14 agosto, 2022

Sierra de Gredos - Galayos - Punta María Luisa (Oeste) - Vía: Diedro A.Ayuso - A.Espias

 14 de agosto de 2022

Diedro A. Ayuso y A. Espias, 1er ascenso en 1960.  6b, 140m.



Tras comentar la posibilidad de una posible salida exprés el sábado anterior, pasamos una semana de incertidumbre por saber al final donde tendremos buen tiempo para hacer una escalada exprés al fresquito, vamos descartando objetivos iniciales como la cresta de Salenques -Tempestades al Aneto, la norte del Veleta,... y nos vamos mentalizando de una sesión de granito en Gredos. Yo aquí he hecho sólo algunas escaladas en roca y en invernal en el Circo de Gredos y hace muchísimo tiempo estube en Galayos donde insistiendo mucho al final me acompañaron para hacer la Berroquera SE, la verdad es que hacía mucho calor aquella vez.

No vamos entrenados, pues acabamos de retomar el asunto agreste y nos sobran kilos y nos falta fuerza y fondo, pero por lo menos aun nos queda un poco de temple para asumir la dura aproximación y el susto en los pasos que nos tocará solventar, y que sin comentarios, asumimos.

José Manuel y yo, salimos para Gredos, el sábado por la tarde sobre las 16:30 aproximadamente. LLegamos a Arenas de San Pedro sobre las 21:30 y tras un buen rato para poder aparcar, vamos recorriendo las concurridas calles del pueblo en fiestas, las terrazas se desbordan de gente, invadiendo la calzada en un equilibrio entre máquinas y gentío en constante circulación. Al final encontramos donde poner el huevo y nos damos un castellano homenaje de bienvenida con viandas típicas y contemplación  de mocerío autóctono.

Salimos para Guisando bastante tarde y llegamos al aparcamiento de acceso a Galayos sobre la 01:00. Está muy concurrido, y acabamos aparcando cuesta abajo en una pendiente que nos hará pasar la noche con los pies para arriba y cierta sensación de agobio. A las tantas y pico siguen llegando más coches que descargan una vociferante y desagradable horda de borrachos sin modales, y así, entre sonoros ronquidos y y mundanales ruidos pasamos una nada romántica y corta noche de luna llena en este bonito y masificado lugar.

No madrugamos mucho, nos levantamos pasadas las 07:30, aun haciendo la digestión de la cena, desayunamos sobre todo líquido, seleccionamos material y nos equipamos, y poco antes de las 09:00 arreamos para arriba a buen ritmo y sin parar de hablar y bromear. A medio camino, nos cruzamos con una moza cual gacela montaráz, en camiseta "free-bra " y ceñido y mínimo culote, nos quedamos pasmados admirando lo bien hecha que está, y esto, nos termina de ajustar  la arritmia cardíaca al ritmo del jadeo del duro ascenso de aproximación.


Dejando a la izquierda el sendero de ascenso al refugio Victori, continuamos por la Apretura hasta pie de vía. Desde lejos vemos una cordada suspendida al final del gran diedro de la Ayuso-Espias, se ve impresionante y acojonante, más vertical de lo que creía. conforme nos acercamos, distinguimos otra cordada al inicio del gran diedro. Al llegar a pie de vía vemos que hay "cola" y tenemos otra cordada más por delante, otro grupo a pie de vía espera su turno desde hace una hora y media. - Ves? le digo a José, - si hubieramos madrugado estariamos aquí helados desde hace 2 horas, tras lo cual, empapados de sudor comienza a ocurrir.



Mientras las cabras montesas pasan parsimoniosas a nuestro lado ramoneando con disimulo, charlamos con ellos y vemos que son cosmopolitas de la península y hasta tenemos amigos comunes, entre ellos, un maño de Ainsa, nos pregunta si conocemos a Javi Palomares, y nos comenta que trabaja con su hermano Carlos en Pirineos, conocidos y vecinos de nuestro entorno con los que compartimos cuerda alguna vez.

Tras un buen rato de casi una hora, estudiando alternativas y temblando de frio, y ya, casi a punto de irnos a la Rivas - Acuña, el grupo de 3 que tenemos delante decide irse precisamente a esta vía. Nos arreglan el día y minutos después, sobre las 11:30, comenzamos a escalar tras hacer el sorteo de largos de siempre.

1er largo, 5, 30m. Empiezo yo, deseando calentarme pero con mucho recelo ante tanto liquen pegado a la roca que me hace dudar de mi adherencia, tras unos cortos resaltes sobre bloques me meto en una ancha fisura-canal que se amplía poco más arriba y continúo por la destacada y ancha fisura de la izquierda, donde al poco localizo un clavo. Voy entrando poco a poco en ambiente, fisureando en terreno cada vez más vertical. Buscando la reunión me salto una primera y cómoda repisa, después otra más pequeña y volandera y cuando llego a la tercera, que casi es un nicho y ya no tan cómoda, decido montar reunión con 3 friends, descartando una posible reunión montada (venimos mal acostumbrados de Levante). Mientras estoy montando reunión, pasa un grupo por la base y nos dicen que normalmente estos 2 largos iniciales se empalman, cosa que nos confirman que han hecho los de la cordada que tenemos por arriba, pero ya hemos hecho reparto de largos y yo tengo la reunión casi montada, así que lo dejamos cómo está y hacemos los 2 largos iniciales antes del gran diedro. Mientras tanto descubro que se me ha agujereado la suela del pie de gato y casi tengo que cantear con el dedo gordo tal cual, ya que tampoco parece que halla palmilla.



2º largo, 5+, 25m. Continúa José Manuel por la evidente y despejada fisura que ya perfila a ambos lados el gran diedro, y que asciende pasando poco antes de la reunión un pequeño resalte ligeramente desplomado. Unos metros más arriba sobre una pequeña y oblicua repisa con un clavo fijo y varios friends José monta la reunión. Cuando me pongo la mochila que se ha subido José Manuel, me sorprende su peso y volumen, y aunque de segundo, me tengo que esforzar para subir con una cadencia sin llegar a la insuficiencia respiratoria. Llego a la reunión y sobre nosotros se planta un enorme y perfecto diedro que me hace dar acelerones vocales con pequeños saltitos,  cómo si estuviera en la parrilla de salida del GP.






3er largo, 6b, 40m. Salgo parloteando para no oir mi pánico y llegar bien a los achiques, esto me ayuda a ir respirando y no subir en apnea, cómo acostumbro en estas visicitudes. Poco a poco el pánico va dando paso a una sensación de "granite pro", haciendo poses y movimientos de revista mientras la fisura del diedro se deja proteger muy bien y va animando a seguir encadenando. Al llegar al achique final, un tramo desplomado con fisura de yemas y/o roma con salida a la placa de la izquierda, a 300ppm y con los brazos y las gomas quemadas, rebufo y empiezo a echar humo por la junta de la culata, pero chapo en un un clavo y las palabras animadoras de mi compañero que me encienden recordandome a la apretada gacela del camino, y sigo apurando hasta que consigo pasar el último apretón y llegar eufórico a la reunión, en una plataforma inclinada a la izquierda del final del diedro, con los palieres esculados y echando espuma por la boca, pero que contento... ¡¡Olé, que buen estreno!!.



4º largo, 6a/, 25m. Sigue José Manuel, con un paso inicial a la izquierda para tomar un diedro inclinado que acaba en una una fisura vertical, para continuar por esta que a su vez acaba en un desplome a la derecha, formado por un enorme bloque empotrado en los flancos, que se evita por la izquierda, encuentra algún clavo que anima poco, pero se protege bien y va con la reductora superando los pasos clave de este largo hasta pasar el gran bloque y tras un corto tramo más de fisura por encima del bloque, se pasa en travesía a una repisa a la derecha, donde monta la reunión.


5º largo, 6a (muy raro), 20m. Continúo yo, ya saboreando la cima. Miro para arriba y veo unas moles que sobresalen y entre ellas forman un angosto embudo que te escupe al vacío, salgo escopetado, pensando que cómo es 5+ esto esta superado y estamos ya arriba. Tras pasar una serie de resaltes sobre bloques me meto debajo de esta rajada visera, un roñoso clavo invertido y un pequeño friend poco antes de llegar a la angosta raja es lo que hay. De primers me meto de lleno en la raja y tras unos movimientos de contorsionismo consigo sacar la cabeza y asomar a la parte superior, pero me quedo volado, sin manos y no se que tengo en los pies por que no me veo de hombros para abajo, reculo y se me empotra el casco, otra sesión de contorsionismo sobre el patio y con la sensación de que bajo tengo un cocodrilo esperando. Al final consigo recular hasta encajarme para recobrar aliento bajo la curiosa y puñetera visera. Busco la forma de convertir esto en 5+ y empiezo a dar vueltas bajo el desplome hasta que al final meto el hombro derecho cogiendo una seta de granito y dejándome caer hacia afuera de la raja, subo los pies en adherencia por la placa inclinada que no veo, hasta tener el cuerpo a una altura que me permite sacar el pie izquierda en adherencia a la parte izquierda de la visera y con ello alcanzar una gran pero roma teta a la que le pongo toda la fe de ratas que se pone en estos casos y me elevo con ese pie, esa roma mano y palmeando a mi espalda hasta poder enderezarme y coger un canto lateral un poco más arriba. Brutal el 5+. 
Para agilizar y tras haber cogido el canto bueno después de la visera, a José le he dejado una larga cinta lazada en un filo para poder quitarse la mochila y recogerla después. Continúo un corto tramo plantado que en seguida pasa a ser un tramo de cortos resaltes sobre bloques hasta la cima de la punta Maria Luisa.



Aqui tomamos un refrigerio y vemos la hora que tenemos, se ha hecho tardísimo, son las 16:00. Valoramos el continuar por la cresta hasta el Torréon para subir a este por la cara sur, donde hay gran concurrencia y están subiendo sin parar una cordada tras otra, amontonándose la gente en la aérea plataforma de la cumbre. Contamos que nos harían falta unas 4 horas más, más rapelar y después el descenso hasta el coche y vemos que llegariamos con suerte a este, entrando la noche. Al final, para poder escalar al día siguiente en el Torozo y no quedar hoy hechos unas piltrafillas, decidimos descender por el rápel de la canal hasta la Apretura y bajarnos al coche.

Tras rapelar en un único rápel de 60m, recoger las cuerdas que acaban enganchándose en los numerosos bloques que se prestan a ello en la profunda canal y tener que trepar y destrepar para soltarlas, recogemos material y a buen ritmo y con los pies ardiendo llegamos al coche sobre las 18:00, vemos que efectivamente podríamos haber seguido hasta el Torreón pero a costa de llegar de noche y refritos al coche, al día siguiente dudo que hubieramos podido escalar.


Acabamos en Cuevas del Valle, donde paramos a cenar tras darnos un chapuzón en la pileta de una fuente, el rio está muy seco y el agua corre entre los bloques casi sin llegar a verse. Después nos subimos a dormir al Puerto del Pico.

La vía del Diedro de A. Ayuso y A. Espias, es excepcional, muy recomendable. Grandes  estos pioneros aperturistas que han tenido el lujo y el valor con los escasos recursos de la época, de realizar innumerables primeras ascenciones en este fastuoso escenario de roca.

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