06 abril, 2024

Tozal de levante, vía Amanecer 6b/A2, 310m.

 6 de abril de 2024

Tozal de levante, Vía Amanecer.

Tras el exitoso viaje a Marruecos, nos hemos venido arriba, y mientras viajamos de regreso a casa el domingo anterior, José Manuel y yo, comentamos de quedar para escalar el próximo fin de semana. Como se nos ha dado tan bien en el Todra, nos planteamos hacer la Amanecer en el Tozal de Levante. Ambos la tenemos pendiente y en lista de proyectos desde hace mucho tiempo.

Pasamos la semana de vuelta a la rutina cotidiana, con algunas secuelas de estos días fanáticos, además de brillo renovado en los ojos, dolores varios en diversas articulaciones que no acaban de desaparecen y mantienen la sensación de carga, sobre todo en brazos y dedos.

El viernes, ya, más relajados, contactamos, aunque ya no tan efusivos, y más bien, bajo la presión de un “cagón el último”, mantenemos la propuesta ir al Tozal de Levante, para hacer la vía “Amanecer”, y así quedamos para el día siguiente.

A las 8:30 estamos en el aparcamiento del Ponoig. Está bastante vacío,  escalando sólo llegamos a ver a 2 cordadas en la vía “Cocidito”. Llegando al Tozal, vemos otra cordada en la vía de “los Gómez”, una pareja que acaban de iniciar el 3er largo de esta vía. Llegamos a pie de vía pasadas las 9, mientras vamos intentando reconocer las diversas vías trazadas en esta imponente pared. No llevamos prisa, nos tomamos nuestro tiempo, preparando cuerdas, material, … mirando a la pareja que están haciendo ahora el 1er largo de artificial, …. Hace mucho calor, el ambiente está saturado de humedad, una calina espesa que apenas deja ver las montañas de alrededor, el sol “pica” con brumoso agobio, no corre ni una pizca de aire. Antes de empezar ya estamos empapados en sudor, la boca pastosa antes de empezar a escalar, y pinta que será la tónica del día, y no motiva nada. Nos animamos hablando de los días pasados con la boca crujiente de arena y los labios cuarteados por el seco viento en el Todra, como diciendo: -venga, si esto no es “ná”. Llevamos 2 litros de agua y aquí vemos el mar, que por lo menos refresca la vista.

 



Vía Amanecer, 6b+/A2, 310m.

1er y 2º largo, 4º y 6a/A2e, Total 50m.


Empieza José Manuel. En el inicio hay una “A” picada, por donde comienzan la Amanecer y Los Gómez, es una vira que forma una grada fácil hasta su borde 25 metros más arriba. El siguiente muro ya empieza con un tramo desplomado con abundantes chorreras en su base, y mantiene su verticalidad otros 30 – 40 metros.

Unos cordinos más que floridos, hasta con el alma despeluchada, indican el siguiente tramo. Para llegar a ellos, ya hay que ponerse serio y empezar a escalar fino, pisando el cruiente coralillo y con algunas pequeñas y romas ñapas para llegar al primer puente de roca.

José Manuel, va reforzando los pasos, metiendo seguros donde buenamente puede, los cordinos no ofrecen ninguna garantía de aguantar, José Manuel, se lo toma con filosofía, haciendo cálculo del peso soportado por hilo elevado a la potencia partido por el filo del canto más los crujidos del resto y sin comas, hasta que llega al primer bolt y suelta el aire, ya sin saliva, ¡¡¡buffff, como esté todo así!!!

Continúa por el muro, ya con algún seguro bueno por debajo, más tranquilo, aunque con seguros intermedios que además de distantes, algunos siguen dando mucha risa de esa que te deja los ojos extraviados, los clavos y buriles (tornillos remachados) en su mayoría, están fusionados en la roca por el óxido, por suerte, algún seguro hay bueno de cuando se restauró esta vía en el 2005.

Llevamos una antena, que en algún caso viene bien para llegar al siguiente seguro sin tener que forzar bastante más allá del límite de carga de donde estamos colgados, y evitarnos así una traca de sustos. Damos por hecho que alguno de ellos nos petará, y la antena será imprescindible si queremos salir por arriba. En esta tesitura, llega a la reunión, cómoda y equipada con bolts.

Cuando subo yo, paro y añado un nuevo cordino al que está peor, tampoco llevamos muchos para cambiarlos todos, no lo habíamos pensado, si no, habríamos traído trozos para renovar todo lo que pudiésemos.

Le tiro al artificial en A0, de vez en cuando cojo algo de la roca para poder llegar a la siguiente cinta, pero al final paso sin sacar los estribos.

Mientras, en los Gómez, la chica ya casi ha acabado el tramo de la gatera:

2º y 3er largo, 6a y 6b+/A0, Total 50m.



Continúo yo, saliendo hacia la izquierda, veo algún cordino del mismo palo que los demás, algún clavito fusionado disimulado en la placa de coliflores por la que voy navegando. Resulta bastante evidente, ya que veo los cordinos del siguiente largo, pero en la placa, hay que navegar buscando lo que no sea más de 6a/, es más fácil embarcarse de lo que parece.

Llego a una repisa que secciona horizontalmente la continuidad de la lisa placa de coles, me salto la reunión y sigo subiendo hacia una gruesa y medio seca sabina. Encima empieza otra sección de muro bastante desplomado, aquí sobre un contrafuerte de adosadas y volanderas lajas a las que me dirijo por su izquierda, empezando con un desplome de buenos cantos hasta el 2º clavo, después cantos muy pequeños, planos que hay que leer muy bien para poder moverse. El siguiente paso da mucha impresión, con el chicleo de la cuerda parece que voy a acabar pinchado en las gruesas y secas ramas de la sabina que tengo debajo, al final acero y me cuelgo en un oxidado tornillo remachado, disimulando para que no se de cuenta. Cuando chapo el bolt que tengo encima me vuelvo a colgar y recobro el pulso normal antes de seguir, por la fisura de la sonora y cuarteada laja adosada, hasta que llego a la siguiente reunión, bajo el primer gran techo.

Apenas puedo gritar, “¡geunón!”, con el calor sofocante tengo la boca como un estropajo, sin saliva, apenas puedo hablar y mucho menos pronunciar las consonantes.

Cuando llega José Manuel, bebemos agua apurando casi la mitad del suministro, cambiamos impresiones, está claro que aquí si te caes, a no ser que tengas algo “nuevo” por debajo o hayas colocado una pieza decente, el saque va a ser astral y meteórico.

4º largo, A2-6a, 30m.



Empieza el baile de los cisnes, o de los gorilas, según se mire. José Manuel, saca los columpios y va subiendo entre animosos comentarios, - ¡este está que peta!, …, - ¡ostras, este también!. Donde puede, mete alguna cosa, para acortar los pasos. Los clavos y tornillos remachados están como los anteriores o peor, es cuestión de lotería el que salte alguno al mínimo movimiento sobre el mismo., Algún bolt por el camino tranquiliza y da pie a bromas y posturitas pro para la foto. Al final se lleva el estribo detrás y cuando se quiere dar cuenta, ya está tirando en libre los últimos metros tras haber pasado casi todo el techo en A0.

A la salida del techo lo pierdo de vista, aunque lo oigo de vez en cuando, cada vez más inteligible, haciendo alguna graciosa observación. Hasta que tras un ratito de pausa, lo oigo balbucear algo así como: -“¡gunón!”.

Después subo yo, tirando de brazo paso los primeros seguros antes del techo, me veo bien y sigo la marcheta, tocando algún canto y tirando de brazo paso el techo en A0.

5º largo, A2-6b, 40m.



Sigo yo, haciendo una aérea y fácil travesía a la derecha hasta acabar esta gran vira, donde está la cómoda reunión, y que continua casi toda la pared a la izquierda, conectando en un volado e impresionante balcón, la mayoría de vías que surcan el centro de este desplomado paredón.

Los seguros de la travesía, son puentes de roca con cordinos despeluchados, no paro a reforzar, aunque veo puntos donde se podría poner algún buen seguro flotante, llego al primer tornillo con chapa, con un paso muy aéreo para salir a la derecha del final de la vira.

A partir de aquí, sigo en A0, con calma y tomándomelo con tranquilidad, voy alcanzando los seguros a brazadas, y donde no llego, apuro lo que puedo y con la antena chapo alguno, aunque la antena se ha partido por la mitad y se ha reducido mucho su alcance, casi al de una tramposa.

Al final del gran desplome, sale a una placa, aquí los seguros fijos distan bastante. Continúo con varios gancheos en gotas de agua, uno de ellos es tan bueno que dejo la uña encajada como seguro de protección.

Por arriba, la placa se planta más y desploma de nuevo, hay que ir alternando pasos en libre bastante finos con A0 por lo menos para recobrar el aliento. Los pasos finales ya salen en libre bastante duro, asegurado con puentes de roca con algún cordino renovado y algún micro, y los últimos metros ya en placa fácil hasta una buena repisa donde está la reunión. Desde aquí, casi podemos ver el final de la pared, aun quedan zonas muy verticales y ligeramente desplomadas, pero prácticamente ya estamos fuera del meollo.

6º largo, 6b, 25m.


Sigue José Manuel, saliendo a la izquierda, hacia un puente roca que acaba dejándose por debajo para salir recto hacia un clavo en medio de una fina placa. Por encima ve otro clavo, luego un podrido cordinito con el nudo empotrado en una grieta. José mete algunas piezas donde puede, y va resolviendo estos finos pasos. Arriba localiza un puente de roca con podrido cordino y alambre, sobre este se concentra el paso más duro de este largo, hay que leer muy bien la roca y localizar un buen canto a la derecha para salir de esta lisa placa con los pies prácticamente en adherencia. Luego sigue unos pocos metros a otra cómoda reunión en repisa.

7º largo, 6b, 40m.







Por encima de nosotros, tenemos una fisura semi-ciega con 2 clavos muy distantes, invita a seguir por ahí, pero tras consultar el croquis, vemos que este tramo es de otra vía y la nuestra sale a derecha totalmente en travesía.

Sigo yo, en travesía a la derecha, paso un seudo diedro bajo la fisura de los clavos y entro a la vertical placa de la derecha. Localizo un bolt muy alto y tras pasarlo, vuelvo a localizar un clavo en diagonal a la derecha. Con pasos muy finos de placa sobre regletas de concreciones de pedernal y gotas de agua, llego al clavo, y vuelvo a localizar otro clavo totalmente en travesía a derecha. Sigo en la misma tesitura, de pasos muy finos de placa que hay que ir leyendo muy bien para no complicarse la vida.

Paso el clavo, y sigo por lo más evidente en diagonal a derecha hasta que la placa desploma ligeramente, localizo un alambre que sobresale de un agujero, lo chapo y sigo a la derecha, intuyo canto arriba, pero para llegar tengo un paso que me implica un dinámico y sobre un alambre no tengo muchas ganas de volar. Retrocedo y sobre el alambre puedo meter un totem negro, pero acabo frito en el forcejeo y acabo colgado del alambre con los dedos muy doloridos de tanta ñapa. Mientras descansaba colgado del alambre, evitando mirar este, he visto una concreción clave para puntear y salir de aquí, tomo aire y repito el paso de salida de la placa, llegando al canto, que efectivamente, es muy bueno. Este tramo de pared está lleno de vetas horizontales y concreciones de pedernal, de las que hay que cogerse para progresar. De aquí en adelante, sigue la placa aun vertical pero con más canto, hasta que empieza a tumbarse poco antes de llegar a la vira final bajo el último desplomado muro naranja, donde está la reunión, con un bolt y un puente de roca.

Cuando sube José Manuel cambiamos impresiones, nos ha parecido este último largo tan duro como el anterior y opinamos que ambos son 6b.

Ya tenemos los brazos y los pies para el arrastre.

Ensamble andando por la vira del vivac del fuego 20m.

8º largo, 5+, 55m.


Sigue José Manuel por la vira, hacia la izquierda, cuando agota esta, sube en diagonal por un muro de muy buenos cantos, cuando ya ha puesto varios seguros buenos, yo me aproximo hasta el final de la vira y monto reunión en un buen puente de roca.

José Manuel, llega a una reunión de puentes de roca y decide continuar para arriba por un muro vertical de grandes y abundante canto, por arriba localiza un clavo. La roca es como un lapiaz vertical de afilados bordes y muchos agujeros horizontales, escalada de placer convertida en tortura por el dolor de pies. Mientras sube, aun se lleva un susto de última hora, se le rompe una de estas afiladas lajas y al vuelo logra cogerse sin llegar a caer.

 Cuando empiezo a subir yo, una cuerda se introduce en una laja, no puedo seguir por lo fácil, y sacarla ya no puedo por que está tensa, grito a José manuel pero no me oye, empiezo a prepararme para desatarme la cuerda enganchada, sin dejar de gritar para que me de cuerda verde, con tal de no tener que subir por el desplomado muro, aunque se ve canto, tengo los dedos de las manos y de los pies que casi prefiero subir en adherencia que apoyar las puntas. Al poco noto que afloja la tensión y puedo recuperar cuerda, vuelvo un par de pasos hacia la derecha y consigo desenganchar la cuerda.

Una vez arriba, nos bebemos el último trago de agua que reservábamos, aunque ahora está medio nublado y hace mejor temperatura, durante la escalada el calor y la sed, han sido un suplicio, hemos acabado deshidratados, el cuerpo se nos ha puesto en modo bar. Nos ponemos las zapatillas por fin, para nuestros doloridos pies, coincidimos en que nos deben haber crecido las uñas desde el anterior fin de semana pues tanto dolor no es normal, entonces, no padecimos ni un ápice en comparación con la tortura de los últimos metros de la escalada de hoy.

Tras recoger cuerdas, cruzamos en diagonal para bajar la ladera hasta el barranco entre el Tozal y la Torre de Enmedio, para localizar los rápeles de descenso a pie de pared, donde hemos dejado una mochila.

Localizamos el primer rápel a la izquierda del barranco mirando al valle, este es de unos 15- 20 metros hasta una primera gran repisa, donde en su extremo izquierdo (mirando al valle), ya en pared, se localiza el siguiente rápel de 60 metros apurados hasta el suelo.

Recogemos cuerdas, vamos por las mochilas, muy cansados, la boca hecha una pasta, aun así, bajo los efectos de la adrenalina y con la consiguiente boba expresión de felicidad, bajamos sin para de hablar de futuros proyectos, cerveza, escaladas, más cerveza, otra vez cerveza y así hasta que llegamos al coche y nos vamos al “ensueño” a beber cerveza y tomarnos un buen refrigerio para restablecer las lorzas que hoy se nos han quedado en apenas una riñonera de turista.

Vía muy recomendable, espectacular y excepcional escalada, magnífica vía, mi más sincera admiración y enhorabuena a sus prolíficos y grandes aperturistas, Mariano Lozano y Sevi.

El reequipamiento de 2005, nos parece ya obsoleto, hemos cambiado algún cordino, pero en cualquier momento petará algún otro o cualquier clavo o tornillo de la época de apertura, nosotros para prever  el eventual susto y poder seguir, y salir por arriba, llevamos una antena, aunque se nos rompió al poco de empezar, pero nos vino bien en algunos pasos.

25 marzo, 2024

Marruecos, Garganta del Todra

 25 - 31 de marzo de 2024

Crónica del viaje

25 de marzo de 2024. Viaje a Marruecos, escaladas en el Todra.



Al final de una escalada en 2023, entre cervezas y risas, hablamos de hacer un viaje, ¿qué, mejor que ir a roca y que no sea caro?, en principio el grupo no está definido, José Manuel, Cosme, Joaquín y yo, tras hacer la Rolling Stones en el Ponoch, y sobre todo al día siguiente escalando en Pusa, lo vamos gestando.

Repetimos encuentro en la Vega Baja, reiteramos la propuesta, afinamos con los posibles sitios, ¿Qué tal el Todra?, Cosme conoce el sitio y José Manuel también, yo lo tengo pendiente de un frustrado viaje en la década de los 80, por ser menor de edad. El tema, va tomando forma y se planifica una fecha posible en navidad de este año. La situación en el Magreb es tensa, la guerra y el genocidio en Palestina genera mucha incertidumbre, el 8 de septiembre de 2023 se produce un fuerte terremoto en Marruecos que nos deja en vilo, tras conocer los grandes destrozos y cantidad de zonas afectadas. Llegada la fecha de reservar vuelo, contemplando estas condiciones, decidimos aplazar el viaje, lo dejamos para Pascua del 2024.

A primeros de marzo del 2024, estudiamos la situación, oriente próximo sigue en candente estado. Cosme contacta en la zona del Todra y se informa de la situación local, parece que por allí todo está tranquilo y no hay tensión ni ha afectado mucho el terremoto localmente, ponemos en marcha las reservas para ir en Pascua.

Al final, vamos: Cosme, José Manuel, María (la chica sputnik) y yo.

Últimos días antes del viaje. Paso la semana en evaluación y formación de varios grupos del TD1, del 21 al 24 de marzo, empalmo unas con otra, y apenas me queda una noche y una mañana para ultimar equipaje, equipo y material y últimas gestiones antes de partir, el 25 de marzo a las 16:00 tengo que estar en el aeropuerto de Alicante.

Cosme y José Manuel, salen el sábado 23 de marzo, tienen que hacer algunas gestiones y quieren aprovechar para ver Casablanca. María y yo, saldremos el lunes 25 a las 15:45, para llegar a Marrakech a las 19:25 aproximadamente.

Día 25 de marzo.

Llegado el día, gracias a Isidro Mira, compañero y amigo de trabajo y del Club de montaña de Novelda, consigo transporte para ir al aeropuerto sin tener que dejar el vehículo allí, a la vuelta regresaré del mismo con Cosme y José Manuel, que los recogerá José, el hijo de José Manuel. María lo gestiona por su cuenta, ya que viene de Alicante.

A las 3:50, Isidro me deja en el acceso al aeropuerto con casi 19 kilos de material de escalada y equipaje y una mochila de mano que será después la de ataque para llevarla en pared. Muchas gracias Isidro.

María no ha llegado, yo voy mirando todos los letreros y luminosos, como un indio maravillado, hace más de 14 años que no vuelo y no recuerdo los trámites y procesos, aprovecho para agilizar y en cuanto abren la ventanilla de Ryanair me voy a facturar equipaje. Me toca vaciar mochila de equipaje por un par de mecheros, pero sin más inconveniente facturo mochila y petate.

Mientras llega María, yo, con la inercia de los turistas, acabo en el control de acceso a embarque, los guardas, me hacen volver un par de veces atrás, monedas, cinturón, y paso un momento ridículo por una botellita de agua que me invitan a beberme antes de pasar, la abro y bebo delante de ellos, pero me dicen que tiene que estar totalmente vacía para pasar, acabo tirándola en la papelera para no pasarme el viaje tirando de vejiga.

Al pasar este primer control, contacto con María, acaba de llegar y está facturando, la espero en el “duty free”, hasta que aparece recomponiendo la bolsa de mano tras pasar el control.

    

Al poco de estar deambulando por el área previa al paso de embarque, recibimos un WhatsApp de la avanzadilla en Marruecos, - que compremos sobrasada y vino, dicen…, pero estos viciosos, ¿sólo piensan en comer y beber?, vamos a dar una vuelta por el duty, compramos vino pero sobrasada no queda, menos mal, no quisiera encabronarme a nadie del control de aeropuerto en Marruecos por el simple hecho de introducir “jalufo” en pleno Ramadán, y que lo consideren una falta de consideración, precisamente a María y a mí no nos gusta la sobrasada, y dando gracias, que por lo menos no nos han pedido el tanga de la guardia que está en el escáner del control, donde a mi me retienen un buen rato, mi cara debe ser bastante común entre el hampa, María se ríe al otro lado, yo me declaro inocente, l@s guardas sonríen, pero aun tardan en descartarme y dejarme pasar.

Por fin embarcamos, tras esperar que pasara la fila de priority y esperar todos juntos revueltos y apiñados en la pasarela, y volver a amontonarnos prioritys y gente normal en la escalera y de nuevo en el pasillo del avión, esquivando maletas, codos y culadas de los prioritys con derecho previo pago a carga extra en taquilla común. Volamos a Marrakech, y llegamos, de noche, nublado, poco que ver durante el viaje en la ventanilla, de nuevo a pasar controles, aunque resulta un proceso bastante rápido, y en menos de una hora estamos fuera tras haber recogido equipaje, ir al aseo y cambiar dinero en una ventanilla donde el dependiente no habla ni da justificante alguno del cambio de divisa, pese a habérselo pedido María en castellano y en francés y yo por separado en franciano-espanglis.

A través de la cristalería de salida del aeropuerto vemos unas figuras que nos hacen señas desde el exterior, reconozco a José Manuel, pero lo acompaña un magrebí con una chilaba corta, al fijarme, reconozco a Cosme, porque no va con chanclas como el resto de locales. 

Fuera está el tiempo lluvioso, aunque ahora ha parado. Cargamos equipaje en el Dacia sendero que han alquilado y salimos dirección a Ouarzazate, todo obscuro, mojado, tráfico caótico. Hasta coger la carretera fuera de Marrakech muchos nervios y tensión. Ya en las afueras, rellenamos depósito para tener margen y salimos de la gran urbe. Después tranquilidad, alterada cada cierta distancia por la presencia de controles policiales, que al ver que somos nos dan paso sin más. La carretera está plagada de radares y límites de velocidad reducida (40 – 60 – máximo 80 km/h), aunque no viene mal esta medida restrictiva tal como pinta la meteo y la carretera, que, aunque es buena, si hay charcos, y de tanto en tanto, algún desprendimiento de los taludes invade parte de la calzada, también es fácil que se nos cruce algún animal, o que nos topemos con algún viandante o ciclista sin luces, por el medio de la calzada.

No paramos a cenar, Cosme lleva idea de parar cerca del puerto de Tichka (2260m), cruzando el Atlas, ahora en Ramadán, por la noche está todo abierto hasta el amanecer. Empezamos la subida al puerto, llovizna, con mucha niebla espesa y sin apenas visibilidad a 20 metros, vamos a 40 – 60 km/h, yo hace rato que me fumo encima, adelantamos una caravana de vehículos en un desdoble de carril y poco más arriba un desprendimiento reciente invade media calzada con grandes pedruscos que vemos aparecer de la nada, Cosme da un volantazo y esquiva lo más gordo, pero una gran piedra separada del resto alcanza la rueda delantera y la revienta, paramos en el arcén, cuando salimos del coche, viento y aguanieve, mucho frío que suavizo encendiéndome por fin el cigarro que llevaba liado desde Marrakech. Le decimos a María que no salga del vehículo, mientras los 3 en 15 minutos cambiamos la rueda más coordinados que la escudería Ferrari, uno con gato, otro con rueda de repuesto y otro aflojando y apretando tornillos. Tras el susto, seguimos, aunque ahora en el salpicadero nos marca una luz de avería en el ABS de la rueda que acabamos de cambiar, que, por cierto, estaba peor que la que hemos reventado y dudamos de que lleguemos con ella a nuestro destino.

Pasamos por el puerto de Tichka, sin parar para cenar y pasando los puestos de largo, aun con la incertidumbre del camino restante, son las 12:00 de la noche, la alerta luminosa de avería sigue encendida, a Cosme se le han quitado las ganas de parar a cenar en el puerto. Seguimos y pasamos también Ouarzazate. Llegamos sobre las 3:30 a Tinghir, seguimos hacia el hotel Dar Tiwira, en Aït Baha, cerca de la garganta del Todra. Al llegar al caserío, nos metemos por una pista en una rambla seca de grava, Cosme y José Manuel conocen el lugar de un viaje anterior, aunque en la obscuridad dudan, mientras subimos por la rambla nos cruzamos con un local que está en medio de la gravera, hace mucho viento y frio, el local nos hace señas, Cosme pasa al lado y reconoce a Ibrahim, el dueño del hotel Dar Tiwira, que lleva horas esperándonos en el descampado. Llegamos al hotel cerca de las 4:00 de la madrugada. Metemos equipaje, cruzamos apenas dos palabras con Ibrahim y nos acostamos helados y cansados.

Día 26 de marzo.

Amanece semi cubierto y frio, hablamos con Ibrahim y le agradecemos su hospitalaria acogida y espera, desayunamos, yo aprovecho para dar una vuelta por el hotel, me recuerda mucho a la tetería de Crevillente del Carmen del Campilllo. 



Después bajamos a Tinghir para arreglar la rueda lo antes posible, nos acompaña Ibrahim. María, hace de interprete de francés, los demás interpretamos el resto de idiomas. La alerta de avería se ha quitado y eso anima. Llegamos al taller y tras una breve espera aparece el mecánico que viene del funeral de su hermana, no nos puede atender ahora, pero nos dice que dejemos la rueda y volvamos al día siguiente que ya la tendrá reparada si es que se puede reparar, o nos cambiará la cubierta por otra semi nueva. Así quedamos y tras despedirnos de Ibrahim que se queda de compras en Tinghir, nos vamos a aprovechar lo que queda de día escalando deportiva en el Todra.

En la garganta, hay muchos turistas, pese a que hace mucho viento y arrastra mucho polvo y arena, y se ha vuelto el día frío y nublado y hasta caen algunas gotitas. Yo no he traído mucha ropa de abrigo, así que tiro de cortaviento y térmica para estas situaciones, pero se ha quedado en el hotel, y a última hora, paso bastante frío mientras estoy asegurando. Al final llegamos a hacer 4 vías de deportiva bastante largas entre 5+ y 6b. 2 de ellas en el Jardín de té, hasta que el viento y la arena nos ciega, y las otras 2 en la Mansour, hasta que el viento y el frío nos hace temblar. En este último sector, hay un grupo de ingleses e internacionales, y conocemos a Fabiana, una turista gemano-argentina muy simpática con la que cruzamos impresiones, y José Manuel hasta el número de teléfono.


La última vía me parece muy buena, le insisto a José Manuel para que la haga, él me dice que la desmonte, al final se anima María y mientras la hace, el viento se vuelve insoportable, me arrepiento de no haberla desmontado, estoy temblando de frío hasta que baja, recogemos cuerdas y material, y nos vamos.


Bajamos a las primeras casas del pueblo y paramos en el Dar Ayour, donde tomamos algo con algún aperitivo. Después cenamos en nuestro hotel mientras planificamos la siguiente jornada.

Día 27 de marzo



Vía: Pilier du Couchant, 6b, 355 m. (prácticamente equipada con clavos, espits y bolts) Llevar 6 – 7 friends variados y fisureros, 16 expres (alguna dinema para algún puente de roca). Equp. AVM. J. Soares – C. Rey – M. Décotignies – 2016.

Subimos en coche desde el hotel hasta el aparcamiento del sector Jardín de té.

Cosme y María se quedan en este sector para hacer la vía “Qui l’eùt crue”. 5+, 500 m.


José Manuel y yo, preparamos el material y bajamos por la carretera hacia el Pilier du Couchant.


La carretera, ya está llena de tenderetes de vendedores locales y de turistas desentendidos. Mucho bullicio, tráfico, una especie de Mascarat en versión “road”.

Cruzamos el riachuelo, saltando de piedra en piedra, para acceder a la pared del Pilier de Couchant. Hay una cordada empezando a escalar.

Nos acercamos y preguntamos por la vía que están haciendo, el de primero es un chico, está muy arriba, casi llegando a la primera reunión. La chica, en inglés, nos responde que están en la clásica, por un momento dudamos y nos quedamos pasmados mirando un desplomado y gótico diedro a la derecha, no nos salen las cuentas y volvemos a preguntar, esta vez le grito al de arriba en espanglish preguntando si están en el Pilier de Couchand, él se asoma y con el dedo nos hace un gesto de OK.

Nos equipamos y preparamos cuerda, dejando un margen de tiempo para que suba la chica y salga el primero del siguiente largo antes de empezar nosotros a escalar, mientras hacemos sorteos de largos, le toca a José Manuel empezar.



1er largo. 6b, 45m.

Comienza José Manuel, con una trepada fácil, hasta quedarse bajo un desplome que precede a un diedro, sube por placa hasta llegar al inicio del desplome, aquí hay algún atisbo de fisura, ciega y de bordes pulidos, muy difícil y que requiere de un cerrojo “in extremis”, apoyado con algún canto plano y pies bastante malos, para alcanzar algo ligeramente mejor poco más arriba, son 2 pasos muy exigentes hasta llegar a una primera bandeja donde hay un clavo y se puede respirar de nuevo. Después sube un poco más de muro y se introduce en un diedro diagonal a derecha, bastante liso, y que requiere de pasos en x y algún otro cerrojo en la pulida fisura. Sale a un murete más fácil y a una buena repisa donde está la reunión.


2º largo, 6a, 40 m.



Sigo yo, accediendo por la izquierda a otro tramo de diedro, doy un par de pasos en ligero desplome para entrar en un perfecto diedro, por encima de esto, es cuando realmente empieza el diedro, con varios pasos muy finos de pies y  en bavaresa para entrar de lleno en el mismo. Un estético diedro fisurado, y con buen canto, hasta la reunión en una pequeña repisa a la derecha.

3er largo, 6a, 40m.



Sigue José Manuel, tomando un diedro fisurado al inicio y saliendo por la izquierda de este, cuando empieza a desplomar ligeramente. Continúa por otro sistema de fisuras alternando la fisura del diedro inicial, para volver poco más arriba de nuevo al diedro original y acabar en una pequeña repisita tras una fina travesía a izquierda.
Alcanza al chico de la primera cordada y aprovecha para ver el croquis que llevan, es de Rockfax, aunque tampoco parece correcto, desfasa el grado y los largos, distinto al que llevamos nosotros, pero igualmente incorrecto con lo que estamos haciendo, le hace una foto intercambiando impresiones con el chico, y le toca esperar a que salgan de la repisita de la reunión para poder montar él, mientras contempla a la chica que está haciendo el tramo de 6b del siguiente largo. José Manuel aprovecha y le hace varias fotos al chico mientras hace el 6b de segundo.

4º largo, 6b, 50m.



Sigo yo, volviendo a hacer la travesía para colocarme debajo del sistema de fisuras que por arriba se convierten en diedro y más arriba casi en chimenea.

Pasos largos con potentes remadas, hasta alcanzar un punto donde el filo del diedro se hace romo y la fisura se ciega, pasos con pies en adherencia sobre la placa de la derecha y abrazado al filo romo y a otra fisura bastante más a la izquierda. Cuando llego donde la fisura se ensancha, salgo a la izquierda por placa fisurada desplomada, dejando el diedro- chimenea ya, a la derecha, después unos resaltes de bloques por una canal del final del diedro hasta llegar a una especie de cómodo nicho con una buena repisa.

Poco antes de llegar veo a la chica, nos saludamos con un ¡hello!, me invita a subir indicándome que hay sitio. Subo y cuando estoy en el nicho me pongo a balbucear en todos los idiomas, ella habla inglés y polaco, son de Polonia, me dice muchas cosas y yo a todo que yes y que güi, hasta que se ríe y ya me pongo más serio y empiezo a montar la reunión, no se lo que me habrá dicho, pero se ríe mucho y es muy simpática además de preciosa, le deseo un Happy climbing y se vuelve a reír, parece una muñequita de porcelana, cuando se me pasa la tontuna le grito a José: -¡reunión!, mientras, ella ya está subiendo y pronto la pierdo de vista.

5º largo, 5+, 35m.


Sigue José Manuel, sale por la izquierda del nicho y continúa por un diedro cuarteado en bloques y fisuras en general fácil, pero muy plantado, pronto lo pierdo de vista en la parte superior que forma un saliente.

6º largo, 5º, 25m.

Sigo yo, con ligera tendencia a izquierda, tomando una serie de placas fisuradas con abundante canto, confluyen en una fisura más recta y sigue alternando esta y los cantos de la placa hasta salir a un pequeño saliente con una repisita donde está la reunión.

Me quedo dudando si seguir y empalmar largo, este me ha sabido a poco, arriba veo a la chica acabando el siguiente largo, ellos llevan cuerda de deportiva de 80m, ante la duda del roce y longitud de empalmar largos, monto reunión.

7º largo, 6a, 45m.


Continúa José Manuel, saliendo por un diedro oblicuo hacia la izquierda, alternado la fisura de este y los cantos de la placa de la izquierda, llega un momento en que se pasa al diedro totalmente y se sigue por el mismo hasta llegar debajo de un desplome. Sale por la derecha, por un filo que bordea el desplome y lo pasa después por el medio con pasos muy aéreos. Por la izquierda también es factible (creo que es por donde va la original), pero está lleno de bloques y no tiene buena pinta.

Tras pasar el desplome, a la derecha, está la reunión. Cuando llega José Manuel, vuelve a coincidir con el chico, que se está preparando para salir. Aquí, José le vuelve a hacer unas fotos.

8º y 9º largo, 6a+, 5+, 30 y 45 m.


Sigo yo, saliendo hacia la derecha, para meterme en una profunda y ancha fisura algo desplomada, de pocos metros de altura, de paredes muy lisas, obliga a a hacer algún cerrojito de dedos y pies en adherencia varios pasos, después se tumba un poco y es fácil, el tramo está protegido con 2 clavos, por arriba hay parabolt. Salgo a un hombro amplio con gran repisa, desde donde veo el muro final que nos queda. No veo la reunión por que he salido recto por una placa a la izquierda y he continuado por ella hasta una vira diagonal, dejando la repisa debajo a mi derecha. Evalúo la situación y decido seguir hasta que me quede sin cuerda.

Al principio el muro es fácil, con algún puente de roca, roca muy adherente y compacta, aunque hay que evitar algún bloque sospechoso, voy con ligera tendencia a la izquierda de un desplome que se ve arriba en la salida. Llegando a este desplome final, por la izquierda, hay aun algún paso bastante fino sobre una fisura que se ciega y cantos muy planos y lisos, el tramo del desplome se pasa por la izquierda de estos y es fácil.

Acabo en una buena repisa con una reunión con bolts, pero me quedo sin cuerda, delante de la reunión sin poder llegar, espero un poco que se mueva José Manuel, y en seguida lazo parabolt y meto las cuerdas en la cesta. Mientras sube José Manuel, oigo a la pareja que nos precedía, más arriba, sobre una corta trepada de bloques que nos queda para salir de la pared.

Cuando sube José Manuel, sigue por la trepada de 2º y pasa al otro lado de los bloques, aquí me recoge cuerda y paso yo también. Recogemos material y cuerdas y vamos hacia el Sur siguiendo los hitos que señalan el camino de descenso en dirección al barranco que tenemos más allá a nuestra derecha.

Llegando al barranco oímos voces, al mirar al frente, por el sendero en la otra ribera del barranco, vemos a María y a Cosme que descienden hacia la carretera, los saludamos, aunque parece que no nos reconocen hasta que nos encontramos con ellos, antes de empezar la parte más agreste del sendero de descenso del barranco. Despues bajamos todos juntos entre risas y comentarios de las vías que hemos realizado ambas cordadas.

La vía “Qui l’eût crue”, les ha gustado mucho, a María le ha parecido orgásmica, ahí queda eso. A nosotros la Pilier du Couchant también nos ha encantado, es bastante más dura de lo que esperábamos, pero está prácticamente equipada.

Pongo algúno de sus cromos y las de llegada a la carretera con un espontáneo:





Al llegar abajo y al coche, lo primero, nos vamos al Dar Ayour a tomar algún aperitivo, y sin perder tiempo, bajamos a Tinghir a por la rueda y a cambiar la que llevamos como de repuesto.

Tras reponer la nueva rueda, y sustituirla por la ruinosa de repuesto, que volvemos a poner en su sitio, bajamos a Tinghir centro, y vamos dando vueltas buscando un sitio donde comprar cerveza. Resulta infructuoso, en Rámadán está restringida su venta, aunque encontramos alguna pista de posible sitio donde comprar, pero se agrega un local, persiguiendonós insistente para que le acompañemos, y que no nos deja de pisar la sombra y genera mal ambiente. Al final nos volvemos al hotel de Ibrahim para cenar, ya que aquí se sirve el Dinêr a las 19:00.




Día 28 de marzo



Vía: Diedro Chibania, 6c, 360m. (prácticamente equipada con bolts, clavos y pr. Llevar algunos friends hasta el 3, zonas sin proteger y grandes alejes, fisureros, 16 exprés). 1ª por ¿sin información?, en la guía 2021 tampoco aparece.

Cosme y María deciden hacer la Pilier du Couchant, se la hemos descrito y la hemos pintado tan buena que la ven imprescindible.

Vamos juntos a pie de vías, cuando llegamos hay una pareja en cordada, en la Pilier, los conocimos el día anterior, nos dijeron que eran de Madrid y acababan de llegar y habían estado haciendo deportiva ese día. cuando nos preguntaron por la vía del Pilier, les dimos algunas indicaciones, hasta que nos dijeron que de grado iban sobrados, y la conversación se enfrió bastante.

Cosme y María, en el primer largo del Pilier de Couchant:



Acaban de empezar, los observamos, el chico acaba acerando el 6b, el antes y el después, luego, la chica acaba acerando y colgándose casi todo el largo, después, Cosme y María, nos contarían que esta fue la tónica de esta cordada durante toda la vía, además de la lentitud que les supuso más de 1 hora de retraso tras muchas esperas. Tras la decepción, comienzan Cosme en el Pilier asegurado por María, y nosotros por la canal que accede bajo el gran diedro de la Chibania, tras el reparto de largos, le toca empezar a José Manuel.

1er largo, 4º, 60m.


José Manuel sube la canal que casi todo es una trepada fácil, con algún corto resalte que hay que proteger por que la caída es hasta abajo. Llega junto a un pequeño arbolito casi al final de la amplia canal y monta reunión a pié de la impresionante chimenea que queda un poco a su derecha.

2º largo, 6a+, 45m.



Subo un pequeño resalte de placa vertical y sigo por la misma algo más tumbada, dejando un filo desplomado a mi izquierda, hasta llegar bajo un negro y desplomado diedro, que más arriba, confluye con la enorme chimenea que asciende hasta el final de la pared. Subo por la parte derecha y me meto en el diedro dando varios pasos en el mismo, al final desploma y la fisura se ciega antes de salir a lo que parece una repisa bajo la gran chimenea, miro y veo brillar algún canto a mi izquierda, salgo del diedro a la placa de mi izquierda, finos pasos de placa ligeramente desplomada y luego una delicada travesía que me sitúa ya fuera del diedro, sobre la placa cuarteada por fisuras, sigo hasta tomar una serie de viras y fisuras ascendentes que me sitúan por terreno más fácil en la reunión. Aun estamos muy por debajo del gran diedro de la Chibania, pero ya se puede ver lo amplio y vertical que es.

3er largo, 6a, 45m.




Sigue José Manuel, saliendo por la placa cuarteada por fisuras y alcanzando las más fisuras rectilíneas a la izquierda, con pasos atléticos que exigen buenas remadas para alcanzar los siguientes cantos. La fisura principal de la izquierda va a confluir bajo el gran diedro, donde justo en su base, en una cómoda repisa está la siguiente reunión. Largo muy bonito y disfrutón sobre buena roca

4º largo, 6b+/c, 35m.




Salgo de la reunión ya apoyado en ambas paredes del diedro, al principio hay bastante canto, pero pronto los pies quedan reducidos a micro regletas y pequeños resaltes oblicuos y romos. Voy tirando en X todo lo que puedo, a veces la parte izquierda presenta algún canto, y otras, resaltes desplomados que dificultan la progresión en X y hay que empotrar el brazo en la fisura, a veces hasta el hombro. La pared de la derecha es lisa y en muchos tramos apenas hay donde puntear algo, Llego a la zona más desplomada, la fisura se ciega antes y después, la placa de la derecha es lisa como el vidrio, Empotro cadera y brazo en la fisura y voy gusaneando hasta que se ciega, empotro mano y tiro de invertido para subir pies en oposición, hasta que puedo encajar también cadera y sacar la mano empotrada, cojo algo bueno por arriba y me recoloco para seguir medio en X medio en placa, casi en apnea, subo gruñendo los últimos metros como un jabalí, hasta llegar a una incómoda reunión suspendida en medio del fisurón, donde apenas hay para apoyar los pies. Menudo largazo.

5º Largo, 6b+, 50m.

Sigue José Manuel, el primer seguro dista mucho y no se ve nada factible donde se pueda proteger para evitar un factor 2, además empezar parece bastante duro. Por si las moscas, levamos una caña, y animado por mí, José se chapa la primera desde la reunión. Después sale escalando y nos damos cuenta de que no es tan difícil como nos parecía. Realmente lo más dificil de este largo, viene a partir del 2º bolt, y hasta el 4º, entre ellos puede que haya 15  o 20 metros, y solo entran cosas nuy grandes, llevamos el 3 y el 4 de camalot.

José Manuel va superando este tramo, como puede y llega bajo una zona de bloques suspendidos, aquí la dificultad es bastante menor, pero aun queda algún paso de 6a+. Supera los bloques más desplomados y en tramos diedros entre bloques se coloca sobre ellos, poco más arriba encuentra la reunión.

Yo apuro al límite, medio gusaneando, en X o directamente por la placa, acabo encadenando el largo, los bloques finales impresionan mucho, hay pequeños techos a ambos lados y hay que ir subiendo leyendo muy bien los movimientos para pasar de un lado a otro.

6º largo, 5+, 50m.


Sigo yo, por dentro de la canal final que forma este gran diedro, pasando entre verticales bloques de un muro a otro, por terreno fácil pero que requiere de mucha atención para no cogerse a bloques sueltos medio encajados entre ellos. Procuro tocar lo menos posible y subir por lo más compacto, hasta que llego a la reunión que me salté cuando hicimos el día anterior la Pilier du Couchant, sobre el hombro que forma el sistema de fisuras de la vía mencionada y la canal final del gran diedro de la Chibania.

7º largo, 5+, 45m.


Sigue José Manuel, por terreno conocido del día anterior, un tramo de muro muy disfrutón con algún paso delicado poco antes de llegar a los desplomes finales que se evitan pasando por la izquierda de los mismos.

Subo yo después y sigo por la última trepada fácil para pasar por encima de los bloques finales a terreno sin exposición. Llegando arriba, aparece por debajo en la reunión que acabamos de dejar, el chico de Madrid, que va de primero en su cordada, un largo por debajo está su compañera, y otro largo más abajo están Cosme y María. Recogemos cuerda y empezamos el descenso por el mismo sitio que ayer.

Cuando llegamos a la carretera, nos encontramos con Fabiana (la saludo llamándola la chica del multipich, por que aun no sabía su nombre), acompañada de 2 ingleses, cruzamos unas bromas internacionales y la invitamos a que vengan a tomar algo con nosotros, pero no acceden.

Llegamos al Dar Ayour, recogemos el material en la mochila de ataque y dejamos fuera lo mas grande, como cascos, pies de gato, arneses y cuerdas. Mientras estamos recogiendo, José Manuel ve a Fabiana asomada en el extremo del angosto callejón por el que hemos accedido a la puerta del hotel, saluda y José le hace un gesto para que vengan. Al final subimos a la terraza y al poco aparece fabiana con un simpático inglés del que no recuerdo el nombre, puede que se llamara “Sam”.

Mientras tanto, José Manuel se ofrece a ayudar para bajar un baúl, desde la terraza (3 plantas) hasta la calle. Desaparece y me quedo con los nuevos amigos, aunque estos se sientan aparte mientras yo fumo e intento contactar con Cosme.

Cuando vuelve José Manuel, sin cortarse, se sienta con ellos y acabamos todos juntos. Se me ocurre contar un chiste en universal y acabo teniendo bastante éxito, entre franciano, espanglish y mimos parece que lo pillan y acabamos riéndonos mucho, y se genera una animada y divertida conversación en la que “Sam” también cuenta algo divertido que yo no entiendo, mientras tanto, Cosme responde y me indica que ya están bajando, cuando llegan aun les da tiempo para tomar algo antes de irnos al hotel de Ibrahim. También, nos han servido olivas verdes picantes y negras, además una salsa de harissa, que pica como un demonio pero es golosa.

Muy buenas escaladas para nuestros grupos, la Chibania ya casi fuera de presupuesto, tirando de crédito, débito, rédito, decrépito y dédito, hasta hacerme sangre en entre piel y uña. Inmejorable el día.

Día 29 de marzo

La salsa harissa de ayer, ha hecho efecto, y me ha renovado la piel del ano y quizás parte de tripa, tras más de 10 minutos de ardiente evacuación, casi en trance espiritual, como si yo mismo fuera un cohete a reacción, y sintiendo las fumarolas hirvientes en el inodoro. Creo que he matado todo indicio de vida en mi intestino. Pero al final ha pasado, y me he podido levantar, con sensación de renovación y caminando con precaución para ir a desayunar.

Desayunamos como siempre, con variado surtido de productos, incluido el amelou de cacahuetes y argán y otros ingredientes, tortas, pan árabe, mermeladas, miel, …, hoy la idea es hacer actividad cardio.


Vía: Arista norte (muro de Azrou), 5º, 500m. (semi – equipada bolts), 5- 6 friends y 15 exprés. 1ª por ¿sin información?, en la guía 2021 tampoco aparece.

Cosme y María, van a la pared del sector Jardín de té, para hacer una vía de 4 largos que no sé cual de ellas.

Mientras subimos con el coche, vemos un grupo de murcianos, los conocemos por el emblema de trepaeros que lleva alguno de ellos, les preguntamos por Pepe Seiquer que está por aquí, nos dicen que está en la Mansour, en la vía “Berbertraum”, y que ellos van a la arista Norte. Continuamos y corremos para ponernos delante, ya que son un grupo de 5 o 6 personas y queremos ir rápido, supuestamente hoy sólo queremos hacer cardio, ya nos duelen los hombros y los dedos de estos días pasados.

Los murcianos llegan mientras nos estamos encordando a pie de vía. Pero con buen humor, también nos dicen que mejor que salgamos delante, que ellos no tienen prisa y van varias cordadas.


1er largo, 5º, 60m.

Subo escopetado, pasando este primer muro con varios pasos muy buenos y en general sobre roca compacta, me salto la reunión mal ubicada y un tanto incómoda y subo hasta el siguiente contrafuerte, monto usando un bolt y un friend.

2º largo, 4º, 60m.

Sigue José Manuel, en la misma tónica que el anterior largo, los pasos de escalada sobre muro vertical son escasos, casi todo es caminar entre o sobre bloques, subimos muy deprisa.

3er largo, 4º, 60m.

Sigo yo, a veces por muretes, otras por arista, muchos tramos de saltar de bloque en bloque y pocos de trepada. Monto reunión bajo un murete con un diedro equipado con bolts.

4º largo, 5º, 60m.


Sigue José, por el diedro que ofrece un tramo de bonita escalada y que acaba en la arista, continúa apurando cuerdas hasta la proximidad del siguiente resalte vertical, donde hace un pequeño giro hacia la izquierda.

Mientras tanto, ya no vemos ni oímos a los murcianos.

5º largo, 4+, 60m.


Sigo yo, ahora más por el mismo filo de la arista cuando esta no presenta resalte vertical, vamos intuyendo el final de la pared, aun parece que nos quedan 2 resaltes, el resto es un pasear de bloque en bloque.

Cuando paro y monto la siguiente reunión, al asomarme, como hemos empezado a girar siguiendo el filo de la arista, vemos muy muy por debajo a la primera cordada que nos seguía, están muy lejos.

6º largo, 4º, 65m.

Nos hacen una foto desde el sector del jardín de té:


Sigue José Manuel, de igual forma que lo descrito hasta el momento sobre esta escalada, con pasos esporádicos de escalada, cada vez muretes más cortos, señal de que estamos casi en la cresta final.

7º largo, 4º, 60m.

Sigo yo, por la cresta ya, tomando los últimos resaltes verticales que forman pequeñas agujas y crestas entre ellas, apuro cuerdas y llego a una zona donde parece que tras un corto resalte, acaba la escalada.

8º largo y ensamble final, 3º, 120m.


Sube José Manuel delante, hemos recogido cuerda y vamos con unos 15 metros entre nosotros para ir dando o recogiendo según interese, los pasos de escalada son puntuales y rara vez hay exposición, la cresta es bastante amplia y no presenta dificultad. Acabamos y nos desencordamos unos 100 metros antes de llegar andando por el cordal a un collado.

Hemos terminado en poco más de 2 horas. Nos hemos saltado casi todas las reuniones, apurando cuerda en todos los largos, y en algunos de estos, con cortos ensambles, el final de la cresta hemos ido en ensamble corto hasta el final de la pared. Llegamos al collado, hacia arriba, continúa la ladera, a derecha una amplia y escarpada vaguada.

En este collado, hay que fijarse bien, hay hitos que indican el sendero y traza de descenso por esta amplia canal orientada casi al Norte. Desciende zigzagueando evitando los resaltes verticales, tomando viras con tendencia casi siempre hacia la izquierda mirando al valle. Mientras bajamos, vamos poniendo algún nuevo mojón y arreglando otros. 

Vemos a las 2 cordadas murcianas en la arista Norte, los más altos están por la mitad de la vía, les gritamos para llamar su atención con un ¡atcho!, para indicarles el descenso al valle por donde estamos bajando nosotros. En este descenso, también hay varios pequeños destrepes, el último de ellos, a un barranco, es el más delicado por altura y calidad de roca, pero es fácil, después, continúa por la empinada ladera zigzagueando hasta llegar a la carretera tras alcanzar un buen sendero visible desde la mitad del descenso.

Llegamos abajo como si no hubiéramos escalado, son las 12:00 de medio día, vemos a Cosme y María, que están descendiendo en rapel por la pared que acaban de subir, aún les queda bastante para llegar al suelo. 

Cromos de María y Cosme en el sector Jardín de té:

Esperamos un poco junto a la carretera, observando el conjunto. Se nos acerca una mujer Bereber con una niña, nos pide, les damos 2 crepés de chocolate y algún euro, la niña se come el crepé, muy contenta, están acampados en el valle más arriba, hemos visto las jaimas.

Tras un breve rato, mientras terminan de rapelar nuestros compañeros, decidimos hacer la vía del Diedro de la Aguille du Gué, que tanto nos ha reiterado Cosme que abrió en los 80 y que tanto nos ha repetido de hacer.

Bajamos cargados de material y cuerdas por la carretera, ante la curiosa mirada de la muchedumbre turista y las bromas, preguntas y ofertas de los locales. Pasamos el río y nos acercamos a pie de vía.


Mientras nos equipamos, aparecen María y Cosme que nos han visto, cruzan el riachuelo y vienen hasta nuestro punto. Cuando llegan, Cosme nos indica que van a hacer la vía du Defilé, que va paralela a la derecha de la que vamos a hacer nosotros.




Vía: Polvo peligroso (Aguille du Gué), en la guía aparece como vía del Diedro, 6b+, 110m. (semi- equipada bolts) diedro final (6b+) limpio. 1ª por Cosme Almendros y Ángel, década de los 80.

1er largo, 5+, 50m.

Foto con José Manuel arriba y María empezando a escalar de 2ª, Cosme está arriba en la 1ª reunión de la "Defilé".



Empieza José Manuel, pasando una hendidura para tomar un primer resalte vertical a una plataforma, después sigue por tramo de bloques y placa hasta llegar a una amplia fisura que forma un gran diedro – chimenea, ascendiendo este en chimenea y en X, hasta llegar a otra plataforma con arbolitos tras pasar una angosta canal final.

2º largo, 6a, 40m.

Sigo yo, saliendo por la derecha de los arbolitos, por placa compacta de buena roca y muy abrasiva, continúo por la placa en diagonal hasta ubicarme en la fisura, en la parte de arriba se planta y llega a desplomar ligeramente. Aquí se concentra la dificultad de este largo, pasos de bavaresa y después en X, para acabar en una zona desplomada con un fisurón a la izquierda que permite empotra pie y brazo, un pie se me cuela en la fisura y me quedo asido del filo, un sustín que me pone las pilas para el paso más vertical.

Salgo a otra plataforma, sobre la que tengo a mi derecha la vía que están haciendo María y Cosme, y enfrente un diedro de amplia fisura, desplomado desde el inicio hasta el final. Solo me queda un friend que pueda meter en este tramo de 15 metros.

Se ha vuelto un viento fuerte y apenas nos oímos José Manuel y yo. Me asomo para preguntar a José si es por el diedro, por que a simple vista no parece 6a, como supuestamente indicaba el croquis. Me confirma que por el diedro.

Continúo con idea de colocar el nº 3 lo más alto posible para garantizarme que no aterrizaré en caso de caída sobre los bloques de la repisa, para empezar ya lo veo muy duro, pero localizo un agujerito en interior de la fisura donde meto un friend  mediano, sigo dando pasos con empotramiento de brazo y pies en adherencia, subo hasta la parte más desplomada y malamente coloco el friend nº 3, de abajo oigo gritar a José Manuel y a Cosme - ¡por la derecha, por la fisura no, por la placa de la derecha!,… se me va un pie y quedo casi colgando del brazo empotrado, recoloco y grito para que me pille con la cuerda, el viento impide que me oiga José, como puedo voy descendiendo en taquicardia, estoy a 5 o 6 metros de los bloques, si caigo me rompo los pies y puede que algo más, destrepo como una ardilla hasta que llego de nuevo a la plataforma, me asomo y me pongo a gritar, que si no me has pillado, que si casi me caigo, que me habías dicho por la fisura,… hasta que me desahogo y el viento mitiga mi vocerío.

Monto reunión con friend y lazando un bloque y espero que suba José Manuel, cuando llega le pido el friend nº2 y le digo que me asegure, el me ve atacado, me dice que me calme y que si eso, que salga con una cuerda por la derecha y después él recoge desde arriba los friends que he dejado puestos en la fisura.

Le digo que no, que casi la tenía, pero por el roce de cuerda, el viento y que no tenía más material para proteger la salida me he bajado y que voy a darle otro pegue.

3er largo, 6b+/, 15m.


Subo de nuevo, los primeros pasos se me dan bien, ya conocidos, llego al friend azul, se ha movido sobre una fina chorrera y posiblemente no me hubiera aguantado en caso de caída. Lo recoloco como puedo hasta que se queda a cañón. Sigo subiendo ya en un tramo nuevo y más duro, dando el último power para llegar a lo que parecen cantos buenos de gotas de agua y chorreras, cuando llego, me quedo con un brazo empotrado y un pie en la fisura, el otro en precaria adherencia y además no me los veo, no hay gotas no chorreras, muchos piquitos pinchosos, pero nada que sirva para dar una remada que me permita salir de la fisura. Tras un bruto forcejeo, empotro la mano en la fisura más arriba, para poder tirar, subo el pie derecho mucho, casi al filo del desplome, y tiro para arriba palmeando con la otra mano, hasta que puedo poner el otro pie sobre el desplome, al fin logro pasar y sigo por placa tumbada lo que queda de fisura hasta la reunión.

Sube después José Manuel, también le parece muy duro, posiblemente 6b+ o más. Sigue hacia arriba 10 m. por una fácil trepada de 3º hasta salir de la pared a zona sin exposición.



Mientras me recoge hago unas fotos a María en un espectacular largo que está haciendo en ese momento, por el borde exterior de la aérea arista de la placa que forma el diedro que acabamos de subir.



Nos reunimos todos arriba y subimos por una rampa rocosa hasta situarnos sobre la Aguille du Gué, localizamos el rápel hacia la parte opuesta, sobre el collado que forma la Aguille du Gué y la Aguille du Grabe, detrás y mucho más alta. Hacemos el rápel de 40 metros y bajamos por el barranco hasta la carretera.
Cargamos los bártulos al coche tal cual llegamos al mismo, de bajada, paramos para que María busque un mosquetón de seguro que le cayó ayer en el Pilier, mientras esperamos y bromeamos por su infructuosa búsqueda, aparece una niña pidiendo, le doy una libreta y un bolígrafo, inmediatamente aparecen dos niñas más, les doy las libretas y bolis que me quedan, y vuelven a aparecer más niñas, sólo me quedan unos caramelos, que se reparten entre ellas. Cuando vuelve María, bajamos al hotel Dar Ayour, pero cuando llegamos, nos dicen que no tienen cerveza, pero como hemos sido buenos clientes, nos indican un sitio en Tinghir, a unos 15 - 20 minutos, donde puede que podamos comprarlas. Cogemos el coche y llegamos al sitio. Nada más llegar, mientras miramos por donde entrar al amplio local, aparece un señor y nos pregunta, cuando le decimos qué queremos, nos dice que le acompañemos y en un lateral del inmueble forrado con chapas pintadas con decoración africana, da unos golpes y de repente se abre una puerta, aparece un local sonriente y nos dice que pasemos, dentro es un espacio de poco más de 9m2, ocupado casi en si totalidad por una gran cámara frigorífica y montones de cajas apiladas de cerveza de variadas marcas. Está bastante obscuro hasta que enciende una luz, elegimos las cervezas que queremos, con preferencia por la marca Casablanca y le pagamos muy contentos, nos sale bastante más económico que el hotel. Ya podemos celebrar estos días plenos de escalada. El encargado del zulo, muy simpático, aun le regala una lata de cerveza a María por ser la jefa, ya que es la que lleva el bote y por ello la que paga, además de ser la intérprete, cobra respeto por ello entre los locales, aunque algunas veces no dice lo que nosotros queremos comunicar y va por libre, en estos casos, acabamos comunicándonos nosotros en internacional y nos va bastante bien.

Nos vamos a nuestro hotel y en la terraza nos tomamos la primera, después la segunda mientras cenamos típicos tallines, con un especial de pincho de cordero que acompañamos con la última botella de vino que nos queda.

Aun recibe José Manuel un WhatsApp de Fabiana, para ver si mañana escalamos, nos quedamos con ganas, pero aun quedan muchas horas de regreso, y mañana hay que liquidar las tasas del hotel, recoger equipaje y material, y empacarlo todo antes de salir.

Día 30 de marzo

Pagamos a Ibrahim nuestra estancia y alimentación, que acaba saliéndonos más cara de lo previsto, según el cambio de Ibrahim, aunque la verdad, es que sigue siendo muy barato y ha sido muy hospitalario. Él, muy contento, nos invita a ver la cueva de Ali Baba, una especie de bodega excavada donde amontona un sinfín de productos típicos: alfombras, utensilios y menaje, armas blancas, orfebrería, fósiles y minerales, decoración, …, y aun nos gastamos más de 2000 dirjans entre todos.

Recogemos equipaje del hotel, ordenamos el material, cuerdas, cascos, pies de gato, …, empacamos todo como lo habíamos traído. Cargamos el coche y pasadas las 11 de la mañana salimos camino de Marrakech.

Largo trayecto, pero ahora de día y sin niebla. Disfrutando de un paisaje con fondos de montañas nevadas y grandes extensiones desérticas de guijarros, pasamos Ouarzazate. Subimos el coll du Tichka, disfrutando de un paisaje similar al de sierra Nevada, con numerosas montañas nevadas a nuestro alrededor, de más de 4000 metros de altura. Paramos a comer en los puestos que vimos al pasar de noche, cuando reventamos la rueda, hoy si, comemos tranquilos.



Descendiendo, vemos muchos puestos de artesanías, miel, minerales, geodas y fósiles a la orilla de la carretera. Paramos en uno en el que hay un anciano solitario, está medio lloviznando, con viento y mucho frio, y el hombre ahí sentado a ver si vende algo. Le compramos 6 pequeñas geodas por 500 dirjans tras regatear un poco, el anciano está muy contento. Casi le saltan las lágrimas de contento, luego en Marrakech, encontraríamos geodas parecidas por menos de la mitad de dirjans, creo que ese día, le hicimos un gran favor.


Llegamos a Marrakech sobre las 17:30, vamos directamente al hotel, conforme nos vamos acercando a la ciudad, el tráfico caótico se va condensando, más cantidad de caos y un caos más grande, las motos con hasta 4 pasajeros, incluidos bebés, los motocarros, los taxis (los más peligrosos después de las motos) y resto de usuarios, cruzándose y pasando a la par por los costados, Cosme va loco, le faltan espejos y ojos, nosotros animamos, diciéndole que parece un “gamer” con el video juego de esquivar meteoros, acabamos llamándole Super Cosme Bros y riendo paliamos los nervios hasta llegar al aparcamiento del Hotel Oudaya.



Bajamos a dar un paseo y vamos al zoco, a poco más de 15 minutos andando desde el hotel. Damos varias vueltas y acabamos con dolor de pies y de espalda por andar tanto y tan lento, casi arrastrando los pies en el zoco. Tras cenar en los puestos del zoco, acabamos en un disco bar hotel tomando unas carísimas cervezas.

Día 31 de marzo



Al día siguiente volvemos al zoco, nos ha gustado la “pasaica” del día anterior, pero además queremos gastar los últimos dirjans. Hoy están los encantadores de cobras y los acrobatas de los monos. Hay bastante más jolgorio y ambiente. Otra larga vuelta y revuelta por el zoco, viendo rincones y callejones con curiosidad y asombro, y muchas cosas que no habíamos visto el día anterior. Comemos en los mismos puestos que la noche anterior, y tras un rico café, en el Café Arset el Bilk, de vuelta al cochenos vamos al aeropuerto sobre las 15:00.

Entregamos el coche, todo ok, todos contentos. Entramos en el aeropuerto, pasando los primeros controles. Facturando equipaje, nos encontramos con grupos de españoles también de regreso, algunos conocidos. Por fin tras los controles finales y una tediosa espera viendo aviones ir y venir, embarcamos en nuestro avión, entre José Manuel en pasillo y yo en ventanilla, tenemos a una villenera, que viene de tour por el desierto, aunque me parece muy a la defensiva y apenas converso con ella.


Llegamos al aeropuerto de Alicante sobre las 22:30, con más de una hora de retraso en el vuelo. María se va la primera, tiene que pasar las cuerdas a Cosme, resulta que están empacadas sin liar y les toca a Cosme y a José Manuel, ponerse a liarlas en el hall del aeropuerto, para poder transportarlas, bajo la absorta mirada de los viajeros que vienen o se van. María se despide y se va para Alicante. José, el hijo de José Manuel, nos está esperando en le aparcamiento del aeropuerto con su novia, que también estaban de viaje y llevan equipaje. Acabamos empacados en el asiento de atrás como fardos, junto con bolsas y mochilas. Me dejan en casa pasadas las 23:00.

Ha sido una maravilla de viaje, objetivos más que cumplidos y muchas risas compartidas. Un verdadero placer, amigos.