09 abril, 2019

Herbes Mágiques - Peñon de Ifach


 Herbes Mágiques - Peñon de Ifach

9 de abril.


Peñon de Ifach.  Formación TD2

Gallego/Anglada - Revelación - Herbes Mágiques


 



La conducción se hace un poco más compleja, en proporción a la pared, más o menos, formamos varias cordadas de 3. En la Gallego-Anglada, 2 cordadas, Javier Palomares con Pau, Eduardo y Jesús, en la Revelación, Miguel Anta con Victor y Álvaro, y en la Herbes Mágiques, Pedro Pascual con Javier  (Pitxi) y yo.
Amanece bueno, con una ligera y fresquita brisa, pero durante el transcurso del día, pronostican viento moderado, que en la pared puede ser bastante molesto.
Para ser un anodino martes, hay bastante gente preparándose para escalar, seguramente habrá overbooking en alguna de sus más concurridas vías.
Vamos hablando en la aproximación, con aparente entusiasmo y motivación, sin dejar de mirar de reojo la pared de los horrores, creo que casi todos compartimos este recelo, en mayor o menor medida, esta pared, así de primeras, resulta acojonante, aunque también depende mucho del itinerario escogido. Hace un año y medio que no vengo por aquí, y la verdad, es que no me veo a la altura de su torva pared Oeste. Pero precisamente, me ha tocado hacer una vía que tengo apuntada desde hace muuuucho tiempo, y las ganas, en mi caso, suplen la forma física, y en cuanto  a lo sicológico,...mejor entretenerse mirando el paisaje...
La roca está en muy buenas condiciones en cuanto a adherencia (en las posibilidades de lo que permite el Peñón). Hay mucha motivación, para variar, pero también ciertos escrúpulos iniciales en los primeros pasos en este plantado muro, que se van evaporando con la altura.



Comienza Victor por la Revelación, le sigue Alvaro y Miguel.
Después vamos nosotros, en nuestra cordada, Javi, se hace cargo de los 4 primeros largos. Vamos con mochila, y bastante pesada y voluminosa para mi gusto y el general creo. Se supone que vamos de guías y debemos llevar el gintonic del cliente, así como unos puros, un interviú, ropa de abrigo, ropa de agua, agua en cantidades industriales (comparado con lo habitual), comida para unos montaditos y canapés, material de reserva y de autorescate, cámara de fotos para el instagram, teléfono, walkis, botiquín completo a falta de un DESA, y en fin todo un armario al que no estamos acostumbrados a portar por la pared, y menos por estos abovedados lares, por el mismo peso y volumen se hecha de menos un paracaídas, pero eso no entra en las competencias.
1er largo, A2/6b (7a+), 55m. Javi (Pitxi) Comienza por el 1º de la Revelación, ya que es un poco tarde y prima agilizar el ascenso. Lo va resolviendo  con paciencia y pasos en artificial, intentando aplicar las premisas de conducción con cordada de 3, donde Pedro y yo, hacemos de exigentes y petulantes clientes adinerados. Pero como sabe que no va a cobrar, tampoco nos hace mucho caso, más allá de la relación: Profe/búscatelavida/subeparriba,...






2º largo, 6a, (en el croquis 5+, jeje) 50m. Sigue Javi, por placa anaranjada con algunos ligeros abombes, y donde alguna cosica, orienta un poco en este paño bastante homogéneo y compacto, con tendencia a derecha. Este largo ya nos pone en ambiente y la escalada resulta más fluida.
3er largo, 5+ (6a), 30m. Continúa Javi, con mucho ánimo, hacia la derecha por placa hasta tomar una fisura en diagonal a la derecha, con algún pasete tonto que te pone serio, y que asciende hasta una buena repisa. Pedro nos va dando indicaciones y feeback de como va el guiaje, aunque ya estamos en un punto de cordada aquiescente y evanescente en los próximos largos.
Aquí parece que se nos han pasado las tribulaciones iniciales y empezamos a rezumar adrenalina de satisfacción, disfrutando del ambientazo de este muro.
Compañeros en la Gallego-Anglada: Javier Palomares, Pau Salvador, Eduardo Bayarri y Jesús March

Foto de la cordada de Alvaro Vernich, Victor M García y MIguel Anta  en la Revelación
4º largo, ¿6b?, 40m. Desde la reunión, a la derecha, se pueden ver los bolts de la Nueva Dimensión, por una placa blanca desplomada, y encima nuestro un pino y un gran y seco arbusto que tapa en parte una cavidad por la que continúa la original de la Herbes. Javi tras un par de pasos, evalúa opciones y se decide por la original, tras ver un vetusto clavo.
Pasa la cueva hablando y tras mirar el resto del largo, se asoma y nos pregunta por el 6b, se nota que ya vamos calenticos. Continúa y monta la reunión. llevamos walkis, pero fallan las pilas al parecer y no podemos comunicarnos muy bien. Subimos después, Pedro y yo, y la verdad que el 6b, no nos lo parece, la cueva desploma, pero está lleno de cantos buenos y se pasa en 3 pasos sin más.

5º y 6º largo, 5+ y 6a (6a/+ en conjunto), 55m. Cambiamos de turno y sigo yo de primero, saliendo en travesía, evitando una corta pero gótica y descompuesta chimenea semi tumbada, para acometer más a la derecha, un abombe de crocanti, donde la dificultad está en subir si ejercer fuerza sobre los precarios cantos, con una salida sobre arenosa placa y una corta trepada hasta una reunión a la derecha, que me paso, continuando por su izquierda por una plantada placa que vuelve a salir sobre arenosa placa frente a una bóveda huesuda de alveolos delicados como el hojaldre. Esta sección está protegida con un clavo al principio, un par de puentes de rico hojaldre bien azucarado y un parabolt en la explosiva salida  por la visera que forma el borde izquierdo de la gran vira bajo el descomunal desplome. La salida de esta visera se me complica con la mochila que se me engancha en los huesudos filos arenosos del techo y me toca salir derrapando como un cangrejo sobre un lecho de arena, cual berma playera veraniega, llegando a la reunión como si viniera de la demolición de una obra. Después suben mis compañeros, saliendo entre una barrida polvareda, por el viento, ahora rachado y empieza a ser molesto y baja la temperatura por momentos.



Como anéctota, comentar que no podiamos comunicarnos por walkis, pero extrañamente, oiamos a las autoridades conminando a un individuo a detener su coche y posteriormente a este cantándoles por soleares una vez pasao el mal trago, supongo.
7º largo, 5+, 30m. Continúo en diagonal hacia la derecha, por roca de mejor calidad en general, muy aérea, con algún bloque al paso que te quita el hipo, o te lo pone, según como llegues. Reunión en cómoda repisa, bajo la gran bóveda, desde donde vemos varias vías que degeneran por sus parabólicas y horadadas superficies







8º y 9º largo, A2/6a y A2/6a+, 60m. (péndulo incluido). Continúo hacia la derecha, un parabolt solitario, me indica el camino por un desplome inicial, para subirse sobre otra vira erosionada sobre la que estamos, sigo a la derecha, hasta acabar en un filo de romos naranjas del que me asomo cual ratón, con la sorpresa inicial de no ver más que un vacío donde muy , muy por debajo , el mar rompe sus olas, sacándome la lengua  de forma silenciosa.

Las rachas de viento arrecian, en Sierra Helada, vemos las cortinas de agua de una negra tormenta que se aproxima, de momento, no sé como seguir, no veo nada donde colgarme en esta monumental visera, vuelvo a mirar sacando más de lo deseado el cuerpo, y veo unos roñosos seguros bastante mas abajo y a la derecha, chapo un fosilizado espit y me cuelgo despacico, luego veo 3/4 partes de un alumbroso clavo, que alondro para pasar a otro que inspira una poca más de confianza. Una vez aquí, respiroooooo, y miro con más calma, sobre mi, bastante más arriba veo 2 flamantes parabolts que me he dejado, y hacia la derecha, una linea de seguros del mismo palo de los que he ido progresando, aunque aparentemente en mejor estado de conservación, excepto un taco de madera estilo vintage muy decorativo. Rectifico lo justo para chapar los bolts y evitarme que el A2 se convierta en un Alamierda, y sigo hasta a la reunión volada, donde llego chapando ambas cuerdas a un mosquetón, ya sin cintas exprés, tras haber colocado dobles en los seguros, según los requerimientos habituales de un guiaje en cordada de 3. Hasta el péndulo quedan escasos 8 m. sin equipar pero con una muy buena fisura, el roce es brutal, tanto o más que las rachas de viento que lo mismo me impulsan que me despegan. Sigo por la fisura (en principio pensando que era 5+) lo doy todo para llegar al descuelgue, incluyendo un empotre de mano muy al límite, del que me cuelgo pese al dolor.



Llego al descuelgue, no nos oímos, tras montar varios mosquetones, sin pensármelo me cuelgo cual cubo pocero, con el roce que llevo, dudo que descienda muy rápido, y así es, casi debo dar saltitos para ir bajando.  Al mirar para abajo, ya no sobrecoge el vacío en si, más bien el ver como te vas separando de la pared y te invade la incertidumbre de que si llegaras a la repisa de la cornisa que apenas sobresale. Al final si, se llega bastante bien, tomo la repisa  y asciendo hacia mi derecha, andando unos cuantos metros hasta una reunión de bolts, donde el viento no me permite dejar las cuerdas que voy recogiendo , sin pisarlas para que no salgan volando. Mientras tanto empiezan a caer gotas de lluvia venteada.

Mis compañeros van pasando, disfrutando y alucinando con esta audaz y espectacular línea, cuando llegan a la reunión tras ser descolgados, las rachas aún se intensifican, acompañadas de venteada lluvia.


10º largo, 5º, 63m. (1 parabolt en reu desmontada y 1 parabolt por arriba si lo encuentras, y montar reunión, casi arriba) La prisa es evidente y tras un breve intercambio de material, repaso y arreglo de cuerdas y vernos nuestras caras transfiguradas de deleite vertical, salgo como un cuete. Aunque pronto me tengo que detener para leer este fácil pero plantado largo, que al final resuelvo con ligera tendencia desde la mitad hacia la izquierda, pasando por el lado izquierdo de una oquedad y montando reunión en una fisura de un diedro terminal oblicuo.
Llegamos arriba, con una micronizada lluvia que pronto cede el paso a una preciosa serie de arcos iris, en algún momento doble. Los compañeros que estaban escalando en las otras vías hace rato que están  bajo. Recogemos rápidamente, entre el griterío y abucheo de las indignadas gaviotas, de las que casi pisamos sus nidos, alguno de ellos con polluelos.
Impresionante vía, que casi sin expansiones en su apertura original, recorre la parte más heavy de este desplomado muro, sugerente nombre el de Herbes Mágiques. Enhorabuena a los intrépidos aperturistas: Pep Camarena y Kanko Martínez en 1978.
Regresamos al refugio de la Font del Arc en Sella. Allí un eufórico e informal briefing, y después una sesión formativa sobre programación de rutas y actividades. Se acaba el día, y despues de esta escalada, me resulta raro y casi infame, no estar frente a una cerveza mojando las sensaciones del día.  Otra vez será.

2 comentarios:

  1. Dioooooossss!!! Muy buena y como siempre de buena lectura, aunque no he entendido muy bien los del "alumbroso calvo" (¿seré yo uno de esos?)

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  2. Hola Cato, ya está corregido, gracias por el comentario, lo de alumbroso calvo no te pega, tu te conservas mejor sin duda. Un abrazo !!!

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