Cresta de la Foradá - Petrer 15 -junio de 2019
Está situada casi en medio del Paisaje Natural Protegido de las sierras del Cid y Maigmó, en la provincia de Alicante, ubicado entre los términos de Petrer, al oeste, Agost y Monforte del Cid al Sur, Castalla al Este y Sax y Onil al Norte. El lugar, ciertamente, es de gran riqueza forestal, paisajística y cultural, sobre el que se han escrito numerosos compendios y tratados de toda índole.
Toda el área, principalmente la zona interior y las vertientes Sur y Este, están sometidas a una gran presión antrópica, colmatando este hecho, el uso de extensas fincas privadas, como cotos de caza privados, incluyendo la explotación cinegética del arruí, naturalizado desde hace varias décadas.
El lugar es de gran afluencia de todo tipo de colectivo relacionado con la montaña.
La cresta de la Foradá, es más bien llamativa, casi coqueta, realzada entre el bosque, cuando la vemos desde la vertiente norte, aun siendo de modesta envergadura. Es muy concurrida y mucho más conocida por albergar uno de los mejores sectores de escalada deportiva de la comarca del Vinalopó Medio.
Tuve el placer de hacerla, repetidas veces durante la formación práctica del curso de técnico de escalada, y por su proximidad y elegancia, y su dificultad, asequible a cualquiera mínimamente preparado para escalar, la incluí en mi programación del bloque de prácticas, como 1ª salida de conducción en cresta y arista.
En esta salida, me acompaña en calidad de cliente, pero más como amigo, Miguel Burgos, que con apenas un bautizo de escalada deportiva, hace bastante tiempo, le gustó este deporte, tan dispar con su dedicación a la náutica de alta mar.
Quedamos sin tener que madrugar mucho, ya que la proximidad y la actividad no requiere de mucha entrega. Comenzando ya a escalar sobre las 10 de la mañana. Para este día la predicción es bastante favorable en cuanto a calor, y de hecho, sopla un moderado viento, que si bien refresca, también le da un poco de morbo al asunto de andar por los aéreos filos de las rocas.
No llevamos cámara de fotos y estas, las hacemos con el teléfono, así que la calidad es muy mediocre, pero sirven para hacerse una idea del ambiente.
Iniciamos la cresta desde el lado Este. Un cáncamo y algún cordino lazando algún arbusto, indican el comienzo por el extremo de la arista. Subiendo en diagonal a la izquierda, hasta salir a la parte inicial de la cresta, sobre una plataforma inclinada, truncada con otro vertical resalte que se evita, rodeándolo con un ligero descenso por su lado derecho, para llegar a una canal con una gruesa encina, de la que salimos escalando un corto largo de 15m. por el filo de la derecha, donde veremos algún seguro, hasta volver a salir tras una corta travesía a izquierda, y posterior trepada por una canal-diedro, al costado derecho de la cresta, sobre otra plataforma, bajo otro resalte.
Escalamos este resalte, con un corto largo, por su lado derecho y nos volvemos a colocar sobre el filo.
Después un tramo gestionado con cuerda corta, hasta otro gran resalte, que escalamos, con tendencia a salir por su derecha, otra vez al filo. Otro tramo de cuerda corta, y descuelgo a Miguel hasta la brecha principal y después desciendo yo rapelando de un dufour.
Tras descender a la brecha, pasamos por el filo en cuerda corta, y retomamos la escalada del siguiente resalte de unos 20m. equipado con algunos bolts. Las vistas son muy bonitas, lástima que las fotos no tengan calidad.
Le pregunto a Miguel, que tal lo está pasando, estoy flipando, dice, esto es una pasada. Bueno, ya sabía que le gustaría, pero no imaginaba que le iba a ser tan sensacional.
Continuamos cresteando, con algún corto resalte que hay que escalar, y que gestiono con mini-largo, o trepada asegurada entre los bloques, algún resalte en descenso, donde descuelgo a Miguel y después destrepo, y ya al final, por el filo en ligero descenso, hasta los últimos resaltes de bajada finales, y el rápel de 18m. que nos deja en el suelo en el extremo opuesto de donde empezamos.
Una entretenida y satisfactoria mañana para ambos, donde la tranquilidad y el buen ambiente, apenas alterado por algún ladrido o alarido de algún presente en la pared norte de la Foradá, ha dejado una grata sensación que degustamos, frente a una fresca cerveza.
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