ahora se ve todo borroso, así que se acabaron las fotacas, casi antes de empezar. Por suerte ha sido un acto reflejo y la ha sacado muy rápido. Después, en casa, tras una larga sesión de secador, parece que funciona, aunque las fotos salen con cierto tono óxido, creo que también ha cogido bastante electrolito.



Continuamos con deslizantes destrepes que nos desfiguran el rostro por la impresión del salto final entre el tumulto del agua en las toberas y cascadas, tropezones y golpes con ocultos bloques, acompañados de una  acojonante fiesta de rápeles aéreos y con el agua cayendo encima, algunos desde una volandera pedaleta que usas para poderte mover en el patinoso muro para soltarte y descender. El barranco ha cambiado por secciones desde la ultima vez que Alex estuvo aquí. Vemos antiguos seguros en sitios inverosímiles, alguna cabecera nueva, distante y en medio de la nada, que según Alex, pueden ser de uso reciente para rescate. Con eso y comentarios reiterados a lo largo del barranco, de tipo: -"en esta poza se han ahogado algunos", "en esta otra poza la gente se queda pillada y hay que sacarlos", y otros revitalizantes del estilo, anima mucho y todo el excedente de piel se recoge en las partes íntimas, tersándote la cara  hasta dejarte unos ojazos cómo platos y 3 nueces en la garganta. Hay saltos de agua que ahora han cambiado, en el rápel más alto, se ha hecho un sumidero que antes no estaba y que con un caudal un poco mayor que el de hoy (que según Alex,  no es muy grande), puede convertirse en un serio problema para acceder a la cabecera. Alguna cabecera se ha quedado desplazada, pero Alex va solventando con soltura estas novedades y en las últimas pozas me deja montar las cabeceras a mí. El último rápel, lo destrepamos entre aéreos resaltes por los que nos dejamos deslizar despacito cual tobogán pingüinero procurando hacer pie sin perder los dientes de camino, en el siguiente bloque o saliente para proseguir descendiendo cómo auténticos ninja-nutrios. No obstante y aprovechando donde nadie me mira, de vez en cuando doy un traspiés y acabo a cuatro patas o en el agua directamente. Lo más rídiculo fue un intento salir de una poza para subir a un bloque inmerso en el medio, para desde este  saltar a otro y salir fuera del agua para continuar por un corto tramo de caos de bloques, cuando ya casi estoy arriba muevo un pie para acabar de posicionarme y el otro se me desliza hacia atras, lo que me hace caer en plancha sobre el bloque semisumergido y quedarme con las extremidades colgando en el agua y sobre la barriga, sin poder cogerme ni apoyarme en nada que no patine, hasta que contorsionándo la cadera me deslizo de cabeza al agua cómo un pinguino y salgo por el otro bloque.

Sobre las 16:00 llegamos a la confluencia con el barranco del Poqueira, donde cruzamos a la derecha para ascender por un empinado sendero a la pequeña central eléctrica, la idea es enjuagarnos en la poza del Poqueira para quitarnos el óxido del Trevélez, pero cuando llegamos a la central, Alex dice que hay que descender un poco y saltar a la poza del otro rio. Bajo tras  él unos metros, y cuando veo la vira y la distancia hasta el agua me pongo a dudar y se me quitan las ganas, José Manuel ni lo intenta. Alex sin insistir mucho baja un metro más y salta sin pensarlo dos veces a la gran poza que está a unos 10 metros por debajo, mientras sale hacia la orilla me anima a saltar, claramente sin verme la cara que me ha quedado del pasmo. Le digo que no, que lo esperamos arriba y sube con resignación. Rodeamos por detrás la central y en la pasarela del puente nos quitamos bartulos, plegamos cuerdas y guardamos todo el material y nos quedamos un rato charlando mientras yo me fumo un cigarro.

Desde la central tomamos un aéreo sendero que bordea por la vertiente opuesta y en poco más de 10 minutos estamos en el coche. A las 17:00 aproximadamente llegamos al coche. 

Ha sido una jornada y experiencia intensísima. Yo estoy cansado y algo dolorido de los amerizajes y golpes sobre piedra mojada. Pese a esto, eufórico y muy alegre de haber salido de esta boca de dragón y de estar bajo el sol, aunque haga calor. Alex se ha paseado y se ha divertido mucho viendónos las caras que poníamos en los diversos pasajes y sobretodo al salir del agua tras el chapuzón, con el casco ladeado o sobre los ojos, estos cómo platos, hiperventilando con el gesto del que pregunta con pánico mientras corre, que donde está el toro.

Hambrientos nos vamos a buscar un bar a Órgiva, tras varios infructuosos intentos acabamos en el camping, donde lo más que nos ofrecen es servirnos unas cervezas y frutos secos que por confusión y a granel acaban hechándonos en un gran bidón con idea de José Manuel de ir comiendo en el trayecto, tras una breve discusión, para disfrutar la cerveza a gusto, acabamos sentados en la terraza y nos acabamos el kilo de garbanzos secos y quicos que no hacen más que abrir el apetito y darnos más sed. Continuamos de regreso hasta que pasado Peligros (el pueblo) nos salimos de la autovía y paramos en el restaurante "La Cueva", donde nos damos un homenaje de buena mesa arrepentidos de habernos inflado de frutos secos.

Muy buena actividad y muy agradecido por haber sido invitado y parcipar en la misma. Gracias Alex por llevarnos a este impresionante barranco, y José Manuel, por este gran día de sustos, impresiones y risas, que ha sido un placer compartir con vosotros y una gran experiencia. ¡¡Gracias Titanes!!

20 agosto, 2022

Puig Campana, cara oeste, Vía: Matar o morir

 20 de agosto del 2022

Vía: Matar o Morir, 7a (6b+/A2) 450m.

1er ascenso por: Miguel Ángel Benito, y colaboradores: Estebán, M. Martínez, Roque Bordallo, Toni Ruano y C. francés, en mayo de 2014.



José Manuel y yo habíamos quedado para ver de hacer alguna salidita este sábado, no sabíamos si podríamos ir a tapia o algún sector de deportiva cercano. El viernes por la tarde me dice de ir al Puig Campana a su cara oeste, para hacer la Pandemónium u otra de parecida talla, viene otro compañero, Beto (de Elda), que no ha hecho tapia nunca ni escalada de autoprotección, aunque tiene 8b en deportiva y le hace ilusión estrenarse en el Puig Campana. Yo la Pandemónium la veo un poco grande, es dura y muy larga, y requiere de mucho cacharreo y temple para pasar por sitios donde en algunos tramos, lo que hay es muy cutre, o está muy podrido y apenas permite añadir algún flotante para restar pánico, y cómo ya he hecho la Pandemónium le propongo otras supuestamente más asequibles y rápidas para hacer en cordada de 3. Entre las propuestas está esta vía, la Matar o morir, que parece muy equipada y rapidita y tiene muy buena pinta, y con esta nos quedamos como objetivo.

Llegamos un poco tarde al aparcamiento del helipuerto del Puig Campana, no hay nadie, parece que somos los únicos que se les ha ocurrido venir hoy a escalar. Arreglamos material y sobre las 8:45 iniciamos la aproximación hasta la pared. La temperatura es relativamente agradable pero la humedad la hace un tanto bochornosa y en la subida final a la pared vamos empapados y chorreando sudor.

Vamos bromeando como siempre, explicándo y dando premisas de atención y observación de las diferencias entre la escalada clasica y la deportiva, para ir metiendo en ambiente a Beto, de momento le hemos endosado las 2 cuerdas.

Pasamos por debajo del estético y majestuoso espolón de Finestrat y muro contiguo que forma la mole oeste de la impresionante arista de la Aristóteles - Pepsi, toda la pared está solitaria.  Pasamos por debajo de la fisura Neolítica y a continuación comenzamos la trepada de acceso al primer contrafuerte. Para ganar tiempo, continuamos por las herbosas canales y cortos tramos de trepada por donde discurre el tramo inicial de la Montesinos, hasta que llegamos a la gran campa de la oeste, que ascendemos a buen ritmo atravesándola en diagonal hasta llegar a pie de vía bajo la gran canal que forma un angosto y vertical barranco entre las inmensas moles de las torres de la vertiente oeste del Puig Campana. De aquí parten varias vías, como la Pandemónium, la Cholita y la Niño bravo. La Matar o morir, se introduce por la canal, buscando la roca más franca en el lado derecho de la canal, para llegar a la torre del fondo, por donde inicialmente traza un atípico recorrido aparentemente poco lógico, pero que se justifica con los sistemas de fisuras superiores, que ofrecen la escalada más tapiera, técnica y de calidad, de todo el trazado.

Todo este vasto y vertical entorno de afiladas agujas, torres y crestas, de formas y volúmenes caprichosos y desgarrados, apenas separados en su base por verticales barrancos, me hace contrastar una cierta similitud con la reciente experiencia en el Galayar en la sierra de Gredos, aunque aquí me resulta el ambiente más salvaje y variado, combinando espesas y angostas apreturas, con jardines colgantes, vistas al mar, y una roca muy variable y de complicada navegación, asediada por una agobiante presión demográfica y urbanística. 

Aprovechando la presencia de Beto, hacemos reparto de largos José Manuel y yo, y con la escusa de que tiene 8b y de que aquí la dificultad máxima es en la que él calienta para escalar en deportiva le asignamos los más duros. Beto no objeta y se muestra confiado, aparentemente esto le parece una excursión y poco más.



1er largo: 6a, 45m. Comienza José Manuel, pasando por la derecha de una característica cueva junto a la base de la pared izquierda. Vemos un bolt, y más abajo un mimetizado clavo. La roca tiene una pátina de polvo y broza, y una textura muy pulida, aunque hay muchos resaltes y agujeritos para pies, resulta resbalosa y genera mucha inquietud por la sensación de un resbalón inminente. José va ascendiendo con mucha precaución, protegiéndose los pasos  con los seguros que la roca le permite instalar. Poco antes de la reunión, el trazado obliga a ascender con algunos pasos de chimenea, en equis, sobre verticales concreciones estalacmíticas. La reunión está en medio de la chimenea.


2º largo: 5º+, 45m. Continúo yo, tomando la placa de la derecha, que va derivando conforme me alejo de la canal, en  un mosaico de fisurados  volúmenes  de cantos planos, en roca gris, que acaba en bloques más perfilados que delimitan el borde de un aéreo y herboso ensanche de la canal  que forma una selvática repisa, bajo una caída de 50m desde la impracticable canal "Vietnam". Cruzo la repisa en diagonal hacia la izquierda hasta llegar a la reunión sobre un bloque con un pequeño durillo en su borde.


3er largo: 6a+, 45m. Sigue Beto, pasando sobre la reunión hacia la izquierda, tomando una serie de finas placas con pasos puntuales  de 6a, con tramos de fisura y diedro a la derecha, aprovechando estas para autoprotección, siempre con tendencia hacia la izquierda en dirección a una destacada carrasca a la izquierda de un visible diedro oblicuo. En estos primeros largos, aunque apenas se nota una brisa, estamos en zona muy sombreada y la temperatura es muy agradable. Aquí Beto siguiendo pautas de colocación de seguros flotantes según le hemos ido explicando y ha podido observar en los largos anteriores, va colocando sus seguros en los tramos limpios y en general lo protege bien. Monta la reunión directamente en la carrasca.



4º largo: 6a+/, 30m. Continúa José Manuel, saliendo en una corta y terrosa travesía horizontal a izquierda, para tomar un vertical sistema de ancha fisura-diedro, que acaban formando un plantado diedro con ligero abombe antes de llegar a un visible desplome en una concavidad del marcado diedro superior, donde se ubica la reunión. Este largo nos parece ligeramente más fino que el anterior y bastante más físico.




5º largo: 6a/+, 40m. Sigo yo, saliendo de la reunión recto por una placa que forma el lado izquierdo del  gran diedro que asciende oblicuo, cuando llego a una zona más plantada donde se agrupan varios bloques de fea catadura, los evito en lo posible con varios cruces y continúo por un ligero desplome de roca muy meteorizada con muy buenos cantos y después por placa menos vertical, poco más arriba, José Manuel me comenta que el croquis marca una ligera travesía a la izquierda, pero desde donde estoy no tiene lógica, mirando más detenidamente visualizo unos bolts a 10 metros a mi izquierda en una placa que forma un diedro ciego  con el muro donde me encuentro. Me toca destrepar 8 - 10 metros hasta coger una serie de fáciles repisas que conducen al diedro del trazado de la vía. De haber seguido nos habriamos quedado separados del resto del muro en la torre de la derecha, ya que más arriba hay otra canal hacia la derecha que separa esta del muro del fondo. Tras el destrepe y la travesía, subo por el diedro ciego que forma la placa con pasos obligados de laterales planos y poca fisura, hasta llegar al borde de otra canal que se asciende hacia la derecha formando un barranco oculto. Me salto la reunión para ganar un poco de tiempo en cambios de cuerda y sigo por la espesa vegetación con tendencia a la derecha, siguiendo una cuerda fija, derrapando sobre la empinada pedrera, hasta que no queda cuerda y monto reunión en una carrasca que surge de la pared izquierda. Cuando llegan mis compañeros, ascienden unos metros más hasta llegar bajo los primeros seguros del siguiente largo. A todos nos parece este último largo más fácil que el anterior, dándole al anterior 6a+/ y a este, 6a/, y no 6b como indica el croquis.

Hasta aquí, la escalada ha sido bastante anodina, sin nada que destacar aparte de la sensación de estar ascendiendo un impresionante barranco con mucha vegetación y roca mediocre. Aunque aún así, el ambiente impresiona y la sensación de aventura es total. Vamos muy tranquilos, se han hecho las 16:00 y aún nos queda todo el tomate, lo anterior era sólo la lechuga de esta brutal ensalada de roca y finas hierbas donde abunda y destaca la ruda, que por suerte ya está bastante mustia.

Desde donde estamos nos llama la atención varios bolts muy distanciados entre ellos, que vemos entre la espesura de la canal, en la pared del otro lado de la misma, aparentemente no tienen continuidad hacia arriba, es como si fueran por la pared bordeando la canal y además se ven muy nuevas las chapas. Luego veriamos desde la 8ª reunión, otro bolt solitario en esa pared, justo enfrente, colocado en una placa naranja inverosímil, ya que las fisuras próximas son ciegas y  para acceder por debajo o por cualquier lado o seguir alguna dirección desde ese punto la autoprotección es practicamente imposible. Tampoco se ven señales de picadas de clavos u otros, nos resultan muy curiosos esos bolts dispersos en medio de la nada. 




6º largo: 6c/, 35m. Sigue Beto, tras estudiar la pared y hacerse una idea desde abajo de los pasos según ve los cantos. Beto sube con pasos estéticos y movimientos elegantes de deportiva, parando a darse aire mientras espolsa antebrazos y moja magnesio, mientras José y yo lo miramos con la boca abierta de admiración, nos va dando indicaciones de los cantos y movimientos, y con esta dinámica resuelve el largo hasta la primera cueva. El último paso le cuesta más, tanteando y probando posibles cantos y movimientos, hasta que lo resuelve no sin esfuerzo, con un canto un poco a la derecha en la placa, tras pasar el desplome inicial. Después, asciende José Manuel, metiendo la reductora con pasos en libre combinados con fuerza bruta sobre las cintas. Cómo quiero intentar encadenar, dejo bastante espacio entre nosotros antes de empezar a subir, por si tengo que pasar corriendo alguna sección. He intentado memorizar los pasos que ha hecho Beto pero lo mio dista de la elegancia y los movimientos estéticos,  es más frenético y espasmódico, con sucesivas apneas, jadeos y exclamaciones involuntarias que se me escapan conforme voy resolviendo pasos y voy tomando aire en los reposos activos donde hay buen canto y no desploma. Al final después de la primera cueva, está con diferencia, el paso más duro y más desplomado, ineludible, con canto pequeño que da la impresión de que vaya a petar,  y la salida "in extremis" y llena de broza que va cayendo de un antiguo y abandonado nido de rapaz grande, ubicado en la segunda cueva donde está la reunión. Me ensaño con los bordes romos y la broza,  hasta que consigo ver y coger el canto de la derecha en la placa  gracias la las indicaciones de mis animadores compañeros desde la reunión, y puedo pasar y llegar ya consumido a la reunión.




7º largo: 7a, 50m. Según lo estipulado en el reparto, este largo lo ha asumido Beto, por ser el chiquillo del grupo y además octavogradista consumado. Así que le pasamos todo el arsenal por lo que pueda encontrarse cuando se acaben los seguros fijos y le damos alguna instrucción para cuando monte la reunión, de cómo debe asegurarnos de tensos cuando subamos nosotros de segundos. Le  comentamos si quiere llevarse los ganchos, aunque los rechaza, nunca los ha usado y en teoría es un sólo paso de 7a con cierto aleje entre bolts pero para él eso no debería ser obstáculo. Por consideración, no lo cargamos con los friends más gordos.

Comienza saliendo por el lado derecho del cómodo nicho donde estamos, tomando distantes pero buenos cantos de buena roca que ha mejorado en calidad y adherencia notablemente respecto a los largos anteriores. Lo perdemos de vista de inmediato, pero lo oímos hacer algún comentario sobre cantos tipo laja, uno de los cuales se le rompe pero logra mantenerse con el pulgar en el resto del borde que ha quedado y todo queda en un susto. Conforme asciende, los comentarios van adquiriendo un tono más serio y empiezan a predominar las interjecciones y alguna declamación con mucha vehemencia y poca retórica, tales cómo: - ¡ostras!, esto es fino de cojones... o algo parecido a: - ¡joder...! la siguiente chapa está a cá dios!. En esta tesitura, José y yo lo vamos animando, diciéndole que cómo no encadene le toca pagar el aperitivo con bocadillo incluido. Beto va perdiendo velocidad conforme llega al paso clave, en este punto lo oímos de forma confusa, cómo si hablara para si. Parece que le resulta difícil de resolver y tras varios intentos acaba frito descansando de la cinta. Hace varios intentos infructuosos y mientras tanto la tarde se va llendo, tras un breve cambio de impresiones a voces, José lo descuelga hasta la reunión y yo me equipo tras un arreglo de cuerdas.

Salgo con la carica de ratón sin mirar a mis compañeros y no darles pena, pero cómo voy con la cuerda por arriba pasada por el último seguro al que ha llegado Beto, eso me inspira cierto ánimo, cuando empiezo a subir por el filo de la cueva y empiezo a coger distantes pero buenos cantos me voy animando más, es duro pero de tanto en tanto un buen canto y buenos apoyos para pies me dejan respirar, no obstante no puedo evitar exclamar repetidas veces que me recuperen y que me tensen la cuerda. Cuando llego al último seguro, hecho un vistazo y sin pensarlo me cuelgo de la cinta para estudiar el tema y darme un buen reposo. Aquí hay un paso de lectura difícil que confunde un poco y está más liso que el mármol hasta llegar a un tenue diedro ciego de romos tacos y escaso borde lateral. A gritos, Beto me indica unos cantos a la derecha que él ha tocado, lo intento por ahí pero me quedo cruzado en una postura imposible que me hace recular a la cinta. Busco y veo una primera gota de agua donde inserto un gancho, acero del mismo y me levanto para tocar algunos rebordes malos y una pequeña pestañita en el inicio del diedro ciego, parece útil pero falta algo para elevarse y hacer este canto escasamente bueno, mirando descubro por debajo un hueco romo muy a mi izquierda que me permite meter la punta del pie izquierdo y estabilizarme lo suficiente cómo para tirar acerando de la uña y cogiendo la pequeña pestaña para poder soltar la úña y llegar a una buena regleta de gotas de agua donde junto manos y retrepo patinando hasta coger el borde lateral del diedro y subir el pie izquierdo a mi mano izquierda que aún tengo en la regleta, reboto esta mano a otra regleta muy buena un poco más arriba a la izquierda y consigo enderezarme y subir también el pie derecho junto al izquierdo y plantarme debajo del siguiente bolt. Aquí un resquicio de fisura invertida me permite colocar un estimulante totem amarillo que me hace expirar en profundidad y vaciar la carbonilla que ya me estaba axfisiando. Me subo a la otra regleta usando los bordes del exiguo diedro y consigo llegar al bolt, del que me vuelvo a colgar para tranquilizarme y bajar las bombonas inflamadas que tengo cómo antebrazos. Tras unos cortos minutos salgo en libre con pasos aún muy duros, pero con mejores pies que abajo, con largas remadas voy subiendo adaptando los abdominales a los relieves de la roca tal culebrilla trepadora y cuando me quiero dar cuenta ya estoy fuera del placón, exultante y parlanchín cómo un periquito. Sigo por terreno fácil, pasando una insinuante encina que se presta a reunión, pero continúo un poco más por una serie de fisurados bloques hasta que veo la cómoda reunión sobre ellos.

Cuando suben mis compañeros les indico un poco los pasos y Beto resuelve sin problema pero no sin esfuerzo el paso, le había faltado descubrir el pie izquierdo en el romo agujero salvador para poder llegar a las regletas de gotas y se había fundido probando por la derecha. José se emplea a fondo gancheando y con un estribo y tras un buen rato de interjecciones y bufidos llegan a la reunión.




8º largo: 6c, 45m. Tras jocosos y exultantes comentarios cargados de adrenalina, sacamos croquis para verificar el susto que nos queda. Miro las caras de mis compañeros y la lectura me hace agachar la cabeza y equiparme con resignación, no se ven para tirarle al impresionante sistema de fisuras y diedros que tenemos encima, y se está haciendo muy tarde. José Manuel me promete que se hace él el ultimo largo, pero que ahora necesita reposo.

Salgo recto de la reunión, por una fisura seudo-diedro que desploma ligeramente, tras forcejear y pasar este atlético tramo continúo la perfecta fisura  que sigue hacia la izquierda, en seguida esta se planta y queda entre lisas placas con ligero abombe, al final voy resolviendo con empotramiento de puño, hombro y una salvaje bavaresa en adherencia hasta situarme bajo la desplomada, oblicua y ancha fisura  siguiente, aquí grapo en un bolt y veo que cómo no pueda meter nada en el fisurón tengo un sartenazo del 15 sobre los bloques en lo que me he subido. Me preparo artillería y salgo con arrojo de pirata con el cuchillo en la boca, no me queda otra, "Matar o morir", ahora veo el nombre. Aprovecho lo más fino de la fisura para colocar artillería menor y no gastar los gordos, previendo un brutal fisureo con un gran cañonazo. Llego al fisurón de canto semi-invertido plano y algo romo, torsionando el cuerpo y el alma, voy dando patadas en la lisa placa de la derecha cómo pretendiendo clavar el pié para obtener la preciada adherencia, a mitad del fisurón, me quedo en brutal oposición y meto el friend del 3,5 que llevo, de primeras se queda ladeado y con dos levas abiertas, la fisura es bastante ancha para este friend, lo ideal hubiera sido un 4, al final moviéndolo consigo ver las levas más o menos con cierta simetría aunque para mi gusto demasiado abiertas, pero es lo que hay y aquí no aguanto un segundo más, sigo en bestial bavaresa desplomada hasta subir los pies sobre una exigua bandeja de adherencia y enderezarme para tomar aire. Aún me queda un corto paso para llegar al siguiente seguro fijo, no me lo pienso y sigo en bavaresa con pies en adherencia, pero ya fuera de la zona desplomada, llego al bolt y me cuelgo con los brazos entumecidos. Tras espolsar brazos y recuperar el aliento y la circulación, sigo por la fisura, aún queda algún pasete tonto antes de llegar al final de este sistema de adosadas lajas que forma este impresionante espolón fisurado, sobre el cual está la cómoda reunión.

Llegan mis compañeros, con caras de cansancio y colorados del esfuerzo obligado de estos últimos largos.




9º largo: 6b+, 50m.  José Manuel, ateniéndose a su palabra, tras estudiar el tramo de pared visible, se equipa para hacer el siguiente largo, aunque con poca convicción. Empieza por una lisa placa de adherencia con un bolt, cogiendo unas ridículas ñapas para levantarse hasta unos cantos laterales y desde estos, aún en adherencia, llegar a otro bolt en la gran ceja desplomada. Aquí no hay que pensar mucho, la salida es bastante más de 6b y muy aleatoria la adherencia, y caes a repisa, ni las horas ni los ánimos están para tontadas de una lesión con lo bien que llevamos el día. José acera del primer bolt y forcejea desde un micro-friend para llegar al siguiente. Después cruza por debajo de la ceja hasta su extremo derecho, donde hay otro bolt, todo este tramo nos parece bastante más de 6b y aunque hay 3 bolts, la potencial caída desde cualquier punto, es muy fea.  Desde el extremo derecho de la ceja, José Manuel  sale recto por un sistema de fisuras ya más fáciles, progresando ya por fracturadas placas que se van aglomerando en bloques encajados conforme llega al filo de la arista.



Trepada final: 3+, 50m. Llegamos a la última reunión Beto y yo, y sin perder tiempo continuamos por la arista con fáciles trepadas sobre encajados bloques de abundante lapiaz, hasta que llegamos a una zona ya sin riesgo de caída al vacío, entre carrascas, en el filo de la cresta que continnúa ascendiendo con menos pendiente hasta llegar al Portell. Cuando llega José, nos ponemos las zapatillas y recogemos cuerda rápidamente, está obscureciendo y apenas nos quedan 30 minutos de luz. Sólo yo llevo frontal, así que vamos rapidito en busca del intrincado tramo de descenso entre resaltes de bloques para alcanzar a su vez la ruta de descenso normal para bajar al Carreró.

José Manuel conoce otra ruta de descenso más directa al Carreró, aunque con un rápel. Decidimos ir por esta ruta, para llegar lo antes posible a terreno seguro, aunque sea en la parte superior de la penosa pedrera del Carreró. Me consta que hay un sistema de rápel que desciende desde el Portell hacia la cara oeste y por unas zetas entre las campas de los contrafuertes se alcanza el sendero de acceso al Coll de Pouet, pero lo descartamos por que no son horas de ponerse a buscar ni investigar.

Pasamos el Portell y seguimos una serie de hitos que nos van conduciendo para evitar los resaltes rocosos por algunos cortos destrepes, con varias zetas, vamos descendiendo hasta que en un punto con vista al Carreró, distinguimos en la penumbra un arbolito de porte singular, una acacia, que José Manuel tenía cómo referencia de la ubicación del rápel. Descendemos entre los resaltes hasta que llegamos al rápel, que está debajo y a un lado de la acacia. Después del rápel continuamos por terreno muy pisado entre un bosquete de carrascas hasta que salimos al Carreró. Aquí comienza el tedioso descenso sobre piedra suelta y fija a la vez con empinados tramos de tierra, estamos en lo más alto de este gran corredor, un poco más abajo del collado del Bancal del Moro. Se hace eterno y al final voy buscando las zonas de roca suelta donde poder deslizarme y bajar más rápido. Tras algunos traspiés y alguna culada llego al final del Carreró, empapado en sudor como cuando subimos la aproximación a la pared oeste. Busco un sitio cómodo y me siento a esperar a mis compañeros que bajan con mucha precaución muy leentameeeente. Despues todos juntos descendemos por el sendero del kilómetro vertical hasta el puente junto a la Font del Moli. De aquí, José decide ir él sólo a por el coche que está en la curva del helipuerto de emergencia, mientras nosotros lo esperamos.

Bajamos al pueblo, la calle principal está abarrotada de gente, aunque la mayoría de bares están cerrando y no nos quieren servir, al final conseguimos sentarnos en una terraza, donde por lo menos, si nos ponen una frescas jarras de cerveza, y Beto se va a un puesto de feriantes y nos trae patatas y gusanitos. Al final han sido unas 16 horas de actividad NON STOP,  parece inaúdito tanto tiempo, pero apenas hemos parado.



La vía Matar o morir es diferente a los trazados más concurridos de la oeste del Puig Campana, la parte inicial desde la canal hasta la siguiente canal, tiene el corte clásico y vetusto de los trazados históricos de los primeros ascensos, con mucho ambiente entre los angostos estrechos y barrancos entre las inmensas torres y muros, y tupidos de agresiva vegetación en defensa de su territorio natural. La segunda parte desde la canal superior hasta el final en la cresta, es de corte mucho más deportivo combinando con  escalada clásica muy tapiera y con tramos de cierto compromiso.

Beto no puede comparar por que es su estreno en pared y en cacharreo, vaya estreno, no se esperaba esta actividad ni por asomo, pero fué él quien propuso el Puig Campana. Es una vía peculiar que da la impresión de haber sido diseñada y trazada para alcanzar exclusivamente el sistema de fisuras del penúltimo largo. No obstante nos ha parecido un viote con mucho más tute de lo que aparenta en sus poco más de 450 metros de recorrido, ojito, hay que llegar y después hacerla, y su caracter va "in crescendo" a medida que subimos.

Muy Recomendable para los que gustan de ambientazo salvaje y escalada de dificultad en terreno de aventura.