04 diciembre, 2021

Ponoig - Rolling Stones

 Ponoig

Vía Rolling Stones                                                                                04 - 12 - 2021

1ª ascensión: J.Carlos García Gallego, enero 1982

Croquis descargado de "Maniobras de escapismo"

Vía muy conocida y bastante repetida, considerada "de las fáciles" en este sector de la pared, no obstante, tiene sus pasetes y no habrá que prestar atención en algún tramito. Para mi es la 3ª o 4ª vez que la hago, la primera a finales de los 80 con Leandro, ha llovido mucho desde entonces.

Quedamos un buen grupo: Cosme, Joaquín, en una cordada y José Manuel y yo en otra.


1er largo: 6b, 30m. Tras sortear con palitos a quien le toca, empiezo yo, por placa fisurada fácil con ligera tendencia a izquierda para situarme en la parte más lisa, bajo una fisura desplomada con algún clavito que anima, de esta fisura parte un diedro que habrá que dejar a la derecha. Me subo sobre un agujero y voy tanteando para salir a la izquierda de la fisura, para tomar las pequeñas fisuras, aquí se concentra la dificultad de este largo, que además tiene una caída muy fea en péndulo, bastante delicada de proteger. Después por tramos de la placa de la izquierda del diedro, hasta los últimos bloques que forman pequeños espolones al final. 

2º largo. 6a, 35m. Sigue José Manuel, entre bromas, en ligera travesía a la derecha, navegando un poco pues no es muy evidente y no hay mucho que sirva de referencia, con muchos bloques sospechosos. Pasa a un diedro a la derecha, donde se ve algún cordino en puentes de roca, al final del mismo, Jose intenta salir recto y tras un breve forcejeo decide descansar y colgarse del cordino del último puente de roca. De pronto sale propulsado y cae bastantes metros a plomo por el diedro. Nos quedamos todos boquiabiertos y tras preguntar por su estado, Jose responde con improperios y letanías sobre el cordino del que se ha colgado y su antiguao dueño. La primera impresión es que el cordino se ha roto, pero resulta que aun está intacto colgando de la cinta que culega en la cuerda, tras esto pensamos que se ha roto el puente de roca. Tras recuperrase, José vuelve a ascender y llega de nuevo al puente de roca, está intacto, entonces entendemos que ha pasado, el cordino estaba pasado en doble, cómo ha crecido la hierba no veía bien, y Jose ha lazado sólo una parte y el cordino se ha salido, menudo susto del 10, menos mál que ha sido una c´aída limpia. Tras pasar el susto, retomamos la s bromas y animamos el tembleque de mi compañero con comentarios típicos sobre lo aconsejable de llevar abundante papel higiénico para estos casos, y con estos ánimos, mascullando entre dientes algún improperio hacia nosotros y hacia el dueño del cordino gracioso, pasa el diedro por la derecha y sigue en travesía hasta la siguiente reunión.

3er largo, 6b/+ / A0, 15m. Continúo yo, por buena roca en general, iniciando una travesia diagonal a izquierda, hacia un destacado y desplomado diedro, cortito pero intenso. Hay muchos clavos de época, aunque alguno ya está jubilado, arrugado y con cascarillosa barba de óxido. Voy encadenando y llego a la parte final del diedro, pero cuando intento darme la vuelta para ponerme de cara a la fisura de la dercha, la cuerda se me queda por encima del cuello y no puedo sacar el brazo para tomar la fisura, al final controsionismo y equilibrio, me agarro al último clavo y coloco un friend  un poco más arriba que ya me da más tranquilidad, y sigo en libre, pasando por la fisura desplomada a  la derecha sobre una cómoda reunión, desde la que puedo observar las caras de circunstancias de mis compañeros  pasando la fina travesía hasta el diedro.

4º largo, 5+/6a, 30m. Sigue José Manuel, salienda ligeramente hacia la izquierda, entre bloques y matorral, para tomar una placa que lo conduce a un diedro, con abundante vegetación, que queda encima de nosotros. Alternando fisura y placa a ambos lados del diedro, asciende colocando piezas para proteger, A nuestra derecha podemos ver las desplomadas fisuras del largo clave de la Titanic.





5º largo, 4º, 30m. Sigo yo, pasando entre acebuches, coscojas y otros cariñosos arbustos que se me van enganchando al material que cuelga del arnés. Al final salgo recto y voy tomando una serie de fisuras entre tramos compactos de placa, muy proximo a lo que se intuye como una redondeada arista entre la terraza de la izquierda y un herboso y destacado diedro a la derecha. Tras 20 metros, veo arriba a mi izquierda unos clavos en una cortita y plantada placa, sigo y paso este tramo (el supuesto 6a del siguiente largo), tomo una serie de pequeñas cornisas que ascienden hacia la derecha y llego a una placa donde se impone una travesía. Llevo mucho roce de cuerdas y apenas me puedo mover, así que decido montar la reunión. Luego sube Cosme en cabeza de la otra cordada, por el tramo de los arbustos y a la la terraza que yo he dejado bajo a mi izquierda, al final de esta, monta la reunión sobre 2 bolts.

6º largo, 5º, 20m. Sigue José manuel, en travesía horizontal hasta tomar un destacado diedro al orto lado de los bloques, asciende este y un poco más  en ravesía a la derecha, monta la reunión sobre otro 2 bolts. Mientras tanto, Cosme me ha pasado y toma la delantera, después pasa Joaquín, quedando yo el último.

7º largo, 5º, 25m. Sigo yo, saliendo entre bloques para tomar un amplio diedro con fisura que me sitúa ya en la herbosa cornisa previa a la salida de la pared.

8º largo, 4º, 30m. Sigue José Manuel, en selvática travesia horizontal hacia la izquierda, hasta llegar a la roca más despejada que se ve cómo un espolón, bajo el imponente diedro final de la Excalibur.

9º largo, 4º+, 45m. Sigo yo, en ligera diagonal a izquierda, pasando evitando algunos  enormes bloques apilados en tramos de placa, buscando lo más evidente y compacto hasta llegar al final de la pared, sobre la arista.

Pese a ser una vía de las "faciles", se nos ha pegado bastante y se nos ha hecho larga. Ya hay ganas de un buen bocata.

 


Desde el bar, contemplamos la mole del Ponoig con las últimas horas del atardecer, mientras entre risas bromeamos y recordamos el susto de José manuel.



01 noviembre, 2021

Cabeço d'Or - Penya del Home - El holandés errante

 01 de noviembre de 2021

El Holandés errante




1er ascenso por: Manuel Bernabéu, Fran Bernal y José Palazón, en septiembre de 2010

Quedamos Joaquín y yo a las 8 en el aparcamiento del Cabeço. En principio con idea de hacer una rápida en las Torres del Payju y después a la bajada ir a la vía "el arca de Noe", en el cerro de Jeyjo.

No tenemos claro con que vía empezar, nombrando diversas como "el incombustible Guerola", "Walker la invencible", ... pero pronto empezamos a derivar por otros cerros, que no los de Úbeda, pero si muy distantes y desconocidos para ambos, no se como sale a colación la "Autorreverse" y seguidamente mientras intentamos localizar el croquis por internet, vemos también la vía "el Holandés errante", la cosa se va enrevesando y cada vez se pone más interesante.

Tras un buen rato, empezamos a caminar, con el móvil en la mano e intentando localizar por internet un croquis o reseña de acceso a la pared, que ni siquiera tenemos claro cual es.

Pasamos el Racó de Seva, y seguimos ascendiendo por el mismo, dirección a las paredes de las antenas (penya del Home), que vamos intuyendo con la imagen que hemos descargado, al llegar a un collado, a derecha parte un sendero hacia las paredes, es un sendero sin balizar y con tramos poco evidentes que habrá que intuir para no equivocarnos por los múltiples vericuetos que se entrecruzan. Una larguísima marcha de casi hora y media, caminando con mucha incertidumbre de localizar una vista de la pared acorde con la descripción y con la foto del croquis de la vía "Autorreverse" visualizada en la web de "senderos de la roca". 

Con alguna trepada sobre cortos resaltes de roca llegamos a la vira bajo la gran pared anaranjada, después, por debajo de la imponente y desplomada pared, vamos viendo y localizando señales de vías que nos parecen inhumanas, vemos también una cuerda fija muy nueva, instalada en el último y desplomado muro que forma un pequeño anfiteatro con un destacado contrafuerte. Llegamos a pié de vía y vemos picada una "H", más abajo a la izquierda hay otra picada con una "A" de la  Autoreverse, y más a la izquierda aun, casi al inicio del destacado contrafuerte que prolonga este pequeño anfiteatro, 2 líneas de parabolts que no tenemos ni idea de que son.

Se ha nublado completamente desde Alicante capital hacia el norte y el oeste, y amenaza lluvia, hace un viento bastante fuerte y frío, el paisaje hacia el suroeste es impresionante por claridad y su nitidez, desde aquí, podemos visualizar con mucha definición las últimas montañas de la costa murciana ya en Cartagena. Aquí la soledad es total. Nos equipamos tras ponernos los corta-vientos que traemos, haciendo algún comentario sobre la posibilidad de abandono si la cosa se pone más fea. Al final repartimos someramente los largos y empieza Joaquín, bajo unas placas naranjas con la parte superior horadada como un gruyere con algunos puentes de roca en sus perforados alveolos. Empiezan a caer gotitas de agua, no tiene pinta de llegar a más.


1er largo, 45m. 6a+. Sube Joaquín, por placas anaranjadas, con abundante formación de gota de agua como dientes de coral, que al inicio le confiere mucha adherencia. Hasta llegar al primer sostre lajoso bajo los primeros meteorizados agujeros de crocanti, aquí cambia la escalada de placa por una escalada más atlética con remadas compensadas con todas las extremidades para suplir la fragilidad de la roca pasando de un alveolo a otro. Va reforzando con seguros flotantes en los tramos más distantes y expuestos entre los múltiples seguros existentes. Después hacia la izquierda, un paño de placa compacta con 2 bolts hasta un hueco naranja crocanti del que sale por la izquierda, inicialmente tocando el desplomado borde del hueco para subir pies y coger un filo sobre roca gris que nos coloca en un seudo-diedro con un ligero desplome a la salida antes de llegar a la reunión sobre el collado del gran muro y la cresta final del contrafuerte. Muy buen largo para entrar en ambiente.

Viendo el asunto, me quito el corta-vientos y subo en camiseta, parece que pese al frío viento, mientras estemos escalando aun sudaremos bastante. Cuando llego a la reunión, realizo un corto destrepe a una campa para situarme a la izquierda bajo un gran diedro fisurado con los primeros 10 metros con una pátina de musgo negro terroso que tapiza hasta el interior de la fisura y que junto con el resto de roca de la placa de la derecha tapizada de liquen blanco, le da un aspecto y una textura precaria y de delicatessen para quitar el hipo. 


2º largo, 40m. 6b+. Sigo hacia el diedro, subiendo un primer tramo resbaladizo y con abundante flora para darle más aderezo. Empiezo el diedro con cuidado de no cegarme con el negro polvillo que se desprende de la fisura, protegiendo los pasos hasta un cordino lazado en una sabina. Cuando llego a esta, veo que apenas me aguanta para traccionar de ella, paso con mucho cuidado y sigo hacia un resplandeciente bolt bastante más arriba, la fisura se ciega por tramos y no siempre se puede proteger. Paso el bolt y sigo hacia otra sabina en un tramo abombado, esta sabina es mejor seguro, pero queda de forma que resulta casi imposible pasar sin quedar retenido y enganchado por múltiples puntos, aquí dejo media manga de la camiseta. Sigo con pasos muy finos de bavaresa y pies sobre liquen y llego a una zona más fácil donde me permito bajar pulsaciones y respirar mientras miro el siguiente y desplomado tramo. Salgo del diedro a mi izquierda para tomar otro sistema de fisuras desplomadas con pasos de off-wich y canto plano, con pasos muy técnicos y apretando en apnea hasta llegar a la reunión en una buena repisa.


3er largo, 15m, 5º. Sigue Joaquín, en travesía horizontal a izquierda, sobre una buena repisa pero sin nada donde cogerse cuando esta se estrecha y el péndulo aprieta el culo, al final de la repisa hay que estirarse mucho y darse un pasete muy volado, aunque hay un clavo que minimiza la taquicardia. El viento es muy fuerte por momentos y en la travesía da mucha impresión, parece que te vaya a sacar de la pared.  La hago de 2º con el corta-vientos puesto por que estoy helado de estar parado en la reunión.

4º largo, 30m, 6b+. Continúa Joaquín, saliendo a izquierda por fina placa fisurada con finos pasos en bavaresa de yemas hasta una primera repisa, después se sitúa bajo un bloque contrafuerte en la base de un diedro-canal, donde se concentra la dificultad del siguiente paso, una piedra empotrada entre las hierbas del lado derecho es el agarre clave para salir airoso de este raro paso, me lo cantó Joaquín cuando ya empezaba a darlo todo haciendo bavaresa sobre un filo romo. Después sigue por el diedro canal y en su parte superior sale a la placa de la izquierda, de esta pasamos a las lajas de la derecha y enseguida a la reunión junto a una gruesa sabina. Antes de salir y viendo lo que ha peleado Joaquín este largo, me vuelvo a quitar el corta-vientos, y efectivamente, vuelvo a sudar de nuevo...

5º y 6º largo, 55m. (35+20m con mucho roce), 6b+/A1+. Sigo yo, para empezar se ven 3 parabolts en una plantada placa de finas regletas y pequeños agujeros. Para salir de la reunión no tengo nada bueno y me veo cayendo sobre la repisa, pese a que aunque resoplando cuando no, en apnea, he ido encadenando, al final aquí acero para llegar a un primer canto bueno y para llegar al primer bolt ya lo doy todo, intento seguir pero me es imposible y me toca colgarme y descansar. Sigo y en las ultimas saco la tramposa que traía Joaquín y lazo el 2º bolt, acero y vuelvo a colgarme, esta placa es brutal y no se si es que voy ya cansado o no leo bien estos nimios cantos pero no me lo veo para hacerlo en libre hoy, lo veo durísimo. Para seguir no  me queda otra que seguir en libre, por suerte hay buen canto para chapar el 3er bolt, y sigo hacia la derecha con pasos de placa muy finos, para coger un filo de una tremenda y disfrutona laja y subir por esta en diagonal a derecha hasta que se acaba bajo una plancha donde a mitad hay un bolt. Para llegar al mismo se me hace durísimo, al final consigo chaparlo y me cuelgo para descansar y tomar aire. Lo que sigue es otra corta plancha donde por encima hay pequeñas oquedades y poco más arriba se intuye canto, pero no hay nada para pies. Hago un primer intento pero sin pies me es imposible soltarme del bolt. Monto un estribo sobre este y me suelto, pero con estos cantos  y desde el peldaño no llego hasta los bordes de la derecha. Al final coloco una uña y pongo el peldaño bastante más alto, subo y cuando ya estoy casi tocando la fisura de la bavaresa superior, se rompe la roca y vuelo con pedal y uña incluidos, unos cuantos metros. Vuelvo a subir, reubico la uña en el mismo sitio, aprovechando lo poco que ha quedado de borde, me subo al peldaño  y moviéndome suavemente como un camaleón consigo coger los primeros cantos, saco pies cuando toco los primeros cantos y me paso ligeramente a derecha para apoyar el pie derecho en un saliente mínimo, sobre este me estiro y consigo llegar a la fisura invertida de la bavaresa. coloco un friend en las últimas y me enderezo para recolocar pies y pegarme a la roca para poder descansar, y respirar... Después continúo ya disfrutando por la bavaresa hasta acabar esta y salir a una repisa de precarios  bloques, salgo a la derecha por la repisa y llego a la siguiente reunión. evalúo el roce, y con ganas de salir ya de aquí, venteados como trapos, decido seguir estos últimos metros.

Sigo por una fisura en placa ligeramente desplomada, dando varios pasos protegiendo con friend hasta llegar a un bolt, casi no puedo levantar la cuerda y me toca pasar el bolt para chaparlo, lo que viene es más duro y ya no puedo más, me cuelgo del bolt y descanso unos minutos. Vuelvo a seguir metiendo algún fisu y algún friend más arriba, del que acabo colgándome en las últimas, la placa de la izquierda está más lisa que el mármol. Al final, me cojo cuerda y apuro todo lo que puedo acerando del último friend y sigo en libre los últimos metros hasta el final de esta fina bavaresa hasta salir a los bloques fáciles finalescomo si remolcara un carro lleno de piedras, hasta llegar a un pino donde monto la reunión.

Mientras tanto, con lo que he tardado y este frío viento, Joaquín está helado en la reunión. El viento arrecia y no nos oímos. preparo la reunión y empiezo a tirar de las cuerdas como un arriero, cuando noto que no puedo, meto las cuerdas en el asegurador y empiezo a regular la tensión en ambas. Para recuperar tengo que coger las cuerdas con ambas manos y tirar de riñones y después rápidamente, tirar de cuerdas tras el asegurador, hasta que Joaquín llega a los tramos ya pasando la travesía donde puedo asegurar sin tanto esfuerzo.

Cuando llega Joaquín, sube un poco más arriba y ya en repisa, nos reunimos y recogemos las cuerdas. Salimos entre los bloques con tendencia a la izquierda, en busca de los últimos metros de una canal herbosa que asciende entre peñas y nos conduce a la loma ya próxima a esta cumbre de la sierra del Cabeço. subimos y el paisaje es fenomenal. el viento y las lluvias de la víspera han clareado el ambiente y podemos ver Ibiza con una nitidez como nunca la había visto. Hacia el este, reverdecido valle de Sella, Aitana y el Puig Campana y de fondo el peñón de Ifach, el mar e Ibiza, dan una imagen alpino mediterránea a esta zona de Alicante, las vistas son formidables.

Iniciamos el descenso por la pista forestal tras bajar la primera rampa de hormigón y después por el camino de tierra hasta la primera y cerrada curva que gira al norte, aquí con la cumbre del Cabeço enfrente, tomamos un vericueto que desciende hacia la derecha entre coscojas y pedreras muy empinadas y bordea la pared de la penya del Home por su lado sur, al final nos vamos aproximando a la pared con mucha precaución por que debajo de estas pendientes aún hay 60 metros de precipicio. Al final de esta empinada campa hay que pasar pegados a la pared de la penya del Home, un tramo precario de unos 8 metros por una empinada y volandera traza de tierra y piedras para tomar la vira que se intuye enfrente, entre los primeros bloques y pinos. Después seguimos por la vira ya más cómoda y segura, hasta encontrar la traza que asciende desde el sendero, por la que hemos hecho la aproximación, marcada con algún mojón de piedra. Luego sólo queda conversar con tranquilidad mientras ponemos el automático y nuestros pies ya echando humo, nos llevan tras una largísima caminata hasta el aparcamiento.

Cuando llegamos a Busot  los propietarios de los bares, con ojeras de una bacanal noche, están cerrando, por suerte localizamos un bar inglés donde pedimos "two bigs beers please" and "what i have to eat", que resulta ser unas miserables: "potato chips and cheese snacks, and giving thanks", bueno habiendo cerveza para celebrar este impresionante día, con una no menos impresionante y colorida puesta de sol desde la terraza del bar, ya nos damos por contentos.


Buenísima escalada y vía de 5 estrellas plus. Enhorabuena, Manuel y compañía, por la apertura de esta joya de roca. Muy recomendable.

24 octubre, 2021

Puig Campana - Vía: Julia

 24 de octubre de 2021

Vía: Julia


1er ascenso por: Chema Ramirez y Manolo Pomares, en octubre de 1982


Vamos José Manuel y yo, a las 9 estamos caminando hacia la pared, de momento no hace mucho calor, pero hay mucha humedad de las torrenciales lluvias pasadas y con el sol apretando, nos hace sudar mucho para llegar a pie de vía.

En la base de la pared nos encontramos con conocidos a pie del comienzo del Espolón Central, son Piter, Alex y Azul, a la que invitamos a cambiar de cordada con sugerentes consejos como que aseguramos mejor, que esta vía mola más, etc, aunque no la convencemos. Tras el ratico de las bromas y mientras ellos comienzan ya a escalar, nosotros nos preparamos. Como no nos acabamos de decidir, echamos a suerte quien empieza y le toca a José.

La idea es hacer la Julia y continuar por el Espolón Central hasta arriba, hacer una visita a una sabina especial, y después bajar por el descenso de los puntos rojos hasta el Carreró.


1er largo: 5º, 45m. Comienza José, subiendo por la derecha de la flecha picada, por lo más evidente y factible de proteger, evitando a la mitad un disimulado y peligroso bloque en ciernes, pasando por la derecha de este, y en diagonal después por placa hacia la izquierda, para tomar el tramo medio y final del diedro que acaba en la repisa que forma una vira descendente hacia la base de la pared de la derecha, por la que se podría subir y eludir este primer largo. Como José no ha hecho esta vía nunca, decidimos que vamos a hacerla completa.


2º largo: 6b, 45m. Sigo yo, por una vira de bloques a izquierda hasta situarme bajo la destacada fisura/diedro del muro anaranjado. Asciendo por ella, con elegantes y estéticos pasos de bavaresa combinados con pasos en "x" hasta llegar al desplome donde me quedo un rato intentando dilucidar la salida del mismo, y es que no recuerdo estos pasos. Al final le hecho morro y apuro en bavaresa con varios pasos seguidos muy atleticos hasta pasar el abombe y volver a posición vertical, apurando los disfrutones pasos de esta fisura final que acaba en un resalte bajo otro imponente diedro/bavaresa en diagonal a derecha, que da impresión pero se deja hacer con pasos muy disfrutones.

Sobre nosotros a 5 m. hay un espit en medio de una fina placa, posiblemente de una de las vías de Roland Edwards, y más arriba un pino característico lazado con multitud de cordinos de abandonos y rápeles, ambos confunden y en este tramo mucha gente se embarca, aunque arriba sale a la Julia, pero pasando previamente la placa un tanto expo, y la parte del pino por una zona de bloques precarios.


3er largo: 5+, 30m. Sigue Jose, saliendo por placa en travesía diagonal hacia la izquierda, hasta situarse bajo un desplome con un clavo  y más arriba un bolt. Pasa el desplome y sube unos metros hasta que empieza a dudar, me pregunta y le doy indicaciones de visualizar un par de puentes de roca en travesía a derecha. Tras mirar y evaluar, destrepa y hace una travesía pasando por ambos puentes de roca y después por una placa con fisuras bajo el imponente sistema de diedros final, tras unos pasos finales de 5+ sobre estas compactas placas fisuradas llega a una oblicua repisa donde hay un herrumbroso clavo, que refuerza con friends para montar la 3ª reunión.

El Campana se ha cubierto con una negra boina en pocos minutos y hasta amenaza lluvia, ahora sopla un viento frío que me hace sacar temblando el corta-vientos de la mochila, el tiempo aquí es imprevisible, igual te fries de calor que te hielas por el viento o se le pone la gorra y te llueve contra todo pronóstico.

A la derecha se ve el tramo alternativo por donde habitualmente se hace esta vía, es una laja chimenea, bajo la cual podemos ver un puente roca, y sobre la misma, un clavo en el borde derecho de la salida de la chimenea, y sobre esta una flamante reunión rapelable equipada con bolts. Desde donde nos encontramos es factible pasar en travesía sobre una fina fisura hasta llegar a la salida de la chimenea, la otra opción es seguir recto hacia arriba, por un plantado diedro que a primera instancia impresiona mucho, y que empalma con otro plantado y ligeramente desplomado diedro que se ensancha hacia el final casi en chimenea y a su vez se intuye la continuidad con el plantado e impresionante diedro superior.

No lo tengo claro, he realizado esta vía muchas veces y recuerdo la última vez haber salido por la izquierda, con varios diedros discontínuos entre cortos tramos de placa que acababan con un corto diedro muy amplio con una fisura donde hay una piedra empotrada lazada con cordino, pero desde aquí no lo veo.

Jose disfrutando los últimos metros del 4º largo
antes del apretón final


4º largo, 6a+, 40m. Tras dudar un rato si en salir en travesía hacia la flamante reunión de bolts sobre la chimenea o salir recto por el impresionante y elegante diedro, no puedo evitar el morbo de estas fisuras que me atraen a lo desconocido.

Salgo recto por el diedro, pese a la apariencia, conforme voy subiendo localizo pequeños y también algunos grandes apoyos de pies, sobre gotas de agua que apenas se intuían desde abajo, aunque sigo con mucha incertidumbre sobre la parte más ancha del 2º tramo inicial, voy subiendo entre lastimeros "copón como se ve esto" y alegres "...pues se va dejando hacer, hay cosicas...". Cuando llego a la zona ancha, protejo con el friend 3 en el fondo  y con unos atleticos pasos finales me coloco en una repisa a izquierda. 

Desde esta repisa, veo hacia abajo la reunión de bolts y el diedro que desde esta accede hasta donde estoy. Hacia arriba se ve un vertical diedro con ligero abombe en el medio donde hay un bolt y otro tramo de diedro más acojonante al final rematado por un volandero cordino en un puente de roca. Sigo por el diedro, habiendo fisura todo sea que no quede en un off-wich sobre pedales... Con pasos muy bonitos, a veces totalmente en bavaresa, otros en cruz usando las gotas de agua de la placa de la derecha y pequeños resaltes del muro de la izquierda, voy subiendo y disfrutando como un gorrinillo, hasta llegar al tramo final, donde la placa está pulida y los pies escasean. El puente de roca aun está muy lejos y ya no me entra nada de lo que llevo. Tras unos quejumbrosos comentarios a mi compañero, trago abundante saliva y tomando aire para la futura apnea, doy varios pasos y me voy subiendo en los siguientes pasos el friend nº3 hasta tenerlo a una distancia más tranquilizante del puente de roca. Tras unos últimos pasos de bavaresa brutal, llego a los cantos de la izquierda del final del diedro y salgo a una cómoda repisa donde está la reunión con 2 bolts. Me asomo con la sonrisa de oreja a oreja, adrenalina y disfrute máximo, y sin parar de hablar (aunque José allá abajo, no creo que me oyera) monto la reunión.

Desde aquí veo a los de la cordada del Espolón Central 30 metros más arriba.

Espolón Central (últimos largos)

5º largo, 4+, 55m. Sigue Jose, subiendo por los últimos bloques de este primer espolón y continúa hacia la izquierda para seguir por una vertical canal que caracteriza este largo clave del Espolón Central, después una amplia canal fácil y herbosa, y otro corto resalte de contrafuertes y bloques hasta llegar a pie de un nuevo muro.

6º largo, 4+, 60m. Sigo yo, saliendo por la derecha de la reunión y al poco con tendencia a izquierda, hasta llegar a un sistema de fisuras que evitan los desplomes de la derecha por la zona más factible. Después una trepada entre bloques y repisas, llego a otra punta y paso al muro siguiente ascendiendo por el hasta la base de un destacado diedro con un pequeño desplome al final.

Aquí, alcanzo a Piter y Azul, y los paso, me sitúo bajo Alex que va de primero. Después llega José, pasando delante de ellos.

7º largo, 4+, 55m. Sigue Jose, saliendo casi al mismo tiempo que Piter y Azul, aunque esta acaba alcanzándolo mientras José se entretiene colocando algunas piezas para proteger la salida desplomada del diedro, tras una tosecita de Azul con una pequeña broma, ayudamos a José para que no se entretenga. Sale José del diedro para seguir después por placa y tras él pasa Azul y detrás Piter. José llega a otra punta de espolón donde adelanta a Alex en la reunión y asciende el siguiente escalón hasta llegar a una amplia repisa bajo el último muro.

Cuando llego a esta punta está Piter iniciando el escalón debajo de José, me ve llegar y se detiene, y me deja pasar. Gracias Piter.

8º Largo, 4+, 55m. Continúo yo por la derecha, saliendo por una plantada placa fisurada protegida con un retorcido clavo, después dejo el muro final a izquierda y continúo por la canal-hendidura que forma con la pared de la derecha, tras unos pasos verticales pero fáciles, paso a una zona de bloques con cortos resaltes hasta una corta canal final que acaba en una repisa y hay un bolt para montar reunión.


Recogemos y subimos los últimos metros caminando entre los bloques hasta llegar al inicio de los puntos rojos que indican el descenso. De aquí vamos a la izquierda, tomando viras y evitando los resaltes hasta llegar al final del Espolón Suroeste. Aquí intento hacer una reconstrucción del accidente que tuvimos hace 3 semanas y volvemos a pasar por todos los sitios por donde pasamos aquel día. Busco indicios del bloque nefasto e intento reconstruir la mecánica de la aparatosa caída de mi compañero. Localizamos el emplazamiento del ausente bloque y vemos los impactos primeros, con esto, vemos que el bloque se le vino encima desde un lateral y empujándolo fuera del resalte a la canal contigua y más vertical, con esto, se entiende fácil todo el proceso de la caída y por que llego 15 m. más abajo pese a las repisas intermedias, bajamos hasta la sabina salvadora, sobre la que mi compañero quedo tendido inerte, amortiguando y deteniendo su caída. Compongo y saneo las ramas rotas por el impacto y otras que yo rompí para habilitar un hueco en espera de socorro. Al final, aunque es más simbólico que nada, gasto el agua que me queda regando esta providencial sabina. Siempre me han gustado y admirado las plantas, impertérritas a nuestras agresiones y regalándonos la vida a cada segundo, y en este caso, de una forma tan excepcional...

 En el descenso por la escabrosa bajada de los puntos rojos, alcanzamos al grupo de Piter, Alex y Azul, a Alex se le ha caído una zapatilla en la pared del espolón Central, parece que ha llegado al suelo, pero de momento le queda el suplicio de tener que bajar con una zapatilla y un pie de gato, por aquí aun lo veo llevadero pero no quiero pensar como acabaría su pie después de la pedrera. Al final se lo toma con filosofia y entre bromas y muchas risas llega al final del Carreró, Piter se adelanta para buscar la zapatilla y la encuentra. Alex cuando por fin se cambia y se pone la zapatilla, toma la inercia de la alegría de su pie despues de la tortura y hasta va dando saltitos y carreritas en lo que queda de dscenso hasta el aparcamiento. 

En el bar del Molí nos reunimos para seguir las bromas y tomar unas cervezas, al final sin que nos enteremos paga la consumición Piter, muchas gracias amigo, te debemos una.

Excelente vía, sin duda, una de las mejores que he realizado en el Puig Campana, y que no me importa repetir,  muy recomendable. Enhorabuena a los aperturistas






02 octubre, 2021

Puig Campana, Rescate en el espolón Suroeste


 
2 de octubre de 2021

Puig Campana - Crónica de un rescate triunfal


El viernes por la tarde, mientras estaba trabajando en un bautizo de escalada en Toix, me llama Elías para quedar para el sábado. Lo llamo más tarde y me propone hacer la Ros Gregori comenzando por la original de la Montesinos hasta la gran campa, para seguir después por el tramo común Montesinos-Ros Gregori y después acabar por el muro final de la Ros Gregori.

El sábado a las 8:00, tras seleccionar el material y distribuirlo entre los dos, comenzamos la aproximación a la oeste. Elías lleva una mochila con las cintas, el agua, un frontal, los cortavientos y lo personal y además una cuerda, yo llevo en el arnés, los empotradores y friends, lo personal y otra cuerda. Vamos hablando del plan de la escalada y a tramos vamos pasando uno delante del otro según hacemos alguna parada o cambio de sendero. La temperatura es agradable pero hay mucha humedad, el Puig Campana, por arriba, va cubriéndose de una blanca capota que le confiere la particular naturaleza Alpino-Mediterránea de escalada de aventura y ambiente dolomítico.

Nos encontramos con Sanchiz y compañía, que están metidos en el primer largo de la vía Diamante, tras una breve conversación, continuamos hacia nuestro objetivo.

Llegamos a pie de pared y comenzamos el primer tramo de trepada a la izquierda de la vía Fisura Neolítica que asciende a la repisa superior del contrafuerte inicial. Aquí oímos voces hacia la izquierda, me asomo caminando por la vira y veo a Enrique padre y a Enrique hijo que están en el último largo de la Ros Gregori del contrafuerte inicial, van a hacer la vía Matar o morir, tras otra breve conversación nos despedimos y vuelvo atrás hasta situarme bajo la canal de la Montesinos, donde Elías ya ha comenzado el ascenso. Subimos los primeros metros de la canal y del seudo-espolón de la derecha de la misma, que combinados y en varios zigzags asciende por terreno fácil hasta la campa. Inicialmente es un tramo de abundante vegetación y pequeños resaltes de roca sin complicación y poca exposición, exceptuando un corto y plantado murete a la izquierda bajo una gran cueva que hacemos con mucha precaución  y después continuamos caminando hasta llegar al estrechamiento final en medio de la canal central.


En este murete del final de canal decidimos equiparnos y encordarnos. Entonces Elías se da cuenta de que se le ha caído el casco por el camino. Pensamos que ha sido en los tramos más arbustivos de la trepada inicial hacia el contrafuerte. Montamos una cuerda y Elías baja rapelando, llega a la repisa y continúa descendiendo por la trepada hasta la base de la pared, aquí desaparece de mi vista y cuando lo vuelvo a ver está descendiendo hacia el PR del camí de la Bodega (el de la oeste), desde éste me llama por teléfono y me dice que va a continuar descendiendo hasta el aparcamiento a ver si encuentra el casco. Llega al coche pero no está, vuelve a subir de nuevo haciendo una búsqueda más fina. Mientras, yo he preparado el material para ascender estos metros más plantados pero fáciles en ensamble hasta una cornisa diagonal a izquierda hasta el resalte previo a la campa.

Cuando llega, me dice que no ha encontrado el casco, parece que alguien que ha pasado por el mismo tramo lo ha encontrado y se lo ha llevado. Se encuerda y hacemos estos últimos metros hasta salir a la gran campa. Aquí evaluamos la situación y descartamos de inmediato el plan original. Planteamos el día como una jornada de aerobic (Elías, a estas alturas, ya lleva 800m. de desnivel positivo acumulado) y vemos posibles alternativas para salir de la oeste minimizando el riesgo de no llevar casco. Descartamos los rápeles por ser por canales pedregosas y decidimos salir por la Espasa de San Jaume (que casi es caminando) para tomar el tramo final de la vía normal en los últimos metros del espolón suroeste. Mientras subimos por la campa, oímos a Enrique y a su hijo que ya están en el interior del barranco inmersos en su vía y vemos a un grupo en la vía de los Entorns.

Al final de la campa nos volvemos a encordar bajo la pared del inicio de la gran vira de la Espasa y por la zona más evidente y fácil, asciende Elías un largo con algún paso de 4º y  apura cuerdas hasta la reunión.


Después continúo yo, sobre la vira, casi caminando, con algún paso de 3º, pasando por debajo de varias vías de las que vamos viendo los seguros y estudiando sus trazados para otra posterior incursión. Llego al final de la Espasa y monto reunión ya en el filo de la arista del espolón suroeste, por donde discurre la vía Normal del Campana.

Mientras tanto, lo que comenzó como una pintoresca capota de nubes sobre el Campana, se ha convertido en un húmedo y envolvente manto de espesa niebla, que envuelve completamente las paredes y oculta el vacío más allá de apenas 50 metros, con este vertiginoso ambiente, disfrutamos inconscientes de la belleza del entorno envuelta en el mágico misterio de esta insidiosa  y sutil trampa.

Continúa Elías, ascendiendo por la arista, chapando los cordinos de puentes de roca y llega al paso clave de la Normal, un corto diedro de 5º grado, plantado pero equipado con varios clavos de época pero muy bien conservados, después sigue subiendo por terreno muy fácil y apura cuerdas, montando reunión en una repisa sobre la arista.

Continúo yo, siguiendo por la arista con pasitos de 3º y 4º, asegurando en los cordinos que voy encontrando hasta llegar a una reunión con 2 bolts, justo sobre la última campa de la vía Diedro Mediterráneo, bajo el último resalte de la arista, muy cerca de la reunión original equipada con un cordino en puente de roca. Aquí reconocemos el siguiente tramo, que hicimos hace poco cuando salimos del Diedro Mediterráneo por esta variante de salida, acompañados por Joaquín.


Sigue Elías por este último resalte de 20 metros con pasos de 4º, equipado con algún clavo, apurando cuerdas hasta llegar por entre un caos de cortos resaltes y bloques, a la última reunión del espolón, en un puente de roca con un cordino. Aquí mismo comienza la ruta de descenso al Carreró, junto a nosotros y a nuestra altura hacia el este, podemos ver los puntos rojos de pintura que señalan el recorrido del descenso.

Son las 13:45 aproximadamente. Aquí Elías me propone subir hacia el Morro del Portell, para desde ese punto, averiguar y controlar el descenso por los rápeles de la cara oeste y hacer un reconocimiento de estos. Vamos bien de tiempo y la escalada ha sido un paseo, me parece bien. Recogemos material y cuerdas, Se pone las zapatillas, yo no he llegado a usar los pies de gato y los llevo desde el coche colgados en el arnés. 

Sin quitarnos el arnés, desde esta última repisa, salgo delante  por entre bloques para tomar los vericuetos, ya entre encinas y bloques que nos conducen al Morro del Portell. Supero este corto resalte de 3 metros tumbados y llegando a la encina me vuelvo y veo a Elías de hombros para arriba, ya saliendo del resalte, continúo y antes de dar 2 pasos oigo un tremendo ruido de bloques, me vuelvo y... Elías no está, lo llamo... no contesta, ¡¡¡corro!!!, me asomo al borde y no veo a Elías, ¡¡¡GRITO!!!...silencio. En dos saltos me coloco en la repisa de la última reunión, me asomo por el lado derecho, sobre el diedro chimenea... 10 - 12 metros más abajo, sobre una sabina, yace mi compañero inerte y en silencio total, se me hiela la sangre, no doy crédito. Bajo corriendo saltando de resalte en resalte y cuando llego le hablo pero no contesta, me acerco y lo oigo respirar dificultosamente. !!!!Ahhhhhhh...esto NO puede estar pasando!!!...Grito de mala hostia.

Le recojo las piernas que quedan un poco fuera de la sabina, le voy dando la vuelta poco a poco tirando de la axila opuesta hasta tenerlo de lado medio sentado y apoyado en mis piernas, a partir de ese momento Elías comienza a hablar difícilmente y parece que respira mejor, le anclo un cordino al arnés y este a un buen friend, lo cojo de las axilas y con su ayuda, (él apoyando las manos en el suelo), lo voy arrastrando sentado hasta ponerle la espalda contra la pared, y rompiendo alguna rama de la salvadora sabina, le coloco las piernas lo mejor posible.Le pregunto, le hablo, él me contesta, pero no puedo apartar de mi vista la horrible herida de la cabeza de donde mana mucha sangre y cuelga la mitad del cuero cabelludo. Sin pensar le recoloco la piel siguiendo el patrón de los cortes y le pongo la camiseta que llevaba Elías en la mochila, a modo de vendaje atado como un vulgar gorro de albañil, Intento ponerle mi casco pero no le cabe y desisto de ello, comienzo a  llamar al 112, mientras le voy colocando las cuerdas y la mochila a modo de colchón y almohada, y tapándolo con los cortavientos que llevábamos, colocando alguna piedra y rama de la propia sabina para hacer la base lo más cómoda posible. Mientras tanto me contestan en el 112, doy el parte del accidente y tras alguna ligera pero desesperante incidencia con el sms que me envía para captar ubicación y que me saca de quicio, logro que me pase el teléfono del equipo de rescate y mando mi ubicación por washapp.

Quedo a la espera de nuevas llamadas y/o instrucciones. Voy evaluando la situación mientras atiendo a Elías, le pregunto, lo observo, lo veo muy grave pero está consciente, desde que está en la nueva posición parece que ha dejado de sangrar la cabeza, aunque la camiseta está prácticamente empapada. Voy adecuando lo que puedo el emplazamiento. Subo, bajo, me asomo por un lado y por el otro, dando algún grito de vez en cuando, descarto la idea de bajarlo por la pared, mucha repisa y roca con abundante material dispuesto a rematar el asunto. Preparo un pasamanos en la parte superior para facilitar el acceso al equipo de rescate, limpio y entibo las piedras sueltas que hay por encima de nosotros y preparando material. Intento organizarme mientras de tanto en tanto sigo dando gritos con idea de ser escuchado por los escaladores que estarán terminando por arriba y/o por abajo. Sigo subiendo, bajando, retirando piedras y evaluando posibilidades para evacuar a mi compañero y ESPERO...¡¡¡MALDITA ESPERA!!!

A las 14:35 aproximadamente oigo el helicóptero que se acerca, al poco lo tenemos justo debajo, la visibilidad es muy mala, aunque hacia la oeste puedo llegar a ver hasta más de 100 metros de distancia y hacia los puntos rojos otros tantos. Grito, saco el frontal y hago inútiles señales, me subo a un pirulo y muevo los brazos...Nada, no me ven, ni yo tampoco los veo, están muy cerca. Dan una pasada hacia la oeste, después vuelve y al poco se va. ¿Qué pasa?... La niebla se ha cerrado y ya no se ve la pared... ESPERO... llamo por teléfono a los bomberos, les digo que han estado debajo de nosotros, que por qué no aparecen por arriba que hay más claro, al poco vuelve a oírse el helicóptero, vuelve a dar otra pasada, otra vez la misma situación, pero esta vez tras un rato debajo de nosotros, se va en dirección al Carreró. Vuelvo a llamar y muy alterado les digo que estamos en la confluencia de las vías del Espolón Central y la Normal, que vuelen más alto y desciendan, que por arriba hay más claro y que se den prisa... El bombero que me atiende, con voz calmada me dice que lo han intentado y que no me altere, que están dejando a un equipo que viene por la ruta de los puntos rojos a mi posición, que tenga paciencia y no llame más y que quede atento al teléfono por si me llaman ellos. Me sereno y le voy transmitiendo a Elías la información y evaluando sus respuestas y comentarios. Sigo para arriba, para abajo, quitando piedras, visualizando los puntos más factibles para sacar a mi compañero de aquí. De repente aparece un rescatador !!!Beto¡¡¡ ¡qué alegría!, casi lloro de la emoción, le cuento lo sucedido mientras se acerca y habla con Elías, al poco aparece Pepelu (antiguo alumno de TD1) que me reconoce y con el que sigo hablando de la situación. 

Parece que han venido corriendo, pues han dejado bastante atrás a Diego (el médico), que no tarda en aparecer por  encima del final del Espolón Central y en pocos minutos está con nosotros. Le explico los daños que he observado y cualquier información relevante de la caída y movimientos realizados, mientras él comienza a atender y a curar a mi compañero. Tras realizarle una cura de primeros auxilios, Diego nos pide a Beto y a mí que ayudemos para vendarle correctamente cabeza.

Empieza a hacer fresco, la niebla por momentos, va acompañada de agua micronizada, Elías tiene frío. Diego, tras comprobar su capacidad de movilidad nos solicita para abrigar a Elías, que entre los tres le pongamos en un saco térmico, aunque Elías  nos facilita la tarea como puede, pero el saco acaba rompiéndose en los pies por las piedras y ramas de la sabina. Al rato estamos todos ubicados, y como Elías se queja de estar muy incómodo donde está, me pongo a fabricar una plataforma excavando y apilando piedras con tierra un poco más arriba de su posición y después lo recostamos sobre el nuevo emplazamiento.

Después, Beto me dice que refuerce la línea de vida, monto cuerda y empiezo a lazarlo todo para poder movernos todos con seguridad. Por debajo de nuestra posición hay una amplia canal en rampa de 4-5 metros que desaparece en un borde que da al vacío.

Fotos realizadas por miembros del grupo de rescate de bomberos. "Elías, Diego y yo en el 2º emplazamiento justo bajo el diedro-canal, y poco más arriba de la sabina salvadora.

Al poco Elías avisa de que tiene náuseas y como el rincón donde está es angosto empezamos a buscar una bolsa. Al final con la navaja corto un trozo del saco que se había desfondado por debajo con las ramas de la sabina rota y se la doy a Diego, pero, ante el temor de lo malo que podrían ser las arcadas en este momento, no se me ocurre otra cosa que cortar una ramita de la sabina salvadora y aplastarla entre mis manos y acercándosela al rostro a Elías, le animo a que huela y aspire profundo el aroma de la sabina estrujada, diciéndole al mismo tiempo que era la sabina salvadora, que aspirara su aroma intenso, realiza 3 o 4 aspiraciones profundas que instantáneamente obran el milagroso efecto de detener las náuseas. Miro de reojo a Diego, que a su vez me mira con cierta expresión de asombro, y me pasa por la cabeza que pueda pensar que soy un chamán, pero ha surtido efecto y ahora solo queda esperar al resto del equipo que ha sido trasladado en helicóptero al Bancal del Moro por culpa de la niebla y ya vienen hacia aquí conducidos por Javier, el municipal de Finestrat, y esperar también un claro en esta maléfica niebla, para que venga directamente aquí el helicóptero a por Elías.

Como ahora Elías queda más expuesto en la vertical del acceso del equipo (justo debajo del ensangrentado diedro canal por donde ha caído), con la mochila le intento proteger la cabeza, colgando la mochila sobre él con un gancho en un buen agujero, no dejo de pensar en toda la mecánica de los futuros movimientos y exposiciones y voy intentando prever y subsanar todo lo que puedo. Voy retrasando la llamada a Sonia (su esposa), como queriendo posponer el momento de angustia de ella y su familia y se lo manifiesto a Diego y a Elías, que en principio están de acuerdo.  Diego no deja de atender a Elías, y este al final solicita que llamemos a Sonia, le explico la situación lo más brevemente posible y le doy ánimos, le paso el teléfono a Diego que más profesionalmente se lo vuelve a explicar y después Elías habla un poco con ella. Pese a ello, ella no está nada tranquila y al poco me vuelve a llamar. Como no me apaño con el teléfono de Elías que además parece que tiene poca batería le paso mi número y le explico que a partir de ese momento le iré pasando toda la información por washapp y le iré informando de cada paso que demos y del estado de Elías en el transcurso del rescate.

Con la inminente llegada del resto del equipo, trepo y me coloco sobre Elías colgado de varios friends y haciendo de interceptor de cualquier piedra que pueda caer. Al poco (17:45 aproximadamente) empiezan a llegar los del equipo de rescate y Beto y Pepelu los van poniendo al corriente. Llega Vicent, el coordinador del rescate, con él,  Raúl y todo el equipo, en total son 10, más Diego el médico y yo. Vicent organiza 3 equipos (yo en el de cola, supuestamente recogiendo y desmontando material) y tras evaluar la situación y hacer un reconocimiento del terreno que a mí se me hace eterno, empieza a dar instrucciones. Mientras tanto se ha abierto un claro y Pepelu llama al helicóptero otra vez, apenas se aproxima pues el claro no dura ni 20 minutos, se ha vuelto un poco de viento y las nubes fluctúan más rápido pero igual de densas y con micro-gotas por momentos. Comienzan a montar cabeceras y preparar maniobras. POR FIN... ¡Ya salimos, Elías!, ¡¡¡ánimo compañero!!!... Lo veo débil y pregunto de tanto en tanto a Diego, que me tranquiliza mucho con sus acertadas observaciones.

Tras encamillarlo y sujetarlo firmemente, se preparan las cuerdas que han ido montando al mismo tiempo en una cabecera en la vertical de Elías. Lo ascendemos por el diedro chimenea por donde ha caído, yo quedo de puente intermedio para separar la camilla y evitar que se encaje en el interior de la chimenea. Lo subimos hasta la repisa de la última reunión de la normal, donde empieza el tramo horizontal de los puntos rojos del descenso. Mientras tanto anochece.

A la luz del frontal, me quedo recogiendo línea de vida, cuerdas, friends, mochilas. Por momentos voy cargado como un sherpa con varias cuerdas y varias mochilas- Mientras tanto el equipo de rescate ha ido pasando a Elías hasta el final del espolón central, y lo han ascendido unos metros para evitar este angosto y delicado tramo inicial de los puntos rojos, desde donde bajarán la camilla en rápel acompañado y guiado hasta el siguiente tramo por debajo de los escalones metálicos. Me quedo a la espera en estos, aunque cuando llega a mi altura la camilla, le anclo mi cabo a la cuerda y tiro hacia mí para ayudar a salvar la canal del final antes de llegar a la base donde empieza un tramo horizontal.

Los equipos se mueven fluidos y siempre hay un grupo por delante montando cabeceras y líneas, y otro por detrás recogiendo estas. En medio también un grupo más numeroso de colaboración y guiado para realizar pasa-camillas y separar esta de la pared del costado en los puntos donde va rozando. El transporte en estos puntos es más delicado y expuesto para el grupo, la camilla se polea sobre una línea base, se moviliza con una línea de tracción y otra de freno, con este método vamos avanzando salvando los tramos más aéreos y verticales.

De vez en cuando le doy información a Elías y le pregunto, y es totalmente consciente de las maniobras que estamos realizando con él de paquete. Cuando alguno quedamos fuera de la maniobra, nos dedicamos a recoger o preparar el material y las  cuerdas para la siguiente maniobra, deshaciendo con los dientes los apretados nudos y cargándonos de cuerdas y mochilas que vamos pasando para delante. Diego lo acompaña todo el tiempo. En los tramos donde hay posibilidad, ayudamos con el sistema de tracción y con maniobras en grupo de pasa-camilla a pie, y entre todos vamos haciendo avanzar a Elías, con paciencia y mucho esfuerzo. En algún tramo la cosa se complica porque la cuerda guía queda lejos del alcance, inaccesible desde el paso a pie, y roza con la pared en algunos tramos de la tirolina. Sin pensarlo dos veces, trepo por la pared y me ubico con puentes de roca y friends  y me cuelgo de esta reunión provisional para separar la cuerda de la pared y tirar de la camilla cuando está a mi alcance, así y en sucesivas maniobras pasamos estos tramos más conflictivos. El tiempo pasa volando, todos formamos un equipo bien coordinado y no hay errores, pese a la nocturnidad, pero es lento y laborioso y no se puede ir más deprisa.

Tras pasar la primera parte más aérea y peligrosa, lo transportamos por la primera campa hasta llegar al final de esta donde viene otro tramo de pared lateral que acaba en el característico pirulo que forma una estrecha brecha con la pared y al que se accede por un diedro de 3 o 4 metros. Paso colgado anclado a la camilla, junto con otro bombero, creo que era Pepelu, así lo vamos separando de la pared y lo vamos llevando con ayuda del equipo de la cuerda de tracción. Cuando llegamos al pirulo, monto una cabecera con friends y Pepelu y yo nos aseguramos a ella para dejar libre la cuerda guía. Pepelu bajo y yo a la mitad del diedro vamos conduciendo la camilla para hacerla pasar entre el pirulo y la pared, arriba, Vicent y el resto del equipo tiran y entre todos alzamos la camilla a pulso y la pasamos al otro lado. Hemos acabado de momento lo más difícil.

Tomamos un descanso mientras el equipo de cabeza y el de cola acaban de montar una cuerda guía y las correspondientes de freno y tracción, Mientras tanto Edu, ha bajado a Finestrat y ha ido por bocadillos, café y agua, y aquí estamos cuando regresa.

Tomamos un refrigerio y tras este descanso continuamos. Mientras estamos este rato sentados, contemplamos el cielo, ahora estrellado y sin apenas trazas de nubes y hablamos de la incongruencia de la legislación que prohíbe el vuelo al helicóptero durante la noche y hasta el orto, creo que es algo provincial o de la comunidad, ni siquiera es una restricción a nivel nacional, y de un absurdo beocio aberrante.

Seguidamente, por la campa vamos acompañando la camilla en pasa-camilla pasando de mano en mano los asideros y relevándonos de atrás a delante,  hasta el siguiente hombro,  de donde comienza ya en descenso siempre, la bajada final entre resaltes y zigzags. Sobre otra cabecera, con una cuerda de freno sujetan la camilla y acompañada de un grupo también anclado a la camilla y yo tirando del extremo inferior y quitando piedras para que no se enganche ni tropiezen, vamos descendiendo hasta la última campa antes del último tramo de pared  previo ya al descenso al Carreró.  Son las 6:30, Vicent comenta que nos vamos a esperar aquí hasta que amanezca, la noche está despejada y con la primera luz tendremos al helicóptero aquí mismo. No obstante se dejan preparadas las cabeceras de las siguientes secciones previendo el caso eventual de que hubiera que descender con la camilla al Carreró. ESPERAMOS...

Elías durante los últimos tramos de maniobra, se ha ido animando y hasta nos ha ido llamando la atención sobre la cuerda de tracción, y la de freno, y ha estado totalmente pendiente de cada una de las maniobras realizadas. Ahora, tras apenas insinuar que tengamos que bajar al Carreró y continuar a pie, medio en broma nos dice que ni hablar, que él quiere montar en el helicóptero, que un rescate sin helicóptero después de toda la movida, no tiene aliciente... Esto me ánima muchísimo y al resto también. Mientras esperamos, se duerme un poco y hasta lo oímos roncar...¿o lo soñamos? Ahora estoy tranquilo, contemplando las estrellas desleídas por las promiscuas luces urbanitas que nos chillan en los ojos haciéndonos ver lo cerca que estamos de conseguirlo, mientras el incipiente albor en el horizonte, empieza a separar mar y cielo de la difusa negrura de la noche. Todos nos relajamos mientras va clareando, el mar plateado y el cielo índigo van acentuando el contraste del suave y lento amanecer, y dan la bienvenida a la llamada triunfante de la movilización del helicóptero. 





A las 8:20 el helicóptero llega y comienza la maniobra de rescate, primero coge a Diego, el médico del equipo, y tras izarlo, da una vuelta y vuelve a por Elías, con él sube Beto, colgado de la eslinga acompañando la camilla.


Tramo medio de la ruta de evacuación hacia el Carreró

A mí no me hace ninguna ilusión montar en el helicóptero, pero la otra opción es bajarme andando por la pedrera cargado de cuerdas, material y mochilas, así que me quedo para bajar en 2 viajes con grupos de 5 personas cada uno. Esperamos apenas 20 minutos y ya regresa el helicóptero a por el primer grupo, 15 minutos después, en el segundo grupo, voy con el resto del equipo de rescate. El helicóptero nos apea en un descampado bajo la población de Finestrat, donde ordenamos y recogemos el material, mientras expresamos nuestras sensaciones de éxito y nos felicitamos de que todo ha salido muy bien. Después Javier me acerca con el coche de la policía municipal hasta el coche de Elías, que dejamos aparcado el sábado antes de todo esto en el  segundo aparcamiento de la oeste del Campana. Mientras tanto, Sonia me ha comunicado por washapp, Elías ya está en el hospital.

Cuando voy a arrancar el coche busco el botón, pero como no tengo ni idea de còmo va, acabo pulsando muchos botones. Al final consigo arrancar, aunque se me para varias veces antes de poder iniciar el regreso a Finestrat. Cuando llego allí tengo otro problema con el freno de mano intentando apoyar la rueda en el bordillo intento solucionarlo, hasta que descubro el botón que lo activa. Ante la alarma de tener que conducir este coche hasta donde me indique Sonia, bajo por el pueblo, en busca de los bomberos, a los que encuentro tomando un refrigerio en el bar del Molí. Me invitan y me quedo con ellos exponiendo mi problema de movilidad y la necesidad de tener que pasar también por mi propio vehículo que está aparcado en la estación de servicio del Decatlón de Alicante (punto de encuentro donde quedamos Elías y yo a primera hora del sábado). Por washapp, pido instruciones a Sonia y quedamos en que me lleve el coche a Novelda donde su hermana vendrá a recogerlo cuando pueda. Ante esta pequeña contingencia y tras exponerlo al grupo de rescatadores que quedan, Raúl accede a hacer de chófer y llevarme a recoger mi coche y después a acompañarme a Novelda. Se adelanta el grupo de rescate en el vehículo oficial de bomberos que nos esperarán en Novelda para recoger a Raúl y de aquí regresar a la base de  Elda. De nuevo, !!!Muchas gracias Titanes!!!!

https://www.facebook.com/policialocalfinestrat/videos/993611554765608/?t=3

Ya en casa, 24 horas después del accidente, el teléfono no ha dejado de sonar desde segunda hora de la mañana, la noticia ha corrido y paso el resto del domingo atendiendo washapps y llamadas. A última hora de la tarde recibo un mensaje de Sonia. Me dice que el médico ha visto a Elías y al parecer no hay nada de gravedad e incluso que puede que le den el alta pasado mañana...¡¡¡BIEEEEEN!!!. Esto me deja muy tranquilo y cuando por fin me acuesto, me quedo como un tronco hasta 8 horas después.

Ahora escribo con una amplia sonrisa, de saber que todo ha salido bien, y que esta vez hemos vencido a la fatalidad. Quedará no sé cuánto tiempo, en mi mente, el eco sordo del bloque y sobre todo la imagen de mi compañero  15 metros por debajo, inmóvil sobre la sabina que lo recogió al vuelo como si de una mano abierta se tratase, el silencio expectante de la pared y el mundanal ruido de fondo, el momento es tan denso que casi podría pintarlo en un cuadro holístico, donde se huele la sangre y las lágrimas de dolor, se siente en el pescuezo el escalofrío del terror y se escucha el vacío sobre el propio y opresivo jadeo retroalimentado por el pánico. Sensaciones primitivas que se desatan en momentos de drama y que aun sólo pensar en ello, eriza mi cabello.

Mi más sincera enhorabuena al grupo de rescate de bomberos por su eficiente, diligente y valiente labor, y por el esfuerzo denodado que han demostrado. GRANDES

P.D.: En los momentos de espera de la ayuda, en los que hablé con él de la caída, me dijo que se le vino encima un bloque y fue arrastrado por él. Al parecer, con la mala fortuna de caer esos 3 metros tumbados hasta la amplia repisa inmediata, de forma descontrolada, y por ello, salir expulsado hacia un lateral de la misma y seguir cayendo por el diedro- chimenea, donde rozó con la cabeza algún filo de lapiaz (inicio del diedro con  salpicaduras de sangre de la cabeza, única herida abierta que presentaba) y siguió dando tumbos por el diedro (golpes de espalda), hasta la base de este, formada por un terraplén de tierra con mucha inclinación y algún pequeño arbusto de romero, para seguidamente rodar hasta la sabina que lo detuvo definitivamente (¿rotura de esternón?), quedando semi-extendido sobre ella decúbito prono, con brazos y piernas semi-flexionados. En total una caída de 15 metros como mínimo. 

En ningún momento se me ocurrió subir para ver el movimiento de bloques desde donde había caído mi compañero, aunque sí lo observé desde la repisa de abajo mientras estuve montando el pasamanos para cuando llegara el equipo de rescate. No ví nada que me llamará la atención. Yo pasé por ahí primero y no recuerdo haber detectado los bloques cuando subí por la rampa y salí por la roca más franca hacia la derecha y al sendero. En junio, apenas hace 3 meses y medio, pasamos exactamente por aquí, Elías, Joaquín y yo, tras acabar la vía Diedro Mediterráneo. Pero en este caso no teníamos intención de seguir subiendo hacia el Morro del Portell y por ello después tuvimos que descender un trecho hasta coger la ruta de los puntos rojos.

En ningún momento bajamos la guardia y ni con eso estamos a salvo de la adversidad, indistintamente de la actividad que estemos realizando. Lo del casco  es vital, pero en este caso todo se confabuló para sumar desgracia y , posiblemente, si no se le hubiera perdido, no habríamos cambiado de planes y habríamos hecho la Ros Gregori sin más problema. Aunque el bloque estaba allí, ya fuera de la pared, una trampa latente que a cualquiera se le podría haber venido encima. Un peligro enrevesado y traidor que acecha constante en este tipo de ascensos y terreno (igualmente podía haber sido realizando senderismo en proximidad de cualquier escarpado resalte), pese a que ya estábamos fuera de la pared y aparentemente esto no podía suceder, sucedió.

Hoy, han pasado 5 días desde el accidente, ya de alta en casa, mi compañero se recupera bien, no reviste traumatísmos de gravedad y todo quedará en un inmenso susto. Estoy ansioso (y me consta que todos los amigos lo estamos) por reunirnos de nuevo y oir su apreciación de los detalles que recuerde, mientras tomamos una cerveza y consideramos toda la experiencia vivida.