14 agosto, 2021

Ordesa, Tozal del Mallo, vía: Brujas - Franco Española

 14 de agosto de 2021        Escalada exprés  Brujas - Franco Española

Tozal del Mallo, Ordesa



El Tozal del Mallo, está situado en los Pirineos, en el valle de Ordesa, en el término municipal de Torla (provincia de Huesca). Es una estribación sur con una altura discreta (2280 metros) del pico Mondarruego (2847 m.), pero que destaca y llama la atención por su impresionante cara sur, como un imponente bastión, una inmensa atalaya suspendida a la entrada del valle.

Un poco de historia:

La escalada de su cara sur ha sido ambicionada desde mitad de siglo XX. Ya la guía Ollivier en su primera edición recogía una supuesta ascensión realizada en 1944 por J. A. Gavín y José Luis Rodríguez que resultó ser falsa. El primer intento serio corresponde a J. Santacana quien en 1954 consigue llegar a la gran repisa central de la pared, llamada desde entonces Plaza de Cataluña, a través de una travesía desde la parte este de la pared.
Tras una corta vía abierta por J. Gómez y M. Khan en 1955 recorriendo la parte superior del espolón este, fue Jean Ravier junto con el propio M. Khan y otros tres compañeros franceses, quienes en el transcurso de tres meses, tras varios intentos y por tramos,  en la semana santa de 1957 logran el primer itinerario completo a la pared, que hoy se conoce como la vía Ravier. 

Después de la primera ascensión por Ravier y su grupo, y tras varios infructuosos intentos de abrir una nueva vía en esta pared, los escaladores de Montañeros de Aragón Díaz y Rabadá -a quien llamaban a estas alturas “Filmoberto”-, cargados con una cámara de 16mm se embarcaron en la apertura de una ruta directísima a esta pared. Tras sorprenderles la noche en lo que hoy se reconoce como “Plaza de Cataluña”, el amanecer les ofreció un desalentador panorama: la gran barrera de techos que les protegía y el poco material y provisiones que llevaban les impediría, ya por tercera vez, continuar esta aventura. De la grabación de aquellos días se guardan unos pocos minutos, los cuales se pueden ver en www.fam.es

Finalmente, en 1963 y en compañía de E. Navarro, el trío regresaba para acometer su ataque final. Cargados en esta ocasión con gran cantidad de provisiones, la mayor parte en forma de fritada, tras dos noches en la pared consiguieron alcanzar la cima del Tozal del Mallo –con la ropa y sacos de dormir recubiertos en fritada. El nombre de “Las brujas”, se debió a que estas fueron las causantes de todos los intentos previos de apertura.

Entre otros muchos escaladores que han tenido una actuación destacable en esta pared, abriendo sus diversas vías, se puede mencionar a Raymond Despiau, Miguel Ángel García Gallego o Antonio García Picazo.

Vía: Franco-Española, 6c (6a/A0), 400 m.

1ª ascensión: Realizada en 1960 en dos ataques no simultáneos dos cordadas diferentes; por un lado, Josep Manuel Anglada y F. Guillamón accediendo a la plaza de Cataluña a través de la travesía Santacana abren la parte superior hasta la cima y tres meses después, P. de Bellefon y S. Sarthou abren la parte inferior desde el suelo, dando lugar así a la vía Franco-Española.

Vía: Las Brujas, 6b+ (6a/A0), 430 m.

1ª ascensión: Realizada por la famosa cordada aragonesa de Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, acompañados de J.J. Díaz, el 29 de junio de 1963.

Debido a la calidad de la roca en algunos tramos de la parte inferior de la Franco-española, así como por su sinuosidad y dificultad en la gestión de las cuerdas debido al roce consecuente, actualmente se opta por la combinación del primer tramo de la vía Las Brujas y el tramo superior de la vía Franco-Española.


Experiencias previas:

A finales de la década de los 80, en uno de los primeros  viajes organizados por el Club Novelder de Muntanyisme en semana santa, venimos un heterogéneo colectivo a Torla. Escaladores, senderistas, curiosos y otros estereotipos que acaban amalgamados en el camping  rio Ara en Torla.

En grupos minoritarios se plantean excursiones diversas en recorrido y dificultad, y salidas más serias a cotas altas o cumbres de macizo, y como no, un comando de escalada que vamos al Tozal del Mallo, formado por Leandro, Vicente, Elías y yo. En principio a la vía Ravier, pero Elías plantea hacer la Franco-Española y yo le secundo, aunque no recuerdo tener idea de diferencias que pudieran haber entre estas vías, sólo que la segunda es más  directa y algo más dura.

No recuerdo que triste croquis llevábamos, pero con 17 años estábamos acostumbrados a pasar por donde fuera a base de maza y clavos y los pocos empotradores de que disponíamos, por supuesto los friends eran cosas aun muy abstractas que conocíamos por los "amigos del Galayar", aunque no recuerdo que lleváramos alguno en este viaje, y nuestro arsenal flotante consistía en tascones varios de cordino y algunos con cable, grandes "cebollos" (excentrics), tricamps  y bagas de cinta o cordinos. 

Los recuerdos de esta escalada son casi oníricos y muy difusos, hay mucho humo por medio desde entonces, pero me quedan imágenes  nítidas como la de ver a mis compañeros en la 2ª reunión, casi colgados sobre una exigua repisa bajo una desplomada y lisa pared, en una pobre reunión con un clavo y algún empotrador, mirándome con ansiedad, mientras yo sobre ellos, escalando en travesía a la derecha, lo daba todo para llegar a un cordino que colgaba en el filo de un techo, para cogerlo y levantarme a pulso de él para evitar un desastroso factor 2, y lo más gracioso, el cordino estaba empotrado en una abierta fisura con el propio nudo, los detalles siguientes se me escapan, creo que fui abducido y no recuerdo lo que vino a continuación en el resto del largo, hasta que monté la siguiente reunión. Recuerdo que llegó Elías y me dijo que nuestros compañeros se habían bajado rapelando. También recuerdo que Elías siguió con tendencia a izquierda con tramos del siguiente largo, por una serie de aéreos diedros de amplias fisuras, rematados en techos que eludíamos por la izquierda, fisuras por donde acabé gusaneando y empotrándome como cualquiera de los diversos, originales  y vetustos tacos de madera a los que Elías tuvo que recurrir como seguros, y que yo iba recolocando en su sitio con la mano, cuando al recoger la cinta, se movían y se salían. Sospechamos que a partir del 2º largo nos embarcamos hacia la derecha más de lo debido y tras improvisar largo y medio hacia la izquierda, volvimos a la vía, pero no lo tengo claro.

Llegamos a la Plaza de Cataluña no se cómo. Yo inicié el siguiente largo del tramo superior, recuerdo que iba intranquilo, pero no que me hubiera "cagado", la sensación no era de miedo o pánico, era más bien de alarma. Pasé por una calibrada fisura en bavaresa, pasando por el primer techo, directo hacia el gran techo superior, pero antes de llegar a este, me paré, me quedé pensando y al fin le dije a Elías que nos bajáramos. Elías no daba crédito, imagino que pensaría que me había acogotado y tenía miedo y por eso quería bajarme, y me insistió mucho para que continuara el poco que me faltaba hasta la reunión y la montara. Tras una discusión que no recuerdo pero que seguro que la hubo, me descuelgo del último empotrador e iniciamos una aérea e incierta travesía con algún destrepe en dirección a la Ravier, en busca de algún punto para rapelar, encontramos clavos en algún caso lazados con viejos cordinos y en 3 rápeles descendimos al suelo. Momentos después vemos un negro odre de agua que se desparrama sobre la punta del Tozal, como una boina que por segundos lo va envolviendo  hasta que da paso a una tremenda tronada y revienta sobre nosotros una caudalosa cascada de agua y granizo, que nos hace salir corriendo hasta llegar a la carretera, empapados y embarrados, donde una compasiva familia nos deja subir en su california y nos baja hasta Torla. Lástima haber perdido  los detalles  de esta fantástica incursión.

Esa noche, nos despedíamos de este encantador y acogedor pueblo, con una cena festival de grupo, que acabó con nosotros diseminados al principio sobre colchonetas en vivac, por el mojado césped del camping, por el que rodamos y acabamos ubicados en inverosímiles puntos donde fue muy difícil localizarnos para subir al autobús que nos esperaba ya un buen rato, para regresar a Alicante. En mi nombre y en el de mis compañeros de andanzas, mil disculpas, por el escándalo y las molestias que hayamos podido causar a los amables y pacientes habitantes de Torla,  de esta y otras posteriores (que no vienen a cuento) "fiestas etílicas" fruto de la euforia de poder disfrutar de este grandioso y espectacular macizo. 

De como se confabulan Cronos y las Moiras para tejer la urdimbre de una anodina vida... avatabares...

Acabamos en el bar una canicular escalada en el Cabeçó, nos juntamos en este momento un buen grupo, Joaquín, José Manuel, Elías, Pepe y yo, después vendrían Cosme con su hijo y con Guillermo. Tras un refrigerio bañado en abundante cerveza, surge la propuesta de Pepe, que lleva varias semanas planteando: -¿Hacemos un viaje a Pirineos?...-aunque sea un fin de semana... El tiene claro lo que quiere hacer, los demás nos animamos aunque sin un objetivo claro, yo veo un resquicio de posibilidad de viabilidad y me apunto. Inicialmente nos apuntamos todos, pero con una ligera polémica de concretar objetivos. A mi me gusta el de Pepe y abogo por ello.

Pasa la semana y la cosa no está clara, intuyo que tras la euforia del momento y unos días de pensarlo bien, algunos no tendrán tanto ánimo. Por otra parte me da la impresión de que no hay del todo una confianza solida en el grupo en general. Por unos u otros motivos van excusándose los que no lo tienen claro o no pueden y acabamos Pepe y yo concretando planes.

Salimos Pepe y yo, el viernes a las 8:00 de la mañana y tras algunas breves paradas llegamos a Torla a las 16:10. Al bajar del coche, recibimos una tremenda hostia de lipotímico calor que se mete en los  39º. Arreglamos comida y material antes de pensar en ir a comer, y nos subimos en el siguiente autobús que sube a la pradera de Ordesa, mejor no pensar en el calor y adelantar todo lo que podamos ya.

Comemos tranquilamente en la pradera, y a las 18:30 comenzamos el ascenso hacia la Carriata y el Tosal. El bochorno apenas queda mitigado por la supuesta refrescante y densa sombra del frondoso bosque, vamos sin beber agua por la duda de que no hubiera ningún arroyo en las proximidades del vivac. Tras pasar la cabaña de la Carriata, a 10 minutos nos encontramos un fino reguero de agua que apenas corre entre el musgo y las piedras, ya hemos salido del bosque y pronto dejaremos este sendero, intuimos que en el barranco de la Carriata habrá otro escurrimbre de agua pero por si acaso, con unas pequeñas obras de hidráulica, adaptamos el hilillo de agua con piedras y palitos, para poder llenar las botellas, que vaciamos varias veces bebiendo y saciando la sed que aguantábamos hasta el momento. 


Llegamos ya sin sed al vivac que está formado por piedras apiladas bajo los desplomes del primer muro antes de llegar al Tosal. Organizamos el material con las últimas luces y cenamos antes de enfundarnos para pasar la noche. Esta transcurre lenta, amenizada por los ecos de las rocas cayendo por los precipicios y el canto de un cercano autillo, entre otros sonidos más humanos y desagradables, bajo un nítido dosel de estrellas que nos deja entrever la lechosa banda de la Vía Láctea, y nos regala una desvelada noche de estrellas fugaces.

A las 5:00 ya estamos  demasiado inquietos y vamos metiéndole prisa al día, ambos con la impresión de no haber dormido nada, aunque no es real. A las 6:00 salimos para la pared entre penumbras. Vamos despacio, parando e intentando dilucidar el recorrido de diversas vías por debajo de las cuales pasamos. Pepe, con esta, es la tercera vez que viene aquí, en las anteriores ocasiones ha hecho la vía Ravier, la última vez por que se encontró 2 cordadas en la Brujas-Franco-Española.

A través de un laberíntico trazado de vericuetos poblado de abundante vegetación y floridos tojos llegamos a pie de vía y localizamos el inicio, marcado con una flecha picada en la roca.

Hacemos una torticolítica inspección del trazado de la vía sobre la gótica y ampulosa pared y nos ponemos a la faena. Sudamos nerviosismo y las bromas ahora son más discretas y no carentes de sarcasmo, las risas quedan en muecas y puntos suspensivos...pero estamos convencidos de lo que estamos haciendo, que ya es mucho.

Combinación: Las Brujas - Franco-Española, 6c (6a/A0), 410 m.



Largo 0, 3º+, 50m. Empieza Pepe por esta trepada que se podría hacer sin encordar pero decidimos encordarnos para no empezar ya a gastar buena ventura, ya que presenta un aspecto precario con abundante pátina de musgo, hierbas y roca inestable, y en esta pared, no te puedes caer porque siempre hay algo por el camino que sobresale. Colocando un par de seguros, Pepe llega hasta la izquierda de la base del pequeño pilar adosado. En principio iba a empalmar hasta la siguiente reunión, pero no lo ve claro y monta una reunión para que suba yo.


1er y 2º largo, 4º y 5+, 50 m. Continúo yo, subiendo entre los bloques con tendencia a derecha, hasta la repisa del contrafuerte y después saliendo de este hacia la derecha, buscando señales y desentrañando el trazado, sorteando una serie de salientes con tramos en diedro y aéreos bloques sobresalientes, empezando una atlética escalada de fisuras y filos donde hay que gestionar muy bien las cuerdas para minimizar el roce, hasta llegar a una buena repisa bajo el evidente sistema de fisuras / diedro del siguiente largo, el clave de este tramo inferior.

3er largo, 6b+ (6a/A0), 30m. Continúo yo, saliendo por la izquierda, por el diedro, con un paso muy tonto de mala caída sobre la repisa, hasta que puedo asegurar a la derecha, en un clavo, y continúo por un sistema de fisuras hasta un desplomado diedro escalonado de techos que prefiero no mirar. Paso el diedro de techos, por la derecha, con pasos que voy resolviendo sin abusar de templanza ni de la suerte, combinando el libre con algún acero sobre clavo o friend, aquí es mejor no caerse, y ante la posibilidad, mejor curarse en salud y suplir las carencias físicas con otras habilidades como la apnea, el tembleque, el bodyempotre, los farfulleos, los resoplidos, la paciencia (como no) y una buena gestión de los seguros. Pese a todo, padezco poco y lo disfruto mucho más de lo que esperaba y una sonrisita tonta empieza a lucir en mi cara. Tras pasar el desplome, sigo con ligera tendencia a izquierda por placa fisurada y diedro final, para llegar a la siguiente reunión en una cómoda repisa.



4º largo, 6a, 35m. Sigue Pepe, sin ganas de broma, me dice que me calle, y acomete un perfecto y amplio diedro, que tras asegurar con friend los primeros pasos, deja a izquierda, para tomar en medio de la placa de la derecha del diedro, una elegante y curiosa bavaresa con forma de concha en la base. Después gira a derecha y continúa por desplomado diedro de bloques. Tras superarlo, pasa 6-7 m.  en travesía fina a la izquierda. Mirando arriba podemos ver un desplomado diedro con algún clavo, posiblemente de otra vía o quizás de algún embarque. A la izquierda, Pepe vuelve a retomar por un lado otro plantado diedro con abombe y tendencia a izquierda con pasos finos de adherencia antes de llegar a la reunión.


5º largo, 6a, 35m. Continuo yo, por la derecha de un diedro y las fisuras de la derecha, que eluden un desplomado bloque por la derecha, para continuar por la derecha de este, con algunos pasos de chimenea y después con tendencia a izquierda, entre bloques y cortos tramos de diedro hasta una placa que acaba en la plaza de los ajos, donde monto reunión en un espit que refuerzo con un friend.


De vez en cuando pasa algún buitre mirando de reojo, pero creo que hoy no es el día, mucho calor hasta para ellos.

6º largo, 5º, 40m. Aquí mirando a izquierda y enfrente, la roca se ve muy precaria, las fisuras romas y cascarillosas. Pepe sale en travesía por la repisa hacia la derecha, hasta situarse bajo un gran bloque enorme y liso que sobresale 15 metros más arriba, inicia la escalada en ligera diagonal a la derecha y después recto pasando por la derecha del gran saliente, con pasos muy aéreos en chimenea y en diedro, hasta llegar a la plaza de Cataluña.

En la plaza de Cataluña, hacemos una travesía andando hasta situarnos bajo el inicio del siguiente tramo.

Vemos el sol ya cerca de la pared, notamos el ascenso de la temperatura, vamos economizando agua para cuando lleguen las lenguas del infierno y cuando hablamos parecemos teleñecos, hablando lo justo para ahorrar saliva, pero con una buena expresión de ánimo y la sonrisica de que todo está saliendo muy bien. Por ello decido sentarme y fumarme un cigarro, pero Pepe, con alarma me conmina a seguir y adelantar todo lo que podamos antes de que nos "pegue" el sol.  Me preparo mirando la línea de sol que empieza a ascender por el espolón de la Ravier, y pensando en los 39 grados de ayer en Torla, me viene a la memoria la secuencia del planeta "Crematoria" de la película de "las crónicas de Riddick", salgo escopetado...




7º largo, 6b+/,(6a+/A0), 30m. Salgo hacia la vertical del sistema de diedros, sorteando los primeros bloques por la derecha y después hacia la izquierda para entrar en una ancha y lisa chimenea donde puedo ver algunos clavos. antes de llegar al techo, donde acaba la chimenea, paso a la derecha con una fina travesía para tomar la placa de debajo del gran techo y llegar a la fisura de este. Meto un friend y valoro las probabilidades de resbalar en esta lisa placa, doy un par de pasos acerando de los friends y cuando llego al borde derecho del techo y sigo en libre por el aéreo diedro hasta llegar a una pequeña repisa volada donde se agrupan en vertical varios clavos. Lazo 3 de estos y refuerzo con un friend y monto reunión en línea colgando sobre el diedro.

Recuerdo este último largo, punto máximo hasta donde llagamos Elías y yo en nuestra tentativa a finales de los 80, recuerdo que yo subí por la bavaresa central del primer techo, y que me baje justo antes de llegar al siguiente gran techo, no recuerdo haber visto ningún clavo a la izquierda, aunque seguro que estaban ahí, por que algunos son vetustos hierros oxidados.




8º largo, 6b, 40m. Sigue Pepe, saliendo del final del diedro por la izquierda y después recto por un desplome de planos y fisura donde está el primer paso duro, lo solventa con acero de un deshilachado cordino de apenas 3 hilos y continúa por placa y sistema de fisuras, con tendencia siempre vertical hasta situarse bajo una gran chimenea donde está la reunión con clavos. Unos metros a la izquierda y por debajo de la reunión puedo ver un cordino lazado a bloque con algún clavo, que intuyo que es un abandono en rapel de esta sección. Buen largazo que disfruto ya con la alegría de ver los arbolitos del final de la pared. Vamos tirando de biceps, triceps y otros iceps y por supuesto arrastrando las molicies, pero vamos bastante fluidos y la escalada está llegando a término. El sol comienza a pegarnos con intensidad, hablamos lo justo, con la boca y garganta pastosa, apenas nos entendemos, pero las circunstancias ya hablan por si solas. Esto hace que Pepe se entretenga con un invento parasol y me deje varias veces con unas combas de hipo en los pasos más duros, le increpo varias veces y después de esto aun hablamos menos.



9º largo, 6a, 30m. Sigo yo, por la aérea chimenea, mirando entre las piernas puedo ver la plaza de Cataluña y el bosque, ya en el suelo, el ambiente es tremendo, el patio descomunal. Llego bajo un desplome dentro de la chimenea, y lo paso ligeramente por el lado derecho. continúo y tras pasar un clavo sobre la pequeña repisa que ofrece el bloque, empiezo a buscar la reunión, veo arriba casi al final de la chimenea, donde esta acaba bajo un techo un cordino, cuando estoy llegando veo el enclave y no me cuadra, y menos aun montar reunión en esa angosta estrechura. Pongo 2 friends y un fisu y monto una volada reunión sobre un bloque en medio de la chimenea. Luego resultaría que la reunión era el clavo que me había dejado 5 o 6 metros más abajo. El sol hierve con inclemencia y no hace nada de brisa que pueda mitigar la sensación de bollo cremosito que arrastro desde el anterior largo. 



10º largo. 6b, 30m. Cuando llega Pepe, apenas nos podemos mover en esta angostura, me alargo el cabo y me quedo colgando por debajo, para que pueda organizarse el material. Sale Pepe a la derecha, por la placa donde podemos ver algunos cantos con señales de rodadura, aunque este tramo no es nada evidente y parece expo, Pepe le echa un poco de morro y llega a un buen enclave para friend, después va solventando los pasos sobre abombada placa y fisura hasta llegar bajo los bloques del siguiente y destacado techo que cierra la chimenea. Pasa el techo por la derecha, y sale a una fisura diagonal a izquierda, cuarteada y entre desplomados bloques al final, pasando a la izquierda de estos y llegando a la reunión por el filo izquierdo de un aéreo saliente. Tras un laaargo rato esperando el aviso de reunión por parte de Pepe, le doy un grito a ver que pasa, y al poco me indica que suba, voy apretando disfrutando de estos últimos largos, mientras Pepe intenta sacar un friend que se le ha quedado trabado e inutilizable, hasta que le pego un grito al respecto de la comba que llevo de cuerda justo en el paso más duro. Ahora me explico la tardanza. Por suerte al final pudo sacarlo sin problema, y es que entran tan bien que en toda la vía podremos encontramos con 4 o 5 friends encajados de forma irremisible repartidos en diversos largos.  Buen largazo Pepe, Enhorabuena.


11º y 12º largo, 5+ y 5º, 55m. Continúo yo, haciendo una rara travesía hacia la izquierda, en la que me toca descender al final tras pasar momentos de precariedad, para situarme bajo otro diedro chimenea, después Pepe me diría que me había complicado la vida y que se pasaba por abajo muy bien, cosas de las prisas por salir de aquí. Ahora corre una ligera brisa que nos hace llevadera la insolación. Subo por la chimenea y por error de lectura, complicándome más de lo necesario y apretando mucho más de lo necesario, tras pasar este volado tramo, paso a izquierda por debajo de un desplome y sigo por bloques fisurados hasta una estrecha y larga repisa que sesga la parte alta del muro. Me paso la posible reunión y sigo recto hacia un evidente diedro con una bavaresa en la placa de la derecha y por ella a los desplomados pero fáciles bloques finales, por los que salgo a base de voladas remadas hasta cornisa donde acaba la pared y da paso sin transición, a un llano limpio donde por suerte hay un bloque y un pequeño saliente donde puedo ubicar un par de friends para asegurar a mi compañero.


La alegría es total, nos gritamos en los últimos metros de escalada de Pepe llegando al final de la pared, pero nos sale una voz distorsionada y patética que nos hace reír. 

Arriba risas y estrechones, fotos y bromas, y la grandeza de este inmenso y mágico entorno, que disfrutamos mientras recogemos cuerdas y material e iniciamos el descenso hacia las clavijas de la Carriata.

Ha sido una escalada que supera las 5 estrellas. Magnífica. Mi mas sincera y profunda admiración a estos grandes e intrépidos pioneros de la escalada.

Celebrando la inolvidable escalada en el bar de la pradera de Ordesa, y ya por el final de la segunda jarra, llegan Javier González (pitxi) con Pau Vicent , que vienen de hacer el Diedro del 73 con embarque incluido, ¡¡¡que alegría inmensa volver a verte TITÁN !!!!!, hablamos y acabamos las cervezas y se nos pasa la tarde, hasta que cogemos el bus de regreso a Torla, con el sol ya, más allá de Bujaruelo. Cuando llegamos a Torla, nos encontramos con otro conocido, Sergio Sánchez, otro maquinón que pese al calor, está apretando en estos sectores de vértigo. Que alegría ver gente conocida y de referencia por estos lares, hablamos y  se nos echa la noche encima.

Al final, dadas las horas ya nocturnas,  optamos por ir a ducharnos al camping Ara y dormir allí, aunque sea vivac, ya que no llevamos tienda y no es plan de estar buscando ahora un sitio donde vivaquear. cuando entramos a las duchas, está todo copado por un grupo de jóvenes que nos miran con cierto recelo, hasta que uno de ellos nos pregunta si somos escaladores...-Que otra cosa, si no, podríamos ser con estas pintas?, acabamos comentando la escalada y al final nos regalan hasta el champú. Después nos vamos a Torla andando y vamos a cenar al Taillón, recomendado en el blog de 7paredes7jamadas que consultamos buscando info de la vía. Una vez en el restaurante, tras unos relámpagos y truenos previos cae un corto pero intenso diluvio que refresca la noche, pero nos chafa el plan de dormir en vivac en donde habíamos pensado en el camping. Cenamos sin más preocupación que la de ser atendidos por la amable y preciosa camarera que pone la guinda a este espléndido día de bellezas y grandezas. Cuando llegamos al camping, todo está empapado, la ropa que habíamos puesto a secar, chorreando pero lavada. Sin más opciones, acabamos durmiendo en la pérgola donde esta el cargador de móviles. A las 5 nos despierta un usuario, primero lo intenta con Pepe, pero este pese a que luego dice que no ha dormido nada, está roque y no se entera y después me despierta a mi, para decirme que hay una rana junto a Pepe, -¿una rana?... Pepe abre un ojo, mira de reojo y le dice al payo...-no es una rana...-es un sapo y vuelve a cerrar los ojos, el usuario se va sin dejar de mirarnos, dando algún traspié. De nuevo en Torla...dando la nota.

Cuando nos levantamos, decidimos ir al Diedro de la Hoz, en la Hoz de Jaca, no tenemos ganas de apretar más hoy. Cuando llegamos hay una cordada que acaba de empezar a rapelar la vía y otra esperando y dudando si esperar más, después de hablar con ellos un rato y viendo que el resto de opciones conocidas son en la solana, todos optamos por iniciar el regreso a casa, ellos a Madrid y nosotros a Levante. Al poco la temperatura empieza a subir y nos encerramos en el coche de vuelta a Alicante.



2 comentarios:

  1. La "vihen" a que nivel te has puesto, y que disfrute de lectura.

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  2. Gracias cato, me alegro de que te sea entretenida y te haya gustado la piada. Esta vía, puede que sea una de las más fáciles de hacer en el Tozal del Mallo, pero partimos de que allí no hay nada fácil.

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